Día 1

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Astrology/Tarot Cards/Dreams

-Es un estudio básico, pero puedo decir que me siento afortunado. - Decía para sí mismo. Su concentración estaba absorta, no podía desviar su atención luego de estar presenciando tan bellos cuerpos celestes. De cuando en cuando anotaba los puntos de referencia de estas y quien sabe qué más, pues eran trazos con un propósito personal y de aprendizaje, sin ningún orden en particular. - Para saber la posición de cada planeta o estrella se necesitan cálculos matemáticos para establecer las coordenadas adecuadas, de tener el equipo necesario estoy seguro de que podría hacerlo. Aunque, no me quejo, esto es maravilloso.

Posicionando su ojo en el portador ocular, su pupila se contraía por la fuerte iluminación plateada; y ciertamente, su habitación apenas era iluminada con un par de lámparas de lava en cada lado de su cama. Y aunque no eran necesarias, la luna hacia el mayor trabajo; de manera tal que su piel y sus cabellos rubios parecían albinos.

Tan ensimismado estaba, que no había notado desde un inicio los fuertes toques de su puerta, que le hicieron sobresaltar ya sintiendo una irritación en su interior.

-¡Oye, Fugo! - De inmediato supo de quien se trataba y aun fuera él o cualquier otro, no se molestaría en ocultar su enojo. - ¡Hey! ¿Estás ahí?

-¿¡Qué carajo quieres!? ¡Estoy ocupado! - Volvió su vista a la luz de luna, más ahora los toques fueron más fuertes. - ¡Narancia, lárgate!

-¡Imbécil! Solo quiero darte esto. - Contestó el mencionado ya de bastante mal humor por cómo le hablaba.

Rodando los ojos y ya resignado, Fugo fue directo a la puerta a abrirle para volver a su labor lo más antes posible.

-¿Qué quieres? - Abrió entrecerrando un poco los ojos por la luz cálida del pasillo. Su vista de a poco pudo acostumbrarse encontrándose con el jovencito más bajo y de cabellos negros mirándole con reproche.

-Ya terminé mi tarea. - Narancia levantó en su cara una libreta abierta, y Fugo la tomó revisando lo que había hecho.

Estuvo varias horas en el telescopio, que olvido que esa misma mañana había tenido tutoría con Narancia.

- No puedo creer que hayas demorado tanto con tan simples operaciones. - El más alto examinó las respuestas, y aun fueran acertadas, le sorprendía el tiempo que se había tomado con tan fáciles operaciones matemáticas. Ahora fue el turno de Narancia irritarse con ese comentario. - ¿Me molestas solo para esto? ¿Sabes la hora que es?

-Pues para tu información, tardé tres horas máximo. - Fugo le miró arqueando una ceja, de igual forma era demasiado tiempo. - Estuviste todo el maldito día con tu armatoste de ñoño que no quise molestarte.

El más alto parpadeó un par de veces no asimilando al momento, aunque ahora que daba cuenta, desde que llegó su paquete; es decir, su telescopio, no ha atendido a nadie luego de la tutoría con el de cabellos azabache. Bien sabían todos en esa casa, el temperamento que tenía y por ello el jovencito supo aguardar hasta cierta hora.

Narancia se cruzó de brazos mirando a un costado queriéndolo evitar. Fugo revisó el reloj de pulsera y sincerándose, no supo por cuanto tiempo estuvo encerrado. Viendo el rostro afligido y molesto del otro, pensó en que quizá fue injusto tratarle de esa manera.

Dejó salir un poco de aire de sus pulmones tranquilizándose.

-Huh... lo siento. - Cerró el cuaderno no tomándole importancia o al menos para esos momentos, solo quería volver a su telescopio, pero tampoco quería hacer sentir mal a Narancia por una estupidez. - No quise gritarte, revisaré tu tarea mañana temprano, ¿De acuerdo? Ahora por favor, vete. - Tomó la puerta con el ademan de cerrar, esperó a que el jovencito asintiera y se fuera, más no fue así.

FugoNara week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora