Vínculos

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«El amor es un misterio. Un vínculo difícil y maravilloso que compromete todo lo que somos: nuestros anhelos, nuestros miedos, nuestra historia misma».


¿Es difícil continuar con el corazón roto? No. Realmente no me había dolido tanto lo que había pasado, después de todo uno no puede oponerse ante el destino, muchas veces éste nos lleva a encontrarnos y muchas más nos aleja de lo querido.

Eso lo sabía muy bien, desde siempre lo supe, pero los vínculos que creabas con las personas se quedaban, sin importar la distancia física entre dos personas, se quedaba por siempre como un hilo invisible que siempre te conecta con los demás.

Así mismo con ella... Aki se había marchado a Madrid hace unos cuantos meses para cumplir su sueño de ser doctora, no voy a mentir, dolió un poco, pero lo que menos quería era retenerla a mi lado si ese no era su deseo, deseaba verla feliz y verla cumplir sus sueños, nada podía cambiar eso.

La despedida fue un poco dura, mi corazón pinchó dentro de mi pecho, aún cuando una pequeña parte de mí en lo más profundo de mi ser deseaba retenerla, sabía que no era posible, no era nuestro momento, no lo fue y quizás ya nunca lo sería, aún así no me arrepentía de haberla conocido, se había convertido en una gran amiga para mí y lo entendía,  solo nos había tocado coincidir, aprender el uno del otro y sin más volver a separarnos y lo aceptaba, ni una sola vez traté de cambiarlo, tampoco era el caso que lo que había sentido fuera tan fuerte para luchar por ella, además todo pasaba por alguna extraña razón y la vida acomodaba todo en su debido lugar.

Levanté mi mirada hacia la ciudad, el ocaso comenzaba a llenar cielo de una tonalidad rojiza y violeta, el fresco de la noche comenzaba a hacer presencia, si tenía un lugar favorito en el mundo era éste, el mirador de Dominó, siempre que necesita pensar y estar solo decidía venir aquí.

Silencio. El mirador se encontraba totalmente en silencio, no fue hasta unos minutos después que un suave llanto me sacó de mi ensoñación y mis pensamientos, a cada segundo que pasaba, el llanto comenzaba a intensificarse y a escucharse más cercano, pensé en dejarlo pasar, sin embargo no podía ignorarlo, parecía que nunca fuese a detenerse, mi cuerpo se movió de forma inconsciente buscando al causante de ese llanto, a pocos metros de mí divisé a un niño de algunos escasos cinco años que se encontraba de cuclillas cerca del barandal del mirador, mantenía sus manos sobre sus ojos tapándolos mientras lloraba desconsoladamente, rápidamente recorrí todo el lugar con mi mirada inspeccionándolo, estaba solo, no había nadie aparte de él, "se habrá perdido" pensé acercándome hasta el pequeño para tocar su hombro, ante mi acción descubrió su rostro dejándome ver sus mejillas totalmente enrojecidas debido al llanto, su cabello castaño caía sobre sus ojos negros, se incorporó dando un pequeño salto hacia atrás algo asustado.

—Descuida, no voy a hacerte daño, ¿en dónde están tus padres? -El niño se quedó quieto sin mencionar palabra alguna -Seguramente te advirtieron sobre no hablar con extraños, sin embargo, deseo ayudarte, pero no podré hacerlo si no me dices nada -El pequeño limpió sus lagrimas y poco a poco comenzó a recuperar la calma.

—No lo sé, yo... me perdí, me encontraba... con mi hermano mayor en la plaza, pero yo... me enojé... salí corriendo... no quería... hermano... -Balbuceaba apenas unas cuantas palabras mientras pequeños espasmos debido al llanto recorrían su cuerpo.

—Seguramente debe de estar muy preocupado, no debiste escapar de tu hermano, imagina lo que dirán tus padres si se enteran que te perdiste estando a su cuidado -Suspiré mirándolo fijamente mientras él agachaba su mirada y jugaba nerviosamente con sus manitas.

—Yo pensé... yo quería... asustarlo nada más... ahora... quiero... volver... no sé... como... -Nuevamente las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojitos azabaches cayendo por sus rojizas mejillas.

Sempiterno -Starshipping/YuuJuu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora