Mentes

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No puedo creer que este a la mitad de esta historia, y aunque no lo crean, todo va en tiempo y forma. Bueno, aquí les dejo la continuación y que los caballeros de Hanoi los proteja 


Cuando Ghost Rider despertó alguien ya la estaba esperando

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Cuando Ghost Rider despertó alguien ya la estaba esperando.

Un androide femenino la mira con atención mientras ella poco a poco se va levantando del asiento de realidad que utilizaba para ingresar a Vrains.

Apenas pudo dar un par de pasos, cuando estuvo a punto de caer; si no fuera porqué logró sostenerse de la silla, sin percatarse que dejo caer algunas gotas de sangre que salían de la nariz.

—estas sangrando.— exclama la androide, extendía un paño limpio

La joven lo toma y se limpia con este.

—Te dije que no intentaras tomar posesión de esa criatura. Ya habías hecho mucho esfuerzo con invocar tus cartas.

—Él estaba ahí... no podía perder la oportunidad de matarlo mAMá.

—me imaginaba eso—Responde la androide.— por cierto, ¿Por qué regresamos a la ciudad?, ¿Quien era ese chico?

—No lo se— Ghost rider deja a un lado el paño. — Algo en mi me dijo que fuera a ese lugar.

—Fue muy peligroso ese movimiento, tus ondas cerebrales están en los límites. Un momento más en Vrains y tu cerebro hubiera colapsado, será mejor que descanses por hoy.

—pero...

—Al menos descansa por hoy.—La Androide la mira fijamente— Ya mañana podremos continuar con nuestros planes.

La joven quiso replicar, pero finalmente dejo en paz la discusión, de igual forma estaba muy agotada y la cabeza no dejaba de zumbar.

Dejo que la llevaran a la habitación continua, donde había una pequeña cama individual. Se acuesta sobre ella, dejando que todo su cuerpo se tranquilizara.

Esperando que el silencio en la habitación la pudiera tranquilizar, se percata que es lo contrario, siente una gran ansiedad por continuar trabajando, especialmente porque finalmente pudo ver al hombre que dando deseaba vengarse. Tan cerca de ella para destruirlo, había perdido esa oportunidad para capturarlo y hacerle pagar.

Maldice por un momento su suerte, su cabeza no deba de zumbar y sus manos no dejaban de temblar.

Estuvo por incorporarse de la cama cuando una suave melodía se escucha en todo el cuarto. Mira a la androide arrodillada a un costado, que comenzó a cantar para ella y sonríe agradecida por la atención.

Extiende una de las manos, logra la entrelaza con la del robot. El único ojo descubierto poco a poco se fue cerrándose.

Por su parte mAMá conocía muy bien a Ghost rider, siempre era así cada que ella ingresa a la red, sus ondas cerebrales se disparan por los cielos provocando algunos casos de ansiedad en la chica que solo aumentaban su actividad mental que solo provocaría un accidente si no lograban tranquilizarse y que por alguna extraña razón cantarle era de las pocas cosas que hacía que su mente lograba relajarse hasta nivelarse.

Las venas abiertas de la redDonde viven las historias. Descúbrelo ahora