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Con el poco tiempo que llevaban Valt y Aiga como pareja, el de ojos turquesas se había dado cuenta de algo, era adicto a las sonrisas de su querido peli-azul, amaba ver sus bellos labios arqueados formando esa brillante sonrisa llena de amor y amabilidad y lo mejor de todo... ¡Esas sonrisas eran solo suyas! Eso provocaba que en algunas ocasiones sintiera celos al ver como su novio le brindaba una gran sonrisa a casi todo el mundo
Lo que él no sabía era que Valt también era adicto a su bella sonrisa, el de ojos chocolates haría todo con tal de que su pequeño niño sonriera y estuviera feliz, odiaba verle llorar y seria capaz de hacerle pagar a la persona que se atreva hacerle daño
Los dos son una pareja muy unida y eso no lo van a negar, el hijo mayor de los Aoi y el hijo mayor de las Akaba amaban la sonrisa de su pareja y harían hasta lo imposible para que se mantuviera en sus maravillos labios que sólo ellos podían tocar
—eh, Valt...— se giro solo para encontrarse con esos bellos orbes turquesas los cuales le observaban con preocupación —¿porque tan triste?
Se mantuvo en silencio por un largo rato, dio un largo suspiro cuando pasaron unos segundos, una pequeña lagrima se deslizó por su mejilla, algo malo había pasado y eso estaba preocupando al Akaba
—mi...— le costaba decirlo, cuando quería hablar un nudo se formó en su garganta, estuvo en silencio por unos segundos y volvió hablar —mi papá tuvo un accidente y... Ahora está muy delicado de salud, parece que entro en coma
Dio un salto, se sintió terrible al escuchar la noticia, en su rostro de dibujo una expresión de tristeza al ver como el peli-azul comenzó a sollozar y apoyaba su cabeza en el hombro del más bajo, el cual, solo acarició sus cabellos
Necesitaba hacer algo, no permitiría que el llorara, odiaba eso, oírlo sollozar y ver como esas gruesas lágrimas caían de sus maravillosos ojos y mojaban sus rojas mejillas
Tomó la barbilla del oji-cafe y depósito un suave beso en sus labios, luego de eso llevó sus manos a los labios de este y los arqueo formando una pequeña sonrisa
—todo estará bien... Además, conociendo a tu padre no creo que a él le gustaría verte llorar— dio unas suaves palmadas en las mejillas del más alto forzando una sonrisa —debes ser fuerte cariño, por tu madre, Nika y Toko
El Aoi río por lo bajo, Aiga siempre sabía como hacerle sentir mejor, volvió a darse un beso con su pareja para luego tomar su mano y comenzar a caminar junto el
Por alguna razón desde ese día el castaño no quito su sonrisa, porque cada vez que lo hacía le daba algo de esperanzas a su peli-azul y le alegraba el día, porque Aiga era adicto a las sonrisas de Valt y quería que el estuviera con él ánimo arriba todo el tiempo
Quería lo mejor para el y eso Valt lo agradecía
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