Nia y Romi están en una parcela un jardín, de rosas
Nia: Maestro en mi jardín han crecido hierbajos, no dejo nunca de cuidar y regar las rosas
El maestro es un hombre que con una azada que remueve la tierra, viste una chilaba roida se le ve viejo y cansado
Maestro: Tienes que estar muy atenta las esporas, llegan por aire como la envidia
Nia: Ha noche, no habían hierbajos
Maestro: Cualquiera puede poner hierbajos en tu jardín, estáis preparados para cuidarlo
Nia miro ha romi, que negó con la cabeza
Nia: No, no estamos preparados, volvió donde romi
Romi: Te fijaste en los ojos del maestro
Nia: En sus ojos se puede, ver el mundo
Pasado mucho tiempo no sabemos por que oh como, ambos volvimos al jardín del maestro
Ambos : Maestro hola
El maestro seguía, con el azadón removiendo la tierra se irguió y le miramos, ni era tan viejo ni sus ropas eran girones
Maestro: Venir os quiero enseñar una cosa
Ambos le seguimos nos llevo ha otra parcela, entramos el no entro los dos nos asombramos hierbas y hierbajos subían por las rosas asta el punto de ahogarlas superándolas en altura
Voz: No hay árbol que no tenga fruto no hay fruto que no tenga árbol, no todos los consejos son buenos, volvimos donde el maestros
Maestro: Estáis preparados para cuidar el jardín
Nia miro ha romi, el asintió con la cabeza
Nia: Maestro estamos preparados si tu eres con nosotros
Maestro: Pues cuidar, buestro jardín
Romi: Oh señor Jesus, si tu eres con nosotros cuidaremos lo que nos mandes, si tu manos son nuestra ayuda que importa lo que culmine si nos guardas para ti, somos tus hijos directos
Bendito Jesus, el Dios viviente que nos guarda con sus manos, por su amor inhumano y misericordia