Nadé rápidamente hasta la superficie. El bote estaba volteado pero aún flotaba. Jaeden ya se había subido.
—¡Dame la mano! —me dijo.
Yo le sostuve las manos y cuando comenzaba a trepar sentí cómo unos dientes filosos se clavaban en mi pierna y tiraba de mí hacia abajo. Grité muy fuerte y casi me suelto de Jaeden.
—¡No! —gritó él.
—Duele mucho —le dije.
—Por favor resiste.
Yo no pude aguantar más y me solté.
—¡Noo! —gritó él.
El agua me arropó por completo. Sentía cómo otros tiburones me golpeaban en la cara, el abdomen y la espalda. "Es mi fin", pensé. Pero luego recordé que Jaeden me había dado una navaja. Enseguida la saqué de mi bolsillo y se la clavé en la cabeza al tiburón que me estaba mordiendo la pierna. No sé cuántas veces lo hice, pero fueron suficientes para que el tiburón me soltara.
Inmediatamente comencé a nadar. No sabía en qué dirección lo estaba haciendo, pero eso no me importaba. En un momento pude sentir tierra. Sí, ¡era tierra!
Subí a la superficie y continué corriendo aunque me dolía mucho la pierna. Lo había logrado, realmente había llegado a la costa. Sentí mucha felicidad. Pero no duró mucho. A mi espalda escuché a Jaeden gritar.
—¡Clara ayúdame!
Esto aún no había acabado.
Entré en pánico. ¿Cómo podía ayudarlo? Lo observé por un momento. Los tiburones daban pequeños saltos para atraparlo.
Miré a mi alrededor y vi los autos, luego miré al lago. El bote no estaba tan lejos de la costa, talvez podía usar el auto de Scarlet como un puente. Intenté correr hacia el auto. Scarlet siempre había tenido una llave de repuesto dentro del auto al igual que yo.
Agarré una roca grande del suelo y la lancé a la ventanilla del conductor. El vidrio estalló en mil pedazos y pude abrir la puerta. Rápidamente comencé a buscar la llave. Estaba debajo de la alfombra. Encendí el auto y presioné el acelerador. Sin pensarlo dos veces lo metí en el lago. El agua comenzó a entrar por el cristal roto. Yo comencé a salir por ese mismo agujero.
—¡Clara cuidado! —me gritó Jaeden.
Miré hacia atrás, un tiburón se acercaba. Subí más rápido a la capota y el tiburón chocó contra el auto.
—¡Salta! —le grité.
Él se puso de pie, tambaleándose, y cuando iba a saltar dos tiburones golpearon el bote alejándolo un poco del auto. Enserio no querían que nos fuéramos. Pero Jaeden estaba muy decidido de salir de aquí, así que se puso de pie y saltó hacia el auto. Casi se cae al agua, pero yo lo sostuve de la mano.
—Vámonos de este maldito lugar —me dijo.
Asentí con la cabeza. Cruzamos el auto y luego saltamos. El agua nos llegaba a las rodillas y corrimos hasta llegar a tierra firme. Mientras corríamos hacia el auto yo me caí sobre mi pierna herida. Grité. Jaeden se acercó rápidamente a mí.
—¿Qué sucede? —me miró la pierna—. Rayos, estás sangrando mucho.
Se quitó la camisa y me vendó la pierna. Luego me ayudó a levantarme.
—Vamos a un hospital.
Abrió la puerta del acompañante y me ayudó a entrar. Luego entró él y encendió el auto. Pude ver cómo nos alejábamos del lago y dejábamos atrás a Jonathan y a Scarlet. Las lágrimas me recorrían por la cara. Ellos no tuvieron suerte. Este sin duda era el peor verano que haya tenido. Pero me sentía agradecida.
La vida me había dado otra oportunidad para continuar, al igual que a Jaeden. Y la voy a aprovechar, no será fácil, pero debo seguir adelante.
Soy Clara, y aquí termina mi historia.
Gracias a todos los que se tomaron el tiempo para leer esta historia. Espero que lo hayan disfrutado. Si les gustó, compártanlo con sus amigos para que ellos tambien la puedan disfrutar. No olviden dejar en los comentarios que tal les pareció la historia.😉❤
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Rodeados de Tiburones
Hành độngCuatro chicos deciden ir a un lago después de haber tenido un verano aburrido. Ellos se adentran en el lago en un bote de remos sin saber lo que allí les esperaba. ¿Podrán sobrevivir a un ataque de tiburones toro? #1 tiburones #10 lago