VETE DE MI DEPARTAMENTO IMBECIL

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Después de todo el desgorroso día de ayer dormí muy bien, estiré mi cuerpo para relajarme un poco, mire hacia la ventana, el día se veía muy bien para salir un rato, bostecé un poco y me quite las cobijas para ponerme mis pantuflas.

–¿sabias que hablas dormido?– me caí al suelo por escuchar otra vez esa voz de sorpresa ¿que hacía de nuevo el ahí? ¿Le dije que fuera hacía la maldita luz?

–NO HAGAS ESO, ASUSTAS IMBECIL

–perdona bella durmiente, pero duermes demasiado y ya me estabas desesperando– otra vez tendría a este imbecil en mi casa

–¿Por qué volviste? Te dije que fueras hacía la luz y dejarás de molestar–me levante de la cama para ir a la cocina y agarrar una cerveza, esto me estaba estresando demasiado y yo no soy una personas precisamente paciente.

–no deberías tomar cerveza tan temprano, te hará daño

–a ti que te importa–abrí mi cerveza y comencé a beber

–solo decía, pero bueno, descubrí que si soy un fantasma

–wow que descubrimiento más grande, yo no me había dado cuenta–comenté con ironía y sarcasmo

–si porque pensé que estaba vivo, lo descubrí porque las demás personas no pueden verme ni sentirme, me acerque a una pareja y bese al novio de la chica pero ni se inmuto ahí me di cuenta

–¿QUE HICISTE QUE?–esa no era una buena forma de descubrir que era un fantasma, pobre chica, pero......¿Por qué no beso a la chica?

–ya te lo dije no lo volveré a repetir

–esa no era una buena manera de descubrirlo ¿Por qué no besaste a la chica? ¿Te gustan los chicos?–realmente yo no soy chismoso pero si me dio un poco de curiosidad eso

–no lo sé, solo lo hice por instinto

–eso no resuelve mi duda, pero bueno, ya te puedes ir– me senté en mi sillón y prendí la televisión

–tanta televisión dañará tu vista

–no te metas, ni que fueras mi madre

–está bien, pero no me iré

–¿POR QUÉ? DEJA DE MOLESTARME

–Me iré hasta que decidas ayudarme a saber quien soy ¿no te das cuenta? Si sigo en este mundo es por algo– se sentó al lado de mi, comenzó a murmurar como un lunático poniendo su pulgar en su labio inferior, se veía estúpido.

–tal vez porque eres una molestia en el cielo también–comencé a reírme por imaginármelo a él en el cielo molestando al supuesto dios que existe

–oye que grosero eres

–es mi don, pero así muchos me aman

–que malos gustos tienen–me moleste un poco, así que me levante de mi sillón para ir a mi cuarto y cambiarme de ropa

–¿Que haces?–curioso intento entrar a mi habitación traspasando la puerta

–NO ENTRES ME ESTOY CAMBIANDO

–yo quiero ver– se comenzó a carcajear

–VETE A LA MIERDA MALDITO PERVERTIDO–me cambie rápido y salí de la habitación

–¿a donde vas?–pregunto curioso

–a deshacerme de ti, imbecil

–que grosero pero no lo lograrás hasta que me ayudes

Comenzó una larga semana en la que trataré de todas las formas posibles correr a este maldito espíritu que solo perturbaba mi vida, no me dejaba ver la televisión, aparecía en cualquier lado de la nada asustándome en el proceso y lo peor de todo es que no podía ni hacer del baño a solas, cuando me duchaba tenía que hacerlo en ropa interior porque el descarado se quedaba viendo.
Contrate muchos cazadores de fantasmas, padres y hasta señoras que supuestamente curaban tu casa de malos espíritus y ninguno de ellos logró nada, ni siquiera podían atinar en donde se encontraba el idiota cabello de brocoli, lo único bueno que obtuve de esto fue que descubrir que ciertamente los programas de caza fantasma no tiene nada de verídico no funcionan en lo absoluto.
Decidí mejor hacerlo por mi cuenta, recurrí a la biblioteca que había visto en el primer día que busqué supermercados, me adentré en ella, el chico que anteriormente había visto me saludo.

–hola hermano ¿Que es lo que buscas?

—Quiero un libro que hable sobre fantasmas y espíritus–mire al cabello de brócoli que se encontraba a mi lado mirándome sonriente

–está bien, ven por aquí–me llevo a una estantería, enseñándome todo tipo de libros viejos, nuevos, de diferentes situaciones y temáticas–este es muy bueno podría ayudarte con el problema que ahora tienes, esa presencia no se irá sola

–espera ¿puedes sentir su presencia?

–claro que puedo, tengo un don hombre

–SABÍA QUE NO ESTABA LOCO– me había puesto feliz yo pensaba que era el único lunático que veía cosas extrañas–me llevaré este, quédate el cambio
Salí de la librería feliz, tal vez este maldito libro pueda servir de algo

–yo digo que otra vez te mintieron–me asuste de nuevo, no estaba tan acostumbrado a su presencia aun

–cállate, no puedo hablar contigo en la calle pensarán que soy un lunático

–ya lo eres– otra vez comenzó a reírse, me irritaba tanto este tipo

–YA CÁLLATE MIERDA–quería golpearlo pero mis manos solo traspasaban su cuerpo

–OYE NO ME TOQUES PERVERTIDO

–NI SIQUIERA PUEDO HACERLO IMBECIL–guarde silencio pues noté que aun seguía en la calle y todos me miraban extraño, mierda, se me olvidaba que solo yo podía ver a este inútil, deje de pelear para caminar a mi casa valiéndome madres si la gente hablaba mal de mi, no es como si las volvería a ver en mi vida.
Llegue a mi departamento junto al maldito espíritu que seguía conmigo y comencé a leer el libro que traía, coloqué velas como ahí lo decía, las almas en pena siempre buscan luz para poder descansar en paz, estuve una hora leyendo el estupido libro y nada servía, el seguía aquí conmigo, me canse y mejor decidí ver la televisión, él comenzó a cantar y ponerse en medio de la televisión para que no escuchara nada, ya me estaba hartando a un nivel que nadie había logrado llegar, mi paciencia explotó.
–VETE DE MI DEPARTAMENTO IMBECIL

Mi asunto pendiente (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora