CAPÍTULO 6

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Cuando Milán vio el auto de Franco no pensó que viera alguna vez su proyecto de ingeniería hecho realidad. Era sorprendente. No le habían cambiado nada, se habían mantenido fiel a su palabra.

—Lindo Chiron negro. ¿Puedo conducirlo?

dai amico. Sabes que no. Es especial. Sólo yo sé como encenderlo.

—¿MS23? ¿No se supone que es un Chiron?

—¿tu scherzi? Sabes que lo mandé diseñar especialmente para mí. Nadie más sabe cómo encender a esta hermosura.

—Ya lo veremos...

***

El entrenamiento empezó a las diez. Ellos llegaron apenas.

La primera ronda terminó, para Milán, con un tiempo de una hora con cuarenta y seis minutos, mientras que Franco con un tiempo de una hora con cuarenta y cinco minutos seguía un minuto arriba y tenía que superarlo.

—Bien hecho Arezzo. Más tarde tienes que hacer un tiempo mucho menor que el de ahora.

—Tranquilízate. No te voy a fallar.

—Eso espero. Recuerda que de eso depende el turno en el que salgas en la Pole.

Milán sólo asintió con fuerza.

La segunda ronda fue después de almuerzo, a las dos de la tarde. Terminó con un tiempo menor que el de la primera ronda, pero Franco seguía un minuto arriba.


—Gracias, frère y descansa bien —le dijo Milán al bajar del auto.

—Sí. Tú igual y no te vayas a levantar tarde.

—Seré puntual.

—Estaré aquí a las ocho para irnos.

—Está bien papá.

***

El entrenamiento de esa mañana estuvo bien. Cada uno superaba su propio tiempo, pero Franco aún era el mejor.

En la tarde se realizaría la Pole y debía dar lo mejor por superar a Franco o por lo menos lograr el segundo lugar.

Milán observaba a los participantes a la Pole. Muy pronto sería su turno y debía dar lo mejor de sí por su hermano.

—Arezzo es tu turno —gritó Jack.

—Jmmm.

—Patéales el trasero —dijo acercándose a su ahijado.

Milán asintió.

La Pole no pudo ir mucho mejor. A pesar de que Milán había superado su marca de ayer, no había podido superar a Franco. No pudo alcanzarlo. Otra vez, ¿por qué le sorprendía?

—Esto, fratello, debemos celebrarlo —anunció Franco acercándose a su amigo.

—Aún es temprano.

—¡tu scherzi! Son las cinco y prefiero que sea desde ya porque la carrera de mañana será a las dos de la tarde y la mañana me servirá para trotar e ir al gym y eliminar todo rastro de alcohol que aún quede en mis venas.

—Está bien. Y tengo el lugar perfecto.

—Bien —se dirigieron al auto de Franco y salieron.

***

—Hemos llegado —anunció Milán.

Franco notó que habían regresado a Beausoleil. Observó con ojo crítico el lugar llamado La Nuit Sombre de Richard. Era estilo subterráneo. Se tenía acceso al bar y a la pista de baile bajando por unas escaleras de caracol. Al lado izquierdo del bar se hallaban los baños escondidos detras de una pared con un grafiti muy gay. Del lado derecho se encontraban las mesas en una gran paltaforma de dos esaclones.

Amor En Fórmula 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora