Perfecto desequilibrio

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Ni yo te quería ni tú estabas enamorado de mí, pero éramos una bomba.

Tú me presumías con tus amigos y yo nos tomaba fotos tiernas y todos en el mundo nos envidiaban.

Y sonreíamos como dos tontos haciendo el perfecto teatro. Porque ni tú eras para mí ni yo para ti, pero éramos lo mejor que podíamos conseguir.

fuera de contextoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora