Capítulo once: "¡Se feliz!"

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Veo como mi cuerpo se desvanece y se convierte en polvo. Pasaré de ser un mortal a un ser de luz, solo podré manejar mente y espíritu. El cuerpo, la carcasa humana ha sido desechada, eliminada. He sido liberado, seré olvidado. Cuando la muerte se aproxima y toca a tu puerta, es la sensación más aterradora.  Despedirse de quienes más has amado, es duro. Lo lamentable de todo esto, es que no he muerto por naturaleza, he muerto por libertad. ¡La libertad de acerca!

Verla llorar, fue como arrancarme el corazón. Nunca quise provocar tal daño, nunca quise que se sintiera tan desprotegida, intenté darle lo mejor de mí, pero no fue suficiente. Cometí el grave error de esconderle la realidad. Lo lamento tanto...

¿Todo el tiempo te preguntaste...? ¿Qué se siente morir? Pues ahora tengo tu respuesta...

"- ¿Te has preguntando qué se debe sentir morir? Esa sensación de que todo se ha acabado debe ser bastante escalofriante, siempre que los días pasan... siento que tengo menos tiempo del cual disfrutar, como si algo me digiera que mi hora estuviera por llegar...- sus ojos siguen destellantes y cálidos, tal como lo conocí ese día en el parque de la cuidad.

- Debe ser… muy asustador, imagínate, dejar todo de un día a otro... ¿Qué harías si supieras que alguien que tú amas, se irá por siempre? - me mira seriamente, sé que su intuición le ha dicho algo.

- Haría lo que fuera, lo amaría infinitamente, daría todo de mí... - su voz se apaga y sé que ha recordado a su padre - Le diría una y otra vez cuanto lo he amado y que nunca lo dejaré de amar... Le daría mis recuerdos para que aquella persona, nunca me dejé de amar... - veo que en su mente, recuerda cada muerte familiar."

Aunque ella no sabe que puedo leer su mente, sus pensamientos son admirables. ¿Quién podría pensar que una persona tan susceptible al dolor, podría salir a la luz? Ella lo hizo, ella lo logró.

Todos decían que no podríamos estar juntos por segunda vez, decían que sería difícil mantener la unión, y creo que por una parte así fue.  Pero el tiempo en que pudimos estarlo, fue grandioso.

Si tan solo supieras ahora todo lo que sé, te sorprenderías...

Siempre tu curiosidad a lo desconocido abría puertas a otros mundos. Ahora que tenemos la oportunidad de deambular en ellos, la mejor elección es que te quedes en el lugar más seguro. Tu ida al infierno demuestra mucho, podrías ir a dónde tú quieras, pero prefiero que te quedes entre tus seres queridos, hay mucho de lo que aun debes aprender.

Sé que tomar la decisión de dejar ir, es difícil pero es el camino seguro. ¿Quién ha dado todo por una persona sin esperar algo a cambio? En realidad, pocos. ¿Quién ha amado hasta pisar suelo muerto? Nadie en realidad. ¿Quién ha liberado un amor? Solo tú, ningún humano es capaz de dejar ir a quién ama, siempre quieren tenerlo todo.

Creo que parte de una despedida, es no dejarse llevar por los sentimientos, cuando esto ocurre, todo se desmorona. No puedo creer que pudieras soportar tanto, nunca imaginé que soportarías tantas tristezas en tu vida.

Llegué con el fin de hacerte feliz pero no lo hice bien. Y cuando estuve a punto de lograrlo, una condena, un peso en mis hombros apareció. Todo resultó un completo desastre, al comienzo muchas dudas persistían, la unión y el desenlace nos tenían bajo una presión imposible de controlar, pero aun así lo supimos manejar. Un amor riesgoso aprendimos a sobre llevar, pero un amor puro era la prueba final. El riesgo yace para quién amé con libertad, pero un amor verdadero nace bajo la simplicidad.

"- ¿Crees que podamos estar juntos, sin que termine alguno de nosotros muerto? Pues... aun nada ocurre, pero si en el tiempo cambiamos... y nuestra cascara desaparece... ¿Podremos seguir con esto? - su preocupación es imparable.

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