Cap.1

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Pov Ámbar

Corro lo más rápido que puedo, no me detengo por nada del mundo,  ahora que pude escapar no regresaré a ese lugar tan horrible. Mis pies arden de lo lastimados que están por el frío suelo y la tierra rustica. No puedo detenerme ahora, no puedo. Sin embargo, cada vez estoy más débil,  pierdo más fuerza y mi corazón late frenéticamente.

— Oye pequeña, vamos regresa con nosotros —habla uno de ellos y escucho sus pasos más cerca de mí—. No hagas las cosas más difíciles —lo ignoro y no detengo mis pasos, siento mi cuerpo lastimado y como puedo logro avanzar aún más para dejarlos atrás.

— No podemos seguirla desde aquí, no es nuestro territorio —escucho la voz del otro hombre hablarle a sub compañero—. Esta bien, ya vámonos —es lo último que dice para alejarse de mí con pasos apresurados.

— No puedo más —caigo de rodillas, mirando la sangre seca en mis manos. A lo lejos veo una silueta acercándose a mí, pero antes de distinguirla mi vista se nubla para ver todo mi alrededor tornarse negro, ¿acaso moriré en este lugar?...

...

Abro pesadamente mis ojos, sintiendo como el dolor llega a mi cabeza. Así que parpadeo varias veces enfocando mi vista en el lugar donde me encuentro; es una habitación muy grande, realmente espaciosa y muy bonita. Me levanto lentamente, ya que el ardor en mi cuerpo se hace presente. Paso mis manos por mi rostro hasta deslizarla por mi cabello. Miro hacia la ventana y mi vista recae en un mueble donde está un chico rubio acostado con audífonos en él.

>> Él...¿me habrá rescatado? Parece que está dormido...¿ El me trajo aquí solo? Debería agradecerle. Aunque es muy guapo, espera...ya estoy pensando esas cosas y ni siquiera lo conozco, que forma de empezar la oportunidad que me dieron de vida, me escucho como toda una acosadora...La verdad ¿Qué hago? Me acercaré un poco, quiero saber donde estoy...la curiosidad mató al gato. Quiero saber si  estoy muerta o de verdad me salvó. Si él lo hizo debo agradecerle <<

Me voy acercando lentamente y toco su mejilla con suavidad...me sobresalto al escuchar su voz.

—¿Qué haces? —Me pregunta sin aún abrir los ojos—.  ¿Tanta curiosidad te dió? —abre los ojos y lo observo fijamente y me pierdo en su mirada.

— Perdón —parpadeo y me sonríe—. No era mi intención incomodarte, es que quería verificar si estaba muerta o seguía viva, es todo —vuelvo a mirarlo impactada, sus ojos son diferentes; su ojo izquierdo es verde y el otro es un rojo intenso—. Tus ojos son —Se levanta tomándome de sorpresa.

— Diferentes lo sé —comienza a ocultar su ojo derecho con su cabello—. Soy extraño, no eres la única que lo piensa —coloca su mano en su rostro—. Tranquila, no debes preocuparte por haberlo pensado así —intenta acercarse y yo retrocedo un poco.

— No pensé  así, es que nunca había visto a una persona con esa característica tan notable, me sorprendió ver de cerca tus ojos de diferentes colores —menciono con sinceridad, sin miedo, después de todo el me salvó.  Estoy un poco nerviosa y con mucha curiosidad con respecto al lugar donde me encuentro.

— Soy extraño, para el mundo lo soy —susurra y camina hacia la puerta.

— No para mí — lo miro fijamente de nuevo, sonríe, toma el pomo de la puerta y antes de salir se voltea hacia mí.

— Gracias...

— ¿Gracias? ¿Porqué? —su atención está en mi —. No debes agradecerme, más bien debo agradecerte yo a ti por salvarme y no dejarme allá afuera, habría muerto sino me hubieras recatado.

— Para mí es un placer protegerte, puedo notar que eres una hermosa persona,  ¿Puedo? – Señala la puerta y asiento.

—Sí, claro adelante —Gira el pomo de la puerta  y sale de la habitación. Comienzo a tocar mi rostro repetidas veces, ya que siento mis mejillas ruborizarse.

>> ¿Pero, qué acaba de pasar? ¿Por qué me dijo todas esas cosas? Estoy realmente confundida. Debería preguntarle más sobre esto y en que lugar me encuentro. <<

Tengo muchas preguntas que hacerle, aparte no sé su nombre—Salgo de la habitación, observo un pasillo así que comienzo a caminar y veo un hermoso papel tapiz en las paredes, también algunas repisas bastante bonitas. Bajo las escaleras tratando de seguir sus pasos pero, no sé a donde ir.  Me decido por volver a caminar por el pasillo extrañándome de no haber visto a nadie, ignorando esto, sigo en busca del chico. Escucho mis pasos mientras avanzo por otro pasillo diferente. El color de las paredes de este es diferente al anterior, poco a poco aparecen en mi campo de visión varios cuadros. Mi atención es captada por uno más grande, donde llego a la conclusión que es la familia del chico. En el lienzo, se presenta en el centro a una mujer muy hermosa sentada, su cabello dorado ondulado y con mechones adelante le dan un aire elegante, su rostro muestra felicidad transmitiendo dulzura y tranquilidad, su vestuario se componen de un vestido largo de color índigo con detalles en dorado, sin mostrar su calzado; detrás de ella un hombre de alta estatura, tiene un traje color negro con algunos detalles en color dorado; a su lado están dos chicos; el más alto es un castaño ojos verdes, el otro chico es rubio de estatura más baja que el anterior, sus ojos eran de colores diferentes; ellos también tenían un traje parecido al de su padre. Por último, se podía contemplar a una niña muy sonriente, cabello corto más pequeña, su vestido largo hasta las rodillas llamaba al atención por los bordados al igual que el de su madre es de color índigo.

— Este retrato es muy bonito, todos se ven felices —sonrío ante la imagen frente a mí.  Sigo caminando y antes de llegar al final del pasillo, me encuentro que conecta con otro pasillo. Así que, sigo el mismo pasillo para terminar de ver aquel cuadro que llama mi atención y está más alejado al resto.  Al estar frente a la pintura quedo asombrada, ya que está la imagen de una persona que al parecer es hombre por la vestimenta de antes pero,  está rasgado y sin poder notar quien era esa persona , al saber esto continuo mi camino hacia el pasillo anterior.

— ¿Quién era esa persona? —suspiro al no entender, no podía identificar su rostro ya que estaba rota el lienzo. Escucho voces , así que empiezo a apresurar mis pasos para llegar a donde se encuentran estas. Al estar cerca, me detengo justo enfrente de un marco, visualizo frente el lugar y comprendo que es la cocina. Vuelvo a escuchar las voces y se hacen más claras, notando la voz del chico de antes. Al adentrarme al lugar lo veo conversando con una chica de estatura baja, su piel es blanca, su cabello es castaño ondulado este es cae hasta su media espalda. El chico se percata de mi presencia y la chica voltea su rostro, fijando su mirada hacia mí y puedo observar sus ojos color miel. Voltea y me mira con una mirada profunda como si estuviera leyendo mi mente a través de mis ojos.

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La Frágil Rosa Del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora