A ti:
Sabes bien que soy egoísta, que mis maneras no son las más adecuadas para con las personas, que a veces soy irritable, pero, sabes que entraste en mi corazón de una manera especial, lograste entrar. Pero las cosas no resultaron.
Nuestra culpa, traté, no lo suficiente, no como hubieras querido, no como esperabas, pero traté.
Esperé por ti, por tu mensaje, por tu llamada, por tu búsqueda. Ninguno de los dos hizo nada, solo observamos y nos alejamos. Tus palabras tiernas, tus expresiones, tu voz, tu silueta. Todo se quedó en mi memoria, cuatro o cinco años grabados en ella están.
No estuviste ahí y yo no te seguí. Ninguno cumplió con lo que dijo. No cumplí conmigo misma, no te cuidé como debió haber sido, pero tengo algo muy claro, te amé, te amé como si no hubiera nadie más, nunca lo dije o expresé abiertamente o a tiempo, pero lo hice.
Si reencarnar es posible, me gustaría experimentar nuevamente el viaje contigo, tal vez seamos diferentes y luchemos el uno por el otro. Pero nunca se sabrá.
No he dejado a nadie más en tu lugar porque cada persona es diferente, tiene su espacio y cualidad, pero, cuando estoy pensando dejar entrar a alguien me detengo. Siento que ¿te estoy traicionando?, no, al que traiciono es a mi corazón, no los amo, pero siento algo de tristeza por no dejarlos entrar.
¿A quién podría traicionar?, ¿A alguien que ya no ve el pasado?, ¿A alguien que quiere dejar de sufrir? ¿A alguien que está creciendo?, ¿A alguien que fue a construir su camino?
Debo decir adiós a aquel retrato porque has cambiado, pero, detrás de esa imagen que te has generado, que has vuelto a traer a ti, sé que está la persona que una vez conocí.
Reconozco que hubo una época en la cual te tuve miedo, tenía miedo de que vieras lo débil que me veía en aquel entonces, tenía miedo de que consumieras toda mi cordura, tenía miedo de hacerte enojar o disgustar. En algún momento se sintió como una competencia, quién ganaba, quién aguantaba más.
Nunca fue tu responsabilidad ese sentimiento, solo fue mi mente la que era cobarde en aquel entonces. Cobarde al sentir, al expresar, al amar.
Gracias por todo, por los momentos en los cuales estabas para mí aunque no fuera físicamente, gracias por recordarme que es válido sentir y aunque de algo de miedo debo enfrentarlo. Amas de una manera muy hermosa reconozco.
Hace mucho tiempo que estoy negándolo, pero es tiempo de ver la realidad, debo aceptarlo. Cerrar el ciclo, soltar y dejar ir tanto los recuerdos como los sentimientos, debo ser valiente y continuar. Desapegarme y trascender.
A ti, gran persona que me hizo crecer y me permitió amar aunque sea de una manera efímera.