Capítulo 26.

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Narrador omnisciente:

En el coche de la japonesa reinaba el silencio. Jihyo iba mirando por la ventana mientras Minatozaki no apartaba la vista del camino.

—Sana-unnie— Park decidió romper aquel sepulcral sonido.

—Si señorita Park.

—No me digas así. Deja las formalidades por favor.

—Okey, ¿Qué pasó Jihyo-ah?

—¿Porqué dijiste que yo te había decepcionado?

Sana suspiró. Tarde que temprano lo tendría que explicar pero nunca pensó que tan pronto.

—Desde que llegué a Corea me interesaste mucho. De verdad no miento cuando pensaba hablar seriamente con tu padre para poder arreglar una cita y conocernos mejor. Después de todo, tal parece que tus relaciones no pueden ser realizadas sí no es con el permiso  de tu padre— Jihyo abrió los ojos como platos al oír tal revelación.

—Espera un momento Sana-unnie, ¿Tú...

—Permíteme continuar. Entonces, intenté por todos los medios tratar de comunicarme con tu padre o con tu hermano mayor para decirles mis intenciones. Pero, con esta situación me has decepcionado mucho.

—Te he decepcionado, ¿Cómo?

—No hay nada más repulsivo en este mundo que un homofóbico— Sana no apartaba la vista del camino —Pero un racista, un xenófobo o un clasista son igual de asquerosos.

—¡¿Cómo te atreves a faltarme al respeto?!

—El respeto se gana Jihyo.

Ni una volvió a pronunciar una palabra en todo el camino hasta la casa de los Park.

•••

—Por eso mi padre arreglo mi relación con Jihyo, él aborrece mi orientación sexual pero intentó sacar provecho de ella— una Tzuyu, con evidente mejoría, relataba todo lo ocurrido antes de que la mestiza llegase a Corea del sur.

—Tzuyu, yo no sabía... Disculpame por no creerte— _____ inclinó la cabeza mientras pequeñas lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos.

Aún con un poco de dificultad, Zhou logró mover su mano derecha hasta la mejilla izquierda de _____. Con su pulgar retiró la lágrima que acaba de salir.

— No te preocupes ______. Todo está bien, ahora sabes la verdad. Ya nada me importa más que estar contigo— Sin esperarlo, la más alta acercó el rostro de la extranjera al suyo.

Sus labios se unieron nuevamente. Era un beso tranquilo en donde ambas chicas transmitían todo el amor que sentían la una por la otra.

Se separaron por falta de aire. La taiwanesa de sangre pura pasó su pulgar por los labios de su amada. Delineando con delicadeza. Su mirada se dirigió a las manos de la chica y pudo mirar con sorpresa y alegría, aquel anillo que le había entregado en su niñez con la promesa de nunca quitárselo.

—Veo que cumpliste tu promesa— dijo Tzuyu mientras mostraba una gran sonrisa que hacía notar sus hermosos hoyuelos.

Liu se sorprendió al ver que su pareja aún recordaba aquel pacto. Instintivamente comenzó a buscar con la mirada en las manos de la chica de orejas pronunciadas. Sin éxito hizo un pequeño puchero.

—¿A qué viene esa reacción?

—Tu no lo tienes. Yo sí cumplí con mi promesa ¿Por...

—Ah, ya entendí. Si piensas que me olvidé de eso, estás muy equivocada _____— Tzuyu metió su mano buena dentro de su bata y sacó el anillo sostenido por una hermosa y probablemente costosa cadena de oro.

—Dios mío. No lo puedo creer— habló la taiwanesa media con lágrimas en los ojos.

—Siempre tuve la esperanza de que volverías a mi lado. No me importaba el tiempo ni la distancia— ahora también Zhou era un mar de lágrimas —Te amo ____.

—Y yo a ti Tzuyu, te amo.

Ambas chicas se apresuraron a darse un fuerte abrazo. Era tanta la emotividad que a la más bajita se le olvidó un pequeño detalle en el cuerpo de la taiwanesa pura. Detalle que recordó cuando Tzuyu soltó un fuerte gritó cayendo en la cama retorciéndose de dolor.

—¡Tzuyu lo lamento mucho! ¡Olvidé por completo que tienes dos costillas rotas!

—No te preocupes ____. Solo ten más cuidado la próxima vez, por favor.

—Iré a que el doctor Minho me revise y tus amigos puedan venir a ver qué te encuentras bien.

—De acuerdo... Futura señora Zhou.

—Claro... Nos vemos pronto Tzuyu, te traeré algo de pan— sin más salió de la habitación dejando una sonrisa enorme en el rostro de la chica de orejas pronunciadas que muy difícilmente podría ser borrada.

Al poco tiempo de que su amada saliera, entraron sus dos amigos en aquel país.

—Tzuyu, gracias a Dios que te encuentras bien— exclamó Yuqi con alegría.

—Nos tenías sumamente preocupados ¿Qué ocurrió?— preguntó Vernon a su amiga logrando que su sonrisa desapareciera.

—Somi fue a la cafetería donde estoy trabajando, agredió al personal para que yo saliera y me amenazó.

—Ahora que mencionas a esa maníaca. _____ viene con muchas marcas en su cuerpo, parecen mordidas y chupetones— habló la chica proveniente de China.

—Tzuyu no me digas que...

—Si, Somi abuso de ella. La sangre se me calentó y no pude evitar soltarle un buen golpe en la cara, quería darle una paliza. Pero me distraje unos segundos y primero recuerdo que me golpeó con una roca en la sien y se subió encima mío a darme golpes.

—Y ¿Qué pasó después Chewy?

—No lo tengo claro Yuqi, pero comencé a despertar y vi a Jihyo forcejeando con ella. Somi logró quitársela de encima y me dio una patada y después desperté aquí.

—¿Qué harás Tzuyu?

—No lo sé Vernon para serte sincera. Pero de algo estoy segura, no permitiré que Somi vuelva a tocar o acercarse a ____. Esta vez, voy a hacer todo lo posible por estar al lado de la mujer que realmente amo y si es necesario daré mi vida para proteger la de ella. No permitiré que la mujer de mi vida vuelva sufrir— dijo recuperando la sonrisa, una sonrisa llena de determinación.

•••

—Pasajeros del vuelo 34V con destino a Seúl, Corea del sur favor de abordar por la puerta 7— los altavoces del aeropuerto indicaban que los tripulantes y las personas debían subir al avión con destino al país antes mencionado.

—Pronto todo estará bien, ya nada nos volverá a separar Tzuyu.

Destinadas a estar juntas (Tzuyu y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora