Rosa del Desierto parte 1

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Advertencias: Hanahaki disease, unrequited love (nos actually unrequited love), light angst, comfort.

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La primera vez que Seigi vio los pétalos no les dio mucha importancia.

Había sido un día tranquilo en Étranger, sólo habían tenido un cliente y el clima era el adecuado para sentarse y disfrutar de una taza caliente de Royal Milk Tea, aunque Richard había pasado más tiempo del usual en su oficina. Seigi había visto los pétalos púrpuras en la rendija de la puerta, pero se convenció de que sólo debían haber sido producto de su imaginación.

Al día siguiente no había visto ningún pétalo, pero Richard actuaba inusualmente esquivo. Sus ojos azules eran tan hermosos como siempre, pero el más joven estaba seguro de haber visto un sutil rastro de miedo. Algo estaba preocupando al hermoso joyero, pero no tenía ninguna forma de enfrentarlo. Imaginó que la siguiente semana estaría mejor, incluso cuando tuvieron sus sesiones en línea de conversación en inglés Richard lucía como el de siempre, una sonrisa cálida era expresada mientras hablaba en un inglés claro y algo lento, solo para asegurarse de que Seigi entendiera todo lo que decía.

Pero cuando la clase terminó, los pétalos morados hicieron su aparición.

Eran apenas un par, y estaban en una esquina de la mesa, como si Richard los hubiera apartado apresuradamente antes de comenzar la sesión. Tal vez la calidad del video le estaba haciendo una mala jugada, pero estaba seguro de que había visto algo parecido a la sangre en los pétalos.

—¿Estás bien? —preguntó.

Richard sólo sonrió, mirándolo como si no entendiera el motivo de su pregunta.

Ese evento se repitió dos veces más en la semana. Seigi pensó que podría interrogar al rubio en Étranger por lo que sea que estuviera pasándole una vez llegara el fin de semana. Era probable que sólo fuera paranoico, pero tenía un mal presentimiento al respecto de eso, algo inexplicable que daba vueltas en su mente; cosas inconexas que no era capaz de conectar.

El sábado trató de llegar más temprano que lo usual por lo mismo. La joyería abría a las once y él siempre llegaba media hora antes, pero esta vez lo había hecho con una hora de anticipación. Estaba por tocar la puerta esperando ver la hermosa sonrisa de Richard junto a su perfecto rostro recibirlo, cuando la voz molesta de Saúl lo hizo detenerse. No estaba hablando en japonés, tampoco en inglés. Parecía que Richard y Saúl estaban discutiendo sobre algo, y por el tono de voz, sabía que Saúl debía estar verdaderamente molesto. Aunque no entendía las palabras, todo en la emoción con la que eran dichas decía que el hombre de Sri Lanka estaba insultando al británico, ¿pero qué hizo Richard para conseguir tal reacción de Saúl? Sintiéndose mal por escuchar a escondidas, Seigi respiró hondo y golpeó la puerta con naturalidad.

Las voces se extinguieron de inmediato.

Como tenía el oído pegado a la puerta alcanzó a escuchar a Richard decir algo, sonaba como si le pidiera un favor a Saúl. Pasaron casi cinco minutos hasta que el hombre con piel chocolate abrió la puerta. El rubio no estaba a la vista cuando Seigi entró a Étranger.

—¡ආයුබෝවන්! (Ayubovan) —Saúl lo saludó de inmediato.

No había rastro de ira en su expresión, pero desapareció en el almacén apenas Richard salió de su oficina. Lucía igual que siempre, con una expresión suave que le robaría el corazón a cualquiera, pero el brillo habitual de su mirada se había atenuado un poco. Nada en él demostraba que minutos atrás había estado gritándole a su maestro, pero Seigi sabía que no lo había imaginado.

Tuvieron varios clientes durante el día, por lo que apenas tuvieron tiempo para conversar.

—Seigi, ¿podrías traerme el pastel de castella del refrigerador? —preguntó Richard tras despedir a su último cliente. Sólo quedaba una cita que estaba programada para media hora más—. También agradecería si hicieras más Royal Milk Tea.

Euphoria (Richard x Seigi) (The Case Files of Jeweler Richard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora