Había caído de nuevo, no lo quería de esa forma, no lo había deseado pero le había resultado inevitable. Conforme pensaba en el concepto de admiración, en lo que significaba para él y el cómo admiraba a sus compañeros, había reiniciado todo el progreso de mejoría lenta que llevaba hasta ahora. Suspiró, decidiendo apagar el televisor y dirigirse a su habitación, tal vez necesitaba una distracción de tan desconcertantes pensamientos.
Se movió lento pasando frente a una de las habitaciones con la puerta semi-abierta, era de Jin. Se asomó un poco notando que el mayor murmuraba para sí mismo mientras sacaba su ropa del clóset y la arrojaba hacia la cama, sonrió un poco, al parecer estaba escogiendo lo que ya no utilizaba para regalarlo o (en caso de que estuviera en pésimo estado) botarlo.
¿Cómo podría no admirarlo?
Jin era el mayor pero también parecía ser el más joven, era bromista, divertido pero cuando la situación lo requería, responsable y serio. Además era el hombre más guapo del mundo, admiraba su confianza, aunque más que admirar a veces parecía envidiar.
—Hyung...
Saltó en su lugar y se giró sorprendido, Jungkook tenía el ceño fruncido pero no era por molestia, sino por la curiosidad de verlo asomado en la habitación de alguien más. Le sonrió un poco, avergonzado por ser pillado de esa forma, luego se distrajo mirandolo ya que lo tenía justo frente a él y a pocos centímetros. También era guapo, muy guapo. Entendía a las fans, entendía el por qué gritaban al verlo, el por qué admirarlo solo por su físico sin necesidad de conocer más allá. Desde su punto de vista, podría decir que era más guapo que Jin pero eso variaba según cada gusto, ¿no? También estaba el hecho de que él se tenía confianza, se tenía confianza en su físico y habilidades pero nunca hacía uso de ella, como si en realidad no la necesitara y aún así...
—¿Qué hacen fuera de mi habitación?
Ambos saltaron sobre sus lugares y miraron al mayor que salía de la habitación con el ceño ligeramente fruncido, los miraba de forma sospechosa y con los brazos cruzados sobre su pecho, esperando una respuesta. Jungkook lo miró a él, exigiéndole también una respuesta, después de todo era quien había estado asomado hace apenas unos segundos. Namjoon los miró a los dos y se mordió el labio inferior con nerviosismo, no tenía realmente una excusa, solo había sentido curiosidad y luego se había perdido en sus pesados pensamientos.
—Bueno, yo...
—¿Qué hacen?
Una voz dulce, cantarina, alegre y curiosa apareció como un salvavidas. Jimin salía del baño y se dirigía a su habitación, por lo que tenía que pasar por ahí y obviamente los había visto, aunque no entendía nada de lo que sucedía. Namjoon aprovechó que la atención de los otros dos chicos se fijó en el recién llegado y se escabulló, huyendo rápidamente mientras daba algunas miradas hacia atrás, sus ojos apreciando al más bajo mientras sonreía haciendo que sus ojos desaparecieran.
Jimin era endemoniadamente tierno, no tenía que esforzarse, le salía de forma natural y hermosa. Era una de las partes que admiraba de él, pues el chico tenía un enorme talento en baile, canto y lucir bien. Además de su personalidad brillante, tal vez un poco malicioso pero nunca malvado, era casi como un ángel.
Sus ojos se conectaron a los de Jungkook, quien obviamente había notado su huida, lo vio una vez más de forma apreciativa. El menor antes era tierno, incluso más que Jimin, tal vez por considerarlo (durante esa época de pre-debut y debut) como el bebé del grupo lo creía así pero aún conservaba esa parte. Aún era capaz de derretir corazones con una linda sonrisa, aún actuaba de forma infantil en algunas situaciones volviéndolo realmente tierno, ese chico tenía un encanto natural y ni siquiera parecía saberlo. Hacía pucheros cuando no le salían las cosas como quería, se acurrucaba como un cachorro cuando tenía frío o estaba demasiado cansado, dormía mientras alguno de los mayores le acariciaba el cabello y sonreía de una forma tan sincera que a veces su corazón...
Detuvo su línea de pensamientos mientras abría los ojos impresionado por ellos, despegó los ojos del menor y se apresuró a adentrarse en su habitación, cerrando la puerta tras de sí y recargandose en ella. Llevó una mano a su pecho y sintió el palpitar acelerado de su corazón, buscó tranquilizarse mientras intentaba no pensar en lo que eso significaba, después de todo los nervios aceleraban el pulso y no tenía por qué pensar a qué se debían. Unos suaves golpes en la puerta lo hicieron sobresaltarse, su mano buscó la manija para sostenerla, aunque ninguno de los chicos haría algo como meterse a la fuerza.
—Hyung, hyung... ¿Está bien? No se veía muy bien hace un momento y yo...
—¡Estoy bien! No te preocupes, Kookie, solo necesito dormir...
Se odió por gritarle al menor pero no estaba seguro de querer verlo justo en ese momento, no escuchó nada por unos segundos, luego escuchó un tenue y casi desilusionado susurro diciéndole que descansará. Respiró hondo cuando escuchó sus pasos alejándose y luego su dulce voz murmurando a la lejanía, probablemente hablando con Jin y Jimin, después de todo ellos dos solían ser los que más preocupación mostraban hacia los demás. Soltó la manija y se alejó de la puerta, dirigiéndose a su cama y dejándose caer en ella bocabajo, levantó la cabeza cuando sintió que le faltaba el aire y miró el póster que tenía pegado en la pared.
—Soy un idiota...
Susurró dejando caer la cabeza contra su almohada pero esta vez de lado, cerrando los ojos y suspirando con pesadez, eso nunca le había sucedido. Él naturalmente veía a sus compañeros como hermanos, los admiraba en silencio, apreciaba como mejoraban continuamente y se volvían personas cada vez más fuertes. Ellos le brindaban sensaciones cálidas, hacían que su corazón se sintiera tranquilo y en paz, desaparecían los pensamientos que lo hacían dudar de sí mismo al compararse con ellos y otros más.
Era un poco irónico pero así funcionaba.
Se comparaban entre sí pero de forma sana, para mejorar, para darse consejos, para apoyarse y alentarse... Ellos eran así pero él era diferente, cuando él comenzaba a compararse y notar cuantas deficiencias poseía, los chicos aparecían con sonrisas y bellas palabras para alegrarlo. Una lástima que no siempre funcionara, de hecho las veces que funcionaba no lo hacía del todo, pues siempre quedaba algo rondando en su mente diciéndole "¿Es realmente así? ¿Puedes estar a su nivel? ¿Mereces ser admirado como ellos? ¿Tienes algo que sea admirable?".
No supo cuando se quedó dormido pero despertó gracias a unos golpes en la puerta, se levantó bostezando y restregando sus ojos, abrió la puerta sin ver quien estaba ahí. Su vista, en cuanto estuvo lo suficientemente clara y al estar baja, dio con un plato y un vaso siendo sostenidos por dos manos largas. Levantó la mirada hacia al dueño de dichas manos y que se había molestado en llevarle la cena, el rostro de Jungkook era iluminado por la luz del pasillo, su expresión era serena y le ofrecía una pequeña sonrisa mientras acercaba la comida hacia él esperando que la aceptará.
¿Merecía el afecto que Jungkook le ofrecía?
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🎀Admiración 🎀 Namkook - Kooknam [Bts]
Short Story¿Qué es la admiración? Jungkook está seguro de admirar a Namjoon. Lo admira más allá de su buen físico: -Es un buen líder. -Es fuerte e inteligente. -Es confiable. -Es leal. -Es sincero, capaz de decir la verdad aún si es dolorosa. -Es diverti...