Edgar llamó está mañana desesperado, no quiso dar explicaciones pero me dejó bastante preocupada. Espero que no sea nada grave.
Anoche, después de descubrir gran parte del pasado, me siento más tranquila con el hecho de que ninguno de los dos puede destruirse. Somos seres humanos, este cuerpo materializado nos aleja de la colisión. Con Danyl, quedamos de acuerdo en que disfrutaríamos al máximo esta oportunidad. El contacto entre ambos no es un problema ahora, el problema es que no sabemos del todo como relacionarnos.
En la dimisión en que provenimos, las relaciones amorosas no existen. En el mundo de Danyl el amor es un legado, por lo tanto el amor entre otros es frecuente y existe desde un comienzo. No necesitan de un amor de pareja. El amor que abunda entre ellos es suficiente. Poseen amor desde su creación, algo suficiente para sobrevivir y nunca sentirse solos.
Sobre mi mundo, el amor es una alergia, una enfermedad. Se prohíbe estrictamente enamorarse o sentir aunque sea la mínima chispa de amor. Estamos destinamos a la soledad y debemos ser partidarios de ello. Si en algún momento de nuestra existencia nos “enamoramos” somos condenados al infierno.
Es un pecado imperdonable. Enamorarnos no está en nuestro destino, solo debemos vivir en soledad y completa melancolía.
Ahora entiendo porque siempre me sentí fuera de lugar, de alguna manera presentía que no pertenecía, que había algo más allá. Desde muy pequeña tuve la conexión con mi antigua vida. ¿Con todos será igual? Ahora sé sobre las uniones sentimentales y las de aprendizaje, pero… ¿Todos lo presienten? En mi caso así fue. ¿Pueden todos reconocerse? No lo sé.
Ingreso rápidamente a la sala de clases y veo a Edgar sentado junto a Iseei.
- Al fin llegas…- Dice Edgar un poco mal humorado.
- Si… ¿Sucede algo? -
- Claro… - asiente – Pero primero, hay algo que quiero entregarte…- miro a Iseei y veo que lleva un lindo brazalete en su muñeca izquierda.
- Lindo brazalete…- digo antes que Edgar siga.
- ¡UH! Entonces, te encantará…- Saca de su bolso un lindo y anticuado brazalete negro. Es muy bello y elegante.
- ¿Y esto? – observo detalladamente el futuro obsequio.
- Es para ti…- lo miro y veo como sonríe.
No sé qué decir, nunca he sido tan detallista con mis amistades y esto me sorprende.
- Muchas gracias…- Sonrío y guardo el obsequio en el bolsillo pequeño de mi bolso.
-De nada… espero que la uses…-
-Si…- lo miro y siento que hay algo que quiere decirme.
- ¿Cómo estás con tu ruptura? ¿Mejor? – Apoya su brazo en la mesa y se agarra la cabeza.
- Ems…- siento nervios y un enorme nudo en la garganta – Ems… bueno…- no sé cómo decirle que somos novios, claro… hoy en día terminas y al otro regresas seriamente…- Somos novios…- bajo la mirada porque no quiero ver su cara de ¿QUÉ? Cierro los ojos y me concentro en el sermón que me llegará.
No oigo nada, un total silencio. Me atrevo a mirarlo y me encuentro en que tiene una enorme sonrisa en su rostro.
- ¿No te molesta? - pregunto.
- Obvio que no, las relaciones son así… Aparte, ¿no fuiste tú quien termino con él? –
- Eh… si…- digo vagamente.
- Entonces, no le veo nada de malo… Si te hace feliz estar con él, todo bien…- sonríe nuevamente y dice: - ¿Quién dijo que el amor no pasa por este tipo de cosas? – en realidad, nosotros.
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Gotas De Misterio
Romance¿Un reencuentro? ¿Un giro inesperado? ¿Volver a amar? La vida es un cambio constante y Aidde es una chica que sabe sobre eso. Con tan solo dieciocho años de edad se encuentra en un mundo en el cual no pertenece o eso es lo que cree. Su vida ha sido...