Capítulo 4

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Si pensé que la noticia de tener a Neissa a menos de 2 kilómetros de mi era lo peor que me podía pasar en estas vacaciones, pues estaba equivocada, muy equivocada... Me explico

La segunda mala noticia fue tener que compartir carro con Daemon, la cosa empeoró cuando justamente de todos los lugares del auto se viene a sentar a mi lado, podría empeorar mas mi vida? Yo creo que sí, el sueño prefirió pasarme factura en ese momento, si no mal recuerdo la última vez que me quede dormida cerca de Nielsen termine con doble ceja, la vez antes de esa con pegamento en el pelo y unos meses antes de esa vez amanecí con una rana reposando en mi cara, de vez en cuando aun siento al bicho ese acurrucado en mi rostro

Cuando al fin mis ojos se dignaron a abrirse me di cuenta de que estaba acostada en una cama, supuse que mi hermano me había dejado ahí, a mí alrededor todo estaba oscuro y lo único que se escuchaba era la lluvia torrencial que caía fuera, decidí buscar una salida del lugar, una muy difícil misión, ya que si tomamos en cuenta que estaba en un lugar desconocido y con una oscuridad que no te permitía ver tres en un burro, pues si tenía la vida complicada, al final, aunque me tropecé como quince veces con algún objeto y termine con mis rodillas magulladas

Salí del cuarto oscuro del terror solo para querer volver a entrar, este sin lugar a dudas era el corredor más espeluznante que había visto en toda mi vida y el hecho de que estuviera oscuro y lloviendo era la combinación perfecta para hacerme mojar mis shorts, ya empezaba a preguntarme si estar en este lugar no era idea de la maquiavélica mente de Nielsen.

Cagada en miedo pero aun conservando mi dignidad me sujeté las bragas y baje aquellas escaleras. Para mi suerte el primer piso de la casa se encontraba considerablemente mas iluminada que la segunda planta, vague un poco por el lugar hasta que encontré la cocina y ya allí localice un reloj

-Las 9 de la noche? Por qué dormí tanto?

-Porque eres una jodida perezosa- ughhh

-jajajaja, que comentario más suspicaz- me burle sin gracia, pero luego le toco el turno a el

-jajajaja, espero que mantengas esa sonrisa cuando te veas en un espejo- rayos!!

Utilice el cristal de la mesa como espejo y observe detalladamente mi pelo y mis cejas, todo estaba intacto, lo único de mas era el pene mal dibujado junto a mi boca

-Enserio Daemon?, eso fue lo mejor que se te ocurrió? No es como si me estuviera quejando pero, debo decir que estás perdiendo el toque

-El marcador es permanente- bien con eso no contaba, así y todo si me esfuerzo se borrara rápido- aunque debo de ser sincero y decirte que eso no es obra mía- ya me extrañaba- lo que verdaderamente tienes que ver es tu cara cuando te diga que compartiremos habitación estos dos meses- ok, esto si me tomo desprevenida, fue un golpe duro

-Que!!!???

-No grites Fimmel- me miro con mala cara, cosa que me daba rotundamente igual- No repito dos veces las cosas

-Como que compartiremos habitación!?- Por favor di que esto es una broma

-Como lo escuchaste, así que vete preparando una camita en el suelo, yo no pienso compartir cama contigo- me dio la espalda y empezó a caminar hacia afuera de la cocina, yo sin pensármelo tome su hombro haciendo que parara de caminar y me interpuse en su camino

-Y tu vas a aceptar así como así??

-Crees que tengo más opciones?, fue tu hermano al que mágicamente se le ocurrió que hacernos compartir habitación haría que nos llevemos bien- lo mire con desconfianza, algo me olía mal, por su parte Nielsen soltó una risa irónica - Crees que quiero dormir en la misma habitación de la chica que restregó su culo en mi cara cuando apenas tenía ocho años? - supongo que no

-Y entonces qué hacemos? Tu y yo ni siquiera podemos estar a cien metros de distancia sin salir discutiendo, como vamos a dormir en la misma habitación??
La respuesta Daemon la tenía muy clara dentro de esa retorcida cabeza suya, el en la cama y yo el suelo, ni siquiera tenía el derecho de discutir porque ya había dormido un par de horas en la cama y además, me dijo que durante el viaje le había babeado el hombro

-Ten buenas noches Eliz- estoy segura que tenía esa sonrisita victoriosa que tanto me encabronaba, se tapó con la única sabana que había en todo la habitación y cinco minutos después lo único que se sentía era su pesada respiración

No estaba acostada en el suelo, estaba sobre un sofá que para el caso el suelo parecía mucho más blandito y acogedor que el pedazo de tabla cuadrada esta. Estuve horas, o lo que se sintió como tal, intentado hallar una posición en la que no terminara con las costillas rotas y el hígado aplastado, así que vencida por el sueño y cuestionándome de si de verdad quería pasar los siguientes dos meses durmiendo en esa cosa y no en la suavecita y blandita cama, decidí dormir donde se debe, aunque esto significara despertar queriendo morir

Me moví sigilosamente hacia la cama iluminada por la luz de la luna o de una bombilla, que entraba por una ventana que no había sido correctamente cubierta por las cortinas, Daemon había sido inconscientemente generoso y me había dejado la mitad de la cama vacía y lista para mi, sin permitirme reconsiderarlo me acosté y extendí mi cuerpo con gusto, jalé hacia mí las sabanas y me cubrí como pude. En lo que buscaba una posición cómoda para dormir sentí la mano pesada de Nielsen aprisionando mis caderas, intente quitarla lo más delicadamente posible, pero no se movía ni un centímetro, ya estresada me gire con brusquedad y me encontré con aquel par de ojos grises mirándome serios y sus labios a pocos centímetros de los míos

-Que haces aquí? -preguntó sin siquiera buscar una separación entre los dos

-Lo mismo que tu, genio, dormir- dije, intentando sonar obvia, en lo que sacaba distancia entre nosotros

-No te da miedo dormir con un hombre?- el pequeño tramo que había logrado distanciar mis labios de los de él fue rápidamente recuperado

-Si quiera eres hombre?- Hablar con Daemon era una pelea constante, sin tregua, el siempre me hacía sentir enojada, sin embargo los momentos que mas odiaba eran estos, cuando estaba tranquilo y no sabía cuál sería exactamente su próximo movimiento, esto me hacía sentir terriblemente incómoda y nerviosa, en momentos como este en realidad no sabía cómo actuar o que decir

-Quieres cerciorarte?- este juego era el único que no sabía cómo jugar

-No gracias, igual no es como si me importara- lo empuje como pude logrando al fin separarme de él lo suficiente como para no sentir su respiración en mis labios- ahora, dejemos las cosas claras- me senté en la cama y cruce mis piernas , mire a Daemon esperando que el hiciera lo mismo que yo y luego de un gruñido molesto reposo su espalda en el respaldar de la cama- Yo no voy a dormir en el sofá y estoy segura que tu tampoco así que o aprendemos a convivir o ambos pasamos mala noche juntos porque yo no voy a ser la única que no pueda dormir

-Que propones, que nos llevemos bien?- si que saliendo de su boca suena imposible- Ni siquiera nos aguantamos, simplemente nos odiamos y ahora, de la nada, quieres que nos convirtamos en los mejores amigos?

-Claro que no!!- dije ofendida- de la puerta para afuera nos seguimos llevando como perro y gato, aquí adentro convivimos lo necesario- se quedo callado y lo único que hizo luego de varios segundos fue afirmar, nuevamente se acostó y se cubrió con la sabana dándome la espalda, me quede observándolo orgullosa de mi misma por encontrar una solución pacifista

-Mas te vale no despertarme en toda la noche- me advirtió

-Créeme que no pretendía hacerlo- yo también me cubrí con la sabana y le di la espalda- Buenas noches Demonio- dije, recordado el apodo que le había puesto cuando apenas tenía cinco años

Una risa casi inaudible se escapo de sus labios y susurro- Buenas noches brujita- luego de escuchar aquello me quedé dormida recordando aquellos días felices de mi infancia

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