Regalo de cumpleaños (parte única)

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Era jueves, 14 de mayo, el cumpleaños de Seigi.

Aunque no había hecho ninguna mención de eso el fin de semana pasado o durante sus llamadas constantes previas al día, Richard había sido muy consciente de la importancia del día que se acercaba. En ese momento agradecía más que nunca haber intercambiado su número con Tanimoto el día en que Seigi la llevó a Étranger, tener a alguien que lo ayudara en eso sin burlarse de él —como hacían Saúl y Jeffrey apenas lo veían— era realmente tranquilizador. Considerando la ingenuidad que algunas veces caracterizaba a Seigi, el rubio tenía la certeza de que sus planes continuaban siendo un secreto máximo. No fue difícil para Richard poder organizarlo todo, pero el factor sorpresa era crucial.

Como no había querido arriesgarse a verse envuelto en alguna disputa o situación problemática con sus clientes ese día, le había pedido a Saúl que se encargara de todas las citas que tenía programadas desde temprano, mientras él se encargaba de decorar Étranger y se preparaba para el momento en que Seigi llamara a la puerta.

Tanimoto le había dicho que ella y otros amigos llevarían a comer a Seigi a algún lugar, una sencilla forma de celebración en la que también irían a algunas tiendas, hasta que él le enviara un mensaje informándole que había terminado con lo suyo. Eran cerca de las seis cuando lo hizo, esperó varios minutos después de la confirmación de Tanimoto para pedirle a Saúl que le enviara un texto a Seigi pidiéndole que fuera a Étranger por una repentina emergencia. Sólo le quedaba esperar que el hombre de piel chocolate no alterara sus palabras de ningún modo ni lo hiciera sufrir demasiado después de eso.

—Todo va a estar bien. Puedes hacerlo —se dijo así mismo tras colocar el pastel sobre la mesa.

Tras casi más de una semana entera de intentos había conseguido hacer, con ayuda de Chieko algo decente. Él mismo se sentía orgulloso de su resultado, y aunque sin duda su pastel no podría compararse con los postres que Seigi le preparaba, esperaba que el japonés pudiera disfrutar de éste. Aunque como una precaución extra había comprado un pastel de una de de sus tiendas favoritas; solo en el caso en que su pastel fuera peor de lo que suponía. Las palabras "Happy Birthday Seigi" habían sido escritas sobre las cubiertas de ambos, aunque en el preparado por Richard éstas daban un aspecto mucho menos estético y perfecto que el de la pastelería profesional.

—Tal vez debería cambiarlo —pensó.

Aún estaba a tiempo de deshacerse de su intento de pastel y solo seguir con las cosas que había comprado. Pero realmente quería que Seigi probara el pastel que había hecho, incluso si era algo terrible.

Cada segundo que transcurría solo aumentaba sus inseguridades y la latente sensación de que sería mejor llamar al más joven y decirle que la emergencia había sido resuelta, deseándole por segunda vez un feliz cumpleaños esta vez por teléfono. No hacerlo por mensaje apenas despertó fue algo imposible; una parte egoísta de él quería saber si había sido la primer persona que lo felicitó, pero siendo consciente de lo problemático que era pensar así, se alejó de esos pensamientos egoístas. Aunque la repentina duda de si lo que él había organizado igualaría o superaría a la salida que Seigi acababa de tener con sus amigos solo consiguió que cayera en el mismo bucle.

No era normal que él se preocupara tanto por un cumpleaños, pero debido a que ese día había planeado ser más directo con su empleado en cuanto a sus "intentos de avances románticos", no quería que nada saliera mal. Esa tenía que ser una noche perfecta. Lo había planeado con antelación y solo tenía que controlarse hasta que el momento llegara. «Sólo un poco más».

«No importa cuántas veces mires el reloj, el tiempo no avanzará más rápido». Casi podía escuchar al hombre de Sri Lanka diciendo esas palabras. ¿Pero acaso no había pasado ya mucho tiempo? ¿Y si Saúl no hubiera enviado el mensaje? ¿O qué si Seigi hubiera decidido que no quería preocuparse por lo que ocurriera por Étranger en ese día? Justo cuando se decidió por llamar a Seigi el llamado en la puerta lo hizo soltar su celular.

Euphoria (Richard x Seigi) (The Case Files of Jeweler Richard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora