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Jungkook no pudo resistirse.

Al levantarse esa mañana solo había querido abrazar a el chico de la ventana. Olvidó el dolor que estaba sintiendo a causa de los golpes recibidos el día anterior y del hecho de que conocía a el chico desde hacía tan solo dos días.

Bajó corriendo sabiendo que ya no había nadie en casa, desayunó y con rapidez sacó la vieja escalera de mano que el esposo de su madre guardaba en el cobertizo.

Procurando que nadie lo viera, colocó la escalera bajo la ventana de TaeHyung y subió. La ventana estaba abierta, así que le fue sencillo entrar pero su semblante se volvió algo triste al ver que TaeHyung no estaba ahí.

Una voz desde la parte de abajo de la casa le hizo saltar en su lugar, el grito repentino asustándolo.

"¡Ojalá te gusten mis tostadas, TaeHyung!" Por como sonaba, dedujo que era el hermano del chico. TaeHyung le había mencionado tener dos hermanos mientras hablaba con él.

<<TaeHyung>> Pensó, y un suspiro escapó por sus labios. El solo hecho de pensar en él le hacía sentir cosquillas en su estomago y unas inmensas ganas de sonreír.

Mientras lo esperaba, se tomó un tiempo para examinar el ambiente. Paredes blancas y vacías, solo cubiertas por un calendario y un par de fotos de paisajes. Un escritorio bien organizado, una cama excelentemente tendida con sabanas grises, un piso completamente limpio y una mesa de noche con un montón de frascos de medicinas allí.

Comparada con su habitación, con una pared azul repletas de fotografías, su cama desordenada, sus sábanas y posters de Marvel y su escritorio con libros e historietas hasta el techo, el lugar era bastante aburrido. Pero Jungkook no se había imaginado la habitación de TaeHyung de otra forma.

Lentamente, algo indeciso si debería invadir más el espacio de su vecino, Jungkook se acercó al calendario.

Lunes: Diálisis
Martes: Clases de piano.
Miércoles: Cardiólogo.
Jueves: Diálisis.
Viernes: Psicólogo.
Sábado: Diálisis.
Domingo: Clases de piano (Opcionales)

<<Tienes una vida difícil>>Suspiró. El solo hecho de leer el montón de actividades en el calendario lo habían agotado.

Cuándo finalmente pudo apartar su vista del calendario, decidió espiar el armario de TaeHyung. La ropa, tal y como la habitación, estaba perfectamente organizada. Había ropa de diferentes colores que hacían ver su armario llamativo, todo lo contrario a Jungkook ya que este solo tenía su armario en blanco, Negro y gris. Habían muchos pantalones, cinturones, camisas de botones, muchas corbatas divertidas y solo tres pares de zapatos. Un par eran deportivos y los dos sobrantes eran zapatos formales.

No había jeans ajustados, no habían suéteres, no habían botas...

Incluso solo habían muy pocas camisetas.

Para Jungkook, que siempre vestía aquellas prendas, que alguien no tuviera en su armario aunque sea una de esas prendas lo ponía atónito.

Se acercó a donde estaban los baenies. Él recordó tener uno en casa ya que casi no los utilizaba, pero ver que TaeHyung tenía aparentemente una colección de ellos le hizo sonreír. Todos eran sin estampados a excepción de uno. Habían uno morado, oculto entre los otros. Lo tomó entre sus manos y lo sacó del armario procurando no desordenar los demás.

Jungkook sonrió aún más y lo colocó sobre su mano, examinándolo fijamente. Entonces lo vio. En la parte delantera se encontraba en una letra muy linda una frase con letras de arcoíris.

Soy un unicornio.

<<¿tú también, hmm?>>

Jamás se había sentido mejor. Sus ojos estaban iluminados y una gran sonrisa ocupaba de su rostro. Lo cierto era que Jungkook ya había intuido que a TaeHyung le podían gustar los hombres gracias a lo que le había dicho el día anterior sobre su trasero, pero ese baenie con estampado y distinto a los demás, lo confirmaba.

El chico de la ventana | kth & jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora