Prólogo

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Despierto y sudor recorre mi rostro al igual que mi cuerpo, con solo pensar que ellos podrían encontrarme, me da pánico. ¡No quiero volver allá!...Recuerdo como es exactamente ese lugar . Es un cuarto con dos ventanas a los extremos de la puerta, parecía una cárcel. No quiero que me atrapen. Sin embargo es imposible las imágenes viajan a mi cabeza y no puedo conciliar el sueño, no puedo...Mis pensamientos son interrumpidos por la voz ronca de mi mate.

—¿Qué pasa Princesa?  —habla mi esposo abriendo sus ojos, reflejando en su mirada preocupación—. ¿Te duele algo? Es que estás muy inquieta —volteo hacia él y le sonrío para que no se preocupe.

— No, tranquilo, estoy bien —respondo lo más tranquila que puedo, no quiero que mis nervios delaten que estoy preocupada por un simple sueño. Además, desde que estuve teniendo pesadillas, he bloqueado mis pensamientos; solamente los que quiero mostrarle, pero no todo lo que pienso—. Lo siento, puedes volver a dormir —Asiente no muy convencido de lo que dije. Levanta un poco la cabeza y sonríe al percatarse de la personita a mi lado —. ¿No puede dormir tampoco?—pregunta mirándome con su ceja alzada.

— No, no se porque no puede dormir. Solo lo hace cuando está junto a nosotros —le respondo sin darle la verdadera razón. Nuestro pequeño le teme a estar solo en su habitación, lo entiendo es algo normal a su edad temerle a la oscuridad o a la soledad.

— Dejaré pasar esa excusa como si de verdad la creo —lo ojea y niega con la cabeza—. Debe aprender a dormir en su habitación. Aunque sea pequeño es un licántropo, futuro Alpha y no debe temerle a la soledad. No sabemos que pueda pasar en el futuro y el debe enfrentarlo para que pueda seguir adelante —trato de hablar pero un nudo se me hace en la garganta y al final decido no decir nada—. El me lo dijo, y lo entiendo. Te amo —Es lo último que menciona para luego acomodarse y volver a caer dormido. Por otro lado, se que llegará el día de decirle quienes fueron los que me hicieron llegar junto a él. Con el solo hecho de recordarlo es doloroso, además para mí, es una pesadilla que quiero olvidar. Todo el sufrimiento que aun llevo en mi memoria.

Suspiro para tranquilizarme. Una sonrisa de enamorada se asoma en mis labios al ver sus brazos rodear mi cintura. Y como no estar feliz y sonriente si este es el hombre a quién amo, con mi vida.

Acaricio la mejilla de mi nene y planto un beso en esta —. Te amo, mi hermoso bebé, eres lo más precioso para mí —Le susurro y con mi mano libre acaricio el cabello suave de mi esposo, haciendo que me apegue más a su cuerpo notando una sonrisa aún dormido —. Los amo, ambos son mi felicidad —siento una lágrima de felicidad recorrer por mi mejilla. Sé que algo grande se aproxima, haré lo que sea por ustedes. Y con este último pensamiento caigo rendida ante el sueño, dejándome llevar por la calidez que me proporciona el cuerpo de mi mate.

Me llamo Ámbar West. Cuando lo conocí no tenia recuerdos y pensaba que era humana. Nunca creí que me llevaría una sorpresa al pisar este lugar. Pronto reclamaré mi posición, y haré que me conozcan como una luna justa y  protectora junto a mi mate.

La Frágil Rosa Del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora