Ah, Taehyung también era admirable. No solo por su personalidad única, su apariencia sobresaliente y su actuar dual (tierno pero sexy), sino también por su voz que en ese momento estaba siendo probada tras un micrófono en la cabina.
Los cuatro, la Vocal-line, tenían una voz magnífica y única, sus tonos podrían a veces sonar similares pero definitivamente eran diferentes, tanto como sus propias personalidades. Escuchó como el chico de sonrisa cuadrada dejaba de cantar y era enviado a repasar algunas líneas de la nueva canción, probablemente se había confundido con algunas palabras, algo muy común pero dejó de prestarle atención cuando el maknae entró a la cabina de prueba.
Su voz salió como el cantar de los ángeles, tal vez incluso como el de una sirena, dulce y atrayente. Su voz era hermosa, no sabría como más definirla. Estaba mal hacerlo, sus pensamientos no eran correctos para alguien como él, para ser el líder del grupo pero simplemente no podía evitarlo, no podía evitar comparar sus voces y creer que la de Jungkook le resultaba más atrayente, maravillosa. Sí, era consciente de que la voz de Taehyung transmitía una nostalgia profunda, que era capaz de alcanzar notas altas o lograr moderarla para que se oyera más profunda pero la del maknae hacía que todos sus sentidos se fijaran solo en él, no solo sus oídos y voz, sino también su corazón.
¿¡Qué demonios sucedía con él!? ¿Qué hacía comparando a los chicos de esa forma?
—Hey, Namjoon, es tu turno...
La voz de Yoongi, junto a un golpe en su hombro, lo sacaron de su calvario interno. Miró al mayor, de pie a su lado y mirándolo con el ceño fruncido, luego miró alrededor notando que era el centro de atención. Se aclaró la garganta y se levantó de la silla que había estado ocupando, susurrando una disculpa mientras se dirigía a la cabina para su prueba. Pasando junto a Jungkook y evitando mirarlo, se sentía abochornado e incómodo, sus pensamientos se habían estado revolviendo y tomando caminos extraños en cuanto a él y no sentía que fuera correcto.
—Rapmon-hyung...
—Estoy bien, solo ve a hacer lo que tengas que hacer...
Lo interrumpió con voz grave y luego levantó la mirada hacia él, sonriéndole, aunque sus ojos nunca se conectaron. Jungkook lo dejó ir sin atreverse a detenerlo o decir algo más, lo vio adentrarse a la cabina, sonreír mientras se colocaba los audífonos y acercarse al micrófono pero creyendo que nadie lo veía, dejó que la sonrisa se desvaneciera y su expresión decayera. El menor lo observó un poco más, viéndolo asentir en silencio a lo que le era dicho y hablando en voz baja, tal vez disculpandose ya que había cometido varios errores al no estar del todo concentrado. Luego, luciendo preocupado, salió de la habitación para ir con los que ya habían terminado.
Namjoon se dirigió al baño tras terminar con la prueba de sonido y remojo su cara en el lavamanos, debía centrarse en lo que hacía, olvidar lo demás y no dejarse hundir nuevamente... Aunque ese pozo parecía muy distinto al que una vez cayó. Suspiró, se miró al espejo y contempló su rostro, no lucia enfermo pero los demás notarían que algo iba mal si seguía mostrando aquella expresión de sufrimiento. Salió del lugar y se dirigió a la sala de prácticas, era el único que faltaba, aunque eso no les impidió iniciar. Se adentró sin hacer ruido y miró desde el marco de la puerta, Hoseok estaba a cargo de la coreografía, algo normal.
Admiraba a ese chico carismático, amable, buen maestro, paciente y compresivo, además del mejor bailarín del grupo. Quien poseía el título de bailarín principal.
—¿Jungkook, la tienes ya?
—Eso creo.
Sus ojos se movieron de su amigo hacia el menor, Jungkook se movía hacia el centro de la sala, su expresión seria y concentrada en lo que iba a hacer. Demonios, ese chico era algo... Había comenzado a bailar, sus movimientos fluían como el agua, brillaban como el sol y lo cautivaban con una facilidad aterradora. No pudo dejar de observarlo hasta que por azares del destino sus ojos se encontraron, el maknae se detuvo abruptamente y tropezó sorprendido por verlo ahí, observándolo fijamente y casi sin parpadear. Sus extrañas acciones y mirada fija hicieron que los demás también lo mirarán, notando por fin su presencia.
—¡Oh, Nam! ¿Cuánto llevas ahí parado? Ven a practicar.
Hoseok se acercó a él y lo tomó del brazo llevándolo con los demás, solo pudo observarlo en silencio mientras se dejaba arrastrar, sus ojos chocaron contra los de Jungkook nuevamente notando que el menor desviaba la mirada con un ligero sonrojo. Se sonrojó también sin saber por qué y dejó de verlo, hacía más calor de lo normal, tal vez se debía a que era la sala de entrenamiento y sus compañeros ya habían comenzado a sudar. Se convenció de ello.
—Viste a Jungkook, ¿cierto?
¿Qué si lo vio? ¡Por supuesto que lo vió! ¿Cómo podría haberse perdido de su espectacular danza? Incluso llegó a pensar que Jungkook podría ocupar el lugar de bailarín principal si se lo proponía pero él estaba enfocado en ser un buen vocal, en cumplir con su rol como vocalista principal del grupo, aunque conociéndolo podía manejar ambos roles sin problema. Salió del mundo ilusorio cuando Hoseok golpeó su brazo con suavidad, viéndolo preocupado al no tener una respuesta, se aclaró la garganta olvidando aquellos locos pensamientos y asintiendo hacia su amigo que pareció tranquilizarse.
—Sí, parece que ya los domina...
—Bueno, es el Golden Maknae. ¡Ahora a practicar!
Elevó la voz risueño mientras llamaba la atención de los demás y por fin liberaba su brazo para pararse en medio de la sala dando indicaciones o consejos a quienes más lo necesitaban, tenía que reconocer que Hoseok no era el bailarín principal solo por su talento sino también por su forma acertada de guiar al grupo en ese sentido. Intentó sonreír ante ese pensamiento que internamente consideró correcto, lo que un buen líder debía pensar pero su sonrisa no alcanzó a formarse al aparecer una imagen de Jungkook bailando en su mente, sus ojos se movieron al menor casi de inmediato.
Jungkook estaba al otro lado del grupo, escuchando a su mayor con atención y asintiendo de vez en cuando, luciendo totalmente concentrado. Suspiró, tal vez debería tomar el ejemplo del menor y concentrarse en lo que debía hacer, era sorprendente ver como se perdía con facilidad cuando aquel chico aparecía de improvisto fuera o dentro de su mente. Jin, siendo quien estaba a su lado, lo codeo y luego se acercó para susurrarle al oído.
—Oye, ¿estás escuchando? Has estado muy distraído últimamente...
—Sí, supongo que no he dormido bien y estoy algo cansado...
—¿En serio? No pareces muy cansado para mi, sino más bien, estar flotando en otro mundo...
Lo miró de reojo, impresionado y sin poder rebatir, Jin se encogió de hombros y volvió su atención a Hoseok que le estaba explicando algo a Yoongi. Namjoon bajó la mirada pensativo, sus ojos se elevaron al sentirse observado, Jungkook desvío la mirada cuando sus ojos se conectaron. También desvío la mirada mientras apretaba los labios, tenía miedo a caer en aquel pozo que alguna vez lo atrapó y retuvo en soledad pero ahora temía caer en un pozo mucho más profundo y peligroso.
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🎀Admiración 🎀 Namkook - Kooknam [Bts]
Short Story¿Qué es la admiración? Jungkook está seguro de admirar a Namjoon. Lo admira más allá de su buen físico: -Es un buen líder. -Es fuerte e inteligente. -Es confiable. -Es leal. -Es sincero, capaz de decir la verdad aún si es dolorosa. -Es diverti...