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La primera vez que lo vio tenía que haber comprendido que tenía que haberse alejado.

Toda su vida había sido alguien indipendente... Libre de cualquier lazo afectivo que le hubieran podido ofrecer.

Rechazando todo sentimentalismo... Sin aficionarse a nada.

Llegó tan lejos así, haciendo lo que su familia imponía sin rebatir algo.

Un ambicioso sin deseo... Eso era YoonGi.

La primera vez que lo vio fue en un supermercado. Jimin estaba con sus padres mientras decidía si comprar la leche chocolatada grande o pequeña.

YoonGi no acostumbraba a ir a ellos, solo ordenaba por internet que le llevaran la compra a casa, pero esa vez quiso sentirse más cotidiano. Tal vez fue obra del destino... Sí, muy probable.

Ese jovencito tenía el pelo rubio y esponjoso, una figura tan delicada y un semblante muy risueño.

Era todo lo contrario a él, pero algo dijo que tenía que ser suyo.

No podía ser él de por sí, era el animal que siempre había tenido adentro. Pensó por mucho tiempo que no tenía instintos ni estímulos, pero con ese chico de mejillas abultadas era diferentes a todo lo que había intentado estimularlo antes.

Había algo... Había algo en él que YoonGi quería desesperadamente.

Podía renunciar a todo por tenerlo y no entendía el porqué de ello. No lo hizo a propósito... No quiso abusar de su poder a propósito.

Fue diferente a eso... Quería creerlo.

Comprendió meses después que eran destinados, era la única respuesta a los impulsos tan enfermizos que había desarrollado.

Mirarlo desde lejos...  Anhelando, deseando, queriendo algo más que una simple mirada furtiva.

Lo obtuvo...

Fue una noche de invierno: muy fría, oscura y hostil.

Tal vez Jimin debió de haber intuido que salir tan tarde esa noche no estaba bien, pero para YoonGi esa fue su oportunidad.

Lo estrechó en sus brazos mientras pataleaba... Después lo vio calmarse entre el odio y el deseo.

Él también había sentido ese extraño sentimiento... Ese sentir que no podías rechazar porqué te hacía perder la cordura hasta aceptarlo.

Muchas veces ya había intentado alejarse del omega inútilmente. Todo se apagaba en él y cuando menos se lo esperaba ya estaba delante de la escuela del rubio mientras veía como sonreía a los que parecían ser sus amigos.

Jimin era obstinado, pero la misma noche que lo raptó lo hizo suyo.

No se veía muy contrario a ello. Tal vez al inicio lo repelió pero algo dentro de él al final se vio forzado a aceptarlo mientras bloqueaba toda
voluntad en él.

Ahora solo lo veía ahí delante de la puerta mientras lloraba en el piso. Confundido...

—Eres tan imbécil...

Era inútil escapar... Jimin en el fondo deseaba ser poseído y él poseerlo.

—No sé qué hacer...

Su voz tan rendida... Tan perdida. YoonGi intuía que ya no sabía porqué quería salir de allí.

—Nada... Si cedes a esto, todo acabará. Te dejaré ver a tus padres si lo haces... Lo deseabas tanto cuando aún los recordabas. —El alfa sonrió un poco. La alarma se había apagado y YoonGi se arrodilló al lado de Jimin abrazándolo... Absorbiendo el embriagante olor que tenía.

Jimin se acurrucó en él como un perrito que quiere mimos. Al final el omega lo besó, necesitado del contacto de su alfa. Tal vez anhelaba una especie de consuelo a la confusión que sentía.

Los ojos nublados pero no por la falta de cordura... Tal vez había recordado algo.

Rendido suspiró un poco. —Márcame...

YoonGi sonrió feliz... Dejándose llevar por sus instintos siguió besándolo.

Agarrados de las manos se dirigieron a la puerta y la cerraron juntos.

Jimin comenzó a besar la cara del alfa. Voluntariamente... También cerrando toda voluntad de escape.

Pertenencia 【YOONMIN】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora