Capitulo 1

699 104 23
                                    

— No puedes ignorar la ley para siempre. Hay muchas manadas y un número limitado de Omegas. Tú lo sabes. Tienes que aceptarlo.

— No tengo que hacer nada. Esta es la elección de Tay, ni tuya, ni mía, y definitivamente no es de nadie más. Se queda porque quiere, y siempre será bienvenido aquí. Además, pertenece a la manada de Off.

— Off no tiene una manada. Padre, esto es ridículo.

Tay escuchó con el corazón pesado mientras los dos Alfas discutían una vez más sobre su destino. Esta no era la primera vez que sucedía, ni sería la última, pero nunca se hacía más fácil. La familia Adulkittiporn siempre había tenido tiempos bastante difíciles debido a la cantidad de Alfas que habían crecido juntos, pero como últimamente, su presencia había empeorado las cosas.

Una mano suave aterrizó sobre su hombro, y Tay saltó, alejándose de la pared donde se había estado escondiendo, no escuchando a escondidas. Se liberó del agarre y giró sobre sus talones, solo para enfrentar a un Gun de aspecto resuelto.

— No es tu culpa, ya sabes — dijo el humano, sin lucir ni un poco desconcertado por la reacción de Tay—. Siempre habrá personas que quieran aprovecharse de ti, pero eso no significa que les debas nada.

Tay se desplomó contra la pared y miró hacia el techo, de repente sintiendo su fuerza agotada: — Lo sé. Es sólo que... a veces me pregunto si no sería mejor para todos si simplemente aceptara lo que Dan quiere.

El hermano de Off, Dan, también era un Alfa. A diferencia de Off y su hermano menor, Prem, Dan ya tenía una manada propia, una joven que sin embargo estaba ganando fuerza. Lo que le faltaba era un Omega, lo cual no debería haber sido el caso debido a la existencia de un extra en la manada Adulkittiporn original.

La "Ley Corazón de Manada" decretó que solo podría haber un Omega por manada, y la esposa del Alfa Adulkittiporn, Dararat, también era Omega. Pero años atrás Off había intervenido y aceptado el exilio para que Tay pudiera quedarse aquí donde se sentía seguro y amado. Lamentablemente, todos sabían que las acciones de Off sólo habían sido una excusa, y ahora que él había tomado un compañero humano, parecía aún más improbable que el amigo de Tay comenzara una manada propia.

Como era de esperar, Dan había regresado y la presión que estaba ejerciendo sobre su padre aumentaba más y más cada día. El alfa mayor nunca le pediría a Tay que hiciera nada con lo que se sintiera incómodo. Pero había otras consideraciones a tener en cuenta... y la más importante una concerniente a su propio corazón.

La voz de Gun lo sacó de su trance: — ¿Tay? Tay, ¿Estás bien? ¿Qué pasa?

Se dio cuenta de que debía haber caído tan profundamente en sus pensamientos que se había perdido cualquier reacción que Gun haya tenido ante sus palabras originales: — Estoy... bien — ofreció vacilante.

La respuesta no habría convencido a un extraño, y mucho menos a Gun que se estaba convirtiendo rápidamente en un buen amigo y un espíritu afín. A pesar de ser humano, Gun se parecía en muchos sentidos a un Omega, su fuerza silenciosa muy similar a la de Dararat.

Gun le frunció el ceño con la misma ferocidad que hacía que incluso los Alfas se acobardaran: — No te creo.

¿Sería capaz Gun de entender lo que otros hombres lobo no podían?

Tay lo dudaba. Pero suponía que Gun tenía un interés más profundo en el asunto que nadie más, por lo que Tay podría al menos intentarlo.

Tomó la muñeca de su amigo y lo arrastró lejos. Dejaron el corredor detrás, y los sonidos de la conversación en curso se desvanecieron a medida que se aventuraron por un pasillo diferente. Tay llevó a Gun a su propia habitación. Necesitaba la familiaridad si iba a admitirle esto a alguien.

Una guía omega para citas (NewTay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora