Bienvenida.

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—¡Apurate Amy, mueve ese trasero blanco y baja ya que llegaremos tarde!—Me exclamó la dulce princesa desde la planta baja. Puse los ojos en blanco.

—¡Ya voy bajando!—Cuando iba a poner un pie en el último escalón, algo pasó y de un pronto a otro estaba besando el suelo. Lo único que alcancé a escuchar fue a mi prima decir: ''No importa, súbala al carro así, en el avión se despertará.'' 

*********

—Hmmm... ¿Donde estoy? —Sentía un jodido dolor de cabeza. Me sentía mareada, más bien parecía que estaba volando...—¡¿Volando?!—Entré en razón. 

—¡Cálmate Amy! Por lo visto el golpe se te subió a la cabeza, literalmente.—Se empezó a reír. ''Mal chiste, primita''. Como vio que no hice ni un movimiento en reírme, por fin se calló.—Uy, pero ya no aguantas nada. Por cierto, ''dormiste'' casi todo el vuelo. Para la próxima, trata de no caerte veinte minutos antes de un viaje, tu papá tuvo que rogar para que te dejaran entrar así. Pesas como una vaca, Amélie. 

—¿Podrías dejar de quejarte? La cabeza me explotará. ¿Cuando es que bajaremos de éste...

*5 minutos para el aterrizaje* —Me interrumpió  alguna azafata que se encargaba de dar los avisos. Parecía que me había leído la mente. Bajamos del avión, nos adentramos al edificio en busca de alguien con un rótulo con nuestros apellidos. Y ahí estaba él... Un señor canoso y barrigón con un letrero que decía ''Ruiz y Torres''. Nos pusimos al frente de él para que se diera cuenta que éramos nosotras a quien él buscaba.

—Oh. ¿Ustedes son las señoritas Amélie Ruiz y Addyson Torres?

''Para nada. Solo nos pusimos al frente de usted para taparle la vista.'' —Me límite a pensar. Iba a responderle en voz alta cuando mi prima se me adelantó. 

—Sí, mucho gusto. Yo soy Addyson y ella es mi prima Amélie. 

—Acompáñenme al carro. Nos espera un largo viaje. 

En la carretera solo se podía admirar árboles y pasto. Pocas veces se miraban casas. Gran idea la de mi papá en mandarme a un internado de montaña. De tanto viaje podría jurar que hemos pasado 2 continentes y mínimo 3 países. 

Cuando me di cuenta, ya no eran árboles ni pasto, si no unos hermosos jardines con cualquier cantidad de rosas. Habían autobuses, coches, limusinas y cantidades de estudiantes. Puedo jurar que me volví a sentir mareada y no solo yo lo noté. 

—¿Estás bien, prima?

—Sí, bajemos ya, aquí está haciendo mucho calor.—Dije bajando del carro y a la vez dándome aire con la mano.

Ya tenía las maletas en la mano y empecé a caminar sin rumbo, admirando cada rincón del lugar. Fue tanto que caminé, que ya estaba llegando al gimnasio sin darme cuenta. Pero cada lugar de ahí era increíble. 

¡Sean bienvenidos a éste nuevo año! Por favor, vayan incorporándose al gimnasio, dentro de diez minutos se iniciará el acto de bienvenida. Les comunica, el director Williams.

Sentí que alguien me jalaba el brazo, pero me di cuenta al instante que solo era mi prima.              Claro, ¿Quién más iba a jalar el brazo a una nueva?                                                                                             Pasaban los minutos y el director no se callaba. ¡Vaya viejo que tenía la voz de una lora. O quizás peor!

—...Y para terminar, atrás de mí, están los papeleos donde se les comunica el número de habitación y el nombre de compañero o compañera con el cual compartirán habitación durante el año. PROHIBIDO ABSOLUTO EL CAMBIO DE HABITACIÓN O COMPAÑERO.—Alzó la voz.—Pasen lindo día y feliz nuevo año lectivo. 

Addy y yo esperamos que los papeles se despejaran de tanto alumnado. Cuando por fin se habían ido la mayor cantidad de personas, empezamos a buscar nuestros nombres en las hojas.

Amélie Ruiz - Aletta Payton. Hab: 247. 

—¿Aletta Payton? ¿Quién carajos en Aletta?—Dije casi a gritos. 

—Soy yo. ¿Algún problema?

You Changed Me {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora