1. Repostería barata

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Era por la mañana y todos en el pueblo estaban bastante ocupados. En el laboratorio que se encontraba en lo más alto del pueblo la situación no era distinta.

Una pequeña niña no paraba de moverse de aquí para allá, haciendo quién sabe qué. El pobre anciano que seguía sus órdenes creía que desfallecería en cualquier momento. Suerte que un joven hyliano rubio se había ofrecido a ayudarlo.

–¡¡Symon!! Tráeme los engranajes ancestrales que hay en aquella mesa. ¡¡Deprisa!!

–¡¡Sí!!

Los dos hombres presentes tan solo hacían eso, seguir órdenes. No sabían cuál era el objetivo de la chica. Prunia no quiso decírselo, dijo que era un secreto y que solo podrían saberlo una vez estuviera acabado y funcionara. A Symon no le importó, pero Link era otro caso. Moría de curiosidad ¿Por qué Prunia era tan cruel?

–Uff... Vale chicos ¡¡Descanso!!

Symon se preguntaba continuamente como podía mantenerse tan enérgica durante todo el día a pesar de todo el trabajo que tenían. Supongo que rejuvenecer le había sentado bien. A veces hasta se sentía tentado a pedirle que lo rejuveneciera también.  Pero no, obviamente no lo haría, sería como jugar con fuego. Prunia y sus inventos eran demasiado impredecibles,  lo sabía de sobra.

–¡¡Bien!! Últimamente he estado interesada en la repostería y probé ha hacer unos pastelillos ¡¡Así que esa serán nuestra merienda hoy!! ¿Qué decís?

¿Repostería?¿Tan de repente? Las primeras veces de Prunia nunca salían bien, eso era algo que Symon había aprendido con los años. Iba a negarse pero...

–¡¡Por mí perfecto!! Muero de hambre.

Y no mentía, su estómago ya empezaba a hacer ruidos raros. Si no supieran que es su estómago, probablemente Symon y Prunia se habrían preparado para batallar con una horda de moblins. Pero no, solo era el estómago de Link.

Symon retuvo sus ganas de golpear su propia cara ante la estupidez del rubio. Que se le iba a hacer, ese hyliano solía pensar con el estómago en ese tipo de situaciones.

–Bien, los dejé guardados en la nevera ahora vuelvo.

El joven hyliano y el anciano seikha se quedaron solos en el laboratorio.

–Creo que nos quedamos sin setas de hyrule, iré a buscar. Dile a la jefa que he salido a recolectar víveres.

Symon aprovechó el momento para huir de allí y de paso dejarle la carga de su propia huida a su compañero temporal. No quería echarse flores, pero sinceramente... ¡Era un plan perfecto! Y Link ni siquiera se lo tendría en cuenta supongo. Después de todo fue él quien le dijo que sí a Prunia así que le tocaba cargar con las consecuencias.

–Vale. Pero te perderás los pastelillos.

"Ese es el punto" Se dijo internamente el anciano. Pero claro que no iba a decirle eso al chico.

–Sí... no importa, te doy los míos. Adiós Link.

–¿En serio? ¡¡Que bien!! ¡¡Adiós Symon!!

Eso había sido fácil. Symon no se demoró más  y se fue como alma que lleva el diablo.

–¡¡Ya he vuelto!!– Prunia inspeccionó todo el laboratorio con la mirada –¿Y Symon?

–¡Oh! Acaba de irse. Dijo que no quedaban setas o algo así... ¡¡También dijo que me daba su parte!!

Link no podía dejar de babear. De verdad que se moría de hambre, y Symon le había dado su parte ¡¡Genial!!

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