Otra Vida

Una coincidencia

Era una noche inusualmente frían en Helsinki, ya estaba acostumbrada, pero aun así estaba sorprendida.

Tome los guantes y la bufanda mas gruesa que tenia y me prepare para salir, mi reflejo en el espejo no cambiaba, esos ojos inexpresivos me seguían mirando, quizás me juzgaban o me tenían lastima, no lo sabía, y era mejor dejar de perder el tiempo.

Termine de tomar mis cosas y salí de casa, el camino a Base bar era algo largo, me tomaría unos 20 minutos llegar ahí si caminaba moderadamente rápido, así que me puse en marcha.

El camino estaba demasiado tranquilo, así que decidí tomar un atajo, caminar entre las casas y los callejones reduciría mi camino a casi la mitad, y juzgando lo tarde que iba era lo mejor opción, los novios estarían terriblemente enojados si no llegaba a tiempo para recibir a los invitados de su despedida de soltero.

Un ruido me sorprendió, gire hacia todos los lados y no vi nada, seguramente fue un gato o una rata, seguí caminando, inexplicablemente mi presión arterial comenzó a aumentar, era la adrenalina la que comenzaba a recorrer mi torrente sanguíneo, respire hondo para tranquilizarme, y reanude mi camino, el tiempo apremiaba y necesitaba llegar a mi destino. Pero no llegue muy lejos, un dolor atronador estallo en parte trasera de mi cabeza, por impulso dirigí mi mano hacia el origen del dolor, el inconfundible olor a hierro lleno el lugar y mi mano estaba empapada de sangre y mis ojos se cerraron.

Las sacudidas de mi cuerpo me regresaron a la conciencia, abrí los ojos y puntos negros nublaban mi vista, el cielo estaba totalmente oscuro, era tarde, no llegue a mi destino, alguien me buscaría, o quizás no, de toda forma no había diferencia, algún día iba a llegar la hora, mejor temprano que tarde.

Un rostro apareció en mi campo de visión, era un hombre, movía sus labios, pero era tal mi aturdimiento que no escuchaba, pero no tarde mucho en darme cuenta de lo que pasaba, un segundo hombre apareció y esparció todo el contenido de mi bolso en el suelo, pisoteo mi celular hasta hacerlo inservible, sus grotescas caras tenían sonrisas siniestras.

El primer hombre comenzó a quitarme la chaqueta, yo no podía morir así, no a manos de estos asquerosos hombres, me resistí, pero mi la respuesta que obtuve fueron una serie de golpes, sorprenden mente escuche un chasquido demasiado fuerte, y un dolor punzante, me habían roto un par de costillas, intente ponerme de pie, pero no pude, había sangre por todos lados, ya no había esperanza, iba a dejar este mundo.

Fragmentos brillantes del pasado comenzaron a recorrer mi conciencia, Charlie, Renne, ellos, Gabriel, y esa pequeña sonrisa y sus brillantes ojos, una sonrisa cruzo mi rostro, tuve la necesidad de toser y la sangre hizo que me asfixiara, y pequeños copos de nieve comenzaron a caer, iba a morir en una noche hermosa, era lo mejor que podía obtener.

- Es la hora.

Me resigné y cerré los ojos, solo esperaba que estos hombres terminaran rápido, pero el dolor nunca llego, una serie de movimientos rápidos se sintieron y después la absoluta calma.

- ¿Eres tú Bella?

- Si es ella, o eso creo, pero su olor no es el mismo.

- ¡Tenemos que ayudarla ya!, su corazón está muy débil.

¿Sera que me habían encontrado? Es una lástima, el infierno no a acabado, estuve tan cerca otra vez, un dolor punzante atravesó mi pecho y un frio sobrecogedor me envolvió. Creo que me lamente muy rápido, al parecer si es mi tan anhelado final. Le sonreí a la muerte y me dejé ir.