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Una semana después...

Un curso casi nunca se va a llevar bien. Ese es mi caso, paso casi una semana y los del curso allegado al mío no ha habido buenos resultados. Entre que conversan, ríen y no dejan escuchar la clase, mis compañeros se enojan y empieza una pelea de palabras.

Ahora estábamos en segunda hora de arquitectura de interiores, y como siempre no había silencio.

— ¡Ya cayesen! — grito en profesor sobre saltando a todos en el salón.

— Ya profesor no es para tanto — respondió otro de los nuevos con tono de burla.

— Porque no te callas tu mejor, — mi compañero se da la vuelta y lo enfrenta — han estado hablado toda la clase, ¡¿No le enseñaron respeto?! al parecer — mi compañero bufo con enojo volviendo a su posición inicial.

El otro quedo en silencio, lo volteamos a ver y estaba rojo, golpeó la mesa provocando que mi compañero de girará a verlo con eso ceño fruncido.

— ¡Tu!, maldito — se paró para ir a golpear a mi compañero, pero en eso el profesor se interpone.

— ¡Usted señor!, ¡vuelva a su puesto y pongan atención, no los voy a dejar a salir al receso!

Toc toc

Todos quedaron en silencio, dirigiendo la atención hacia la puerta. El profesor masajeo sus cienes soltando un suspiro y se encaminó para abrir la puerta.

— Señorita Min, no es algo tarde para entrar ya — dijo el profesor con cierta simpatía apoyándose en la puerta.

— Profesor Seok, tanto tiempo —respondió chillón y emocionada, no puede ser.

— Pase por favor y presenten se, tenemos nuevos compañeros — dijo último con cansancio.

La chica paso al frente mostrando su piel bronceada. Todos la miramos asombrados, pensamos que se había ido de la universidad. Pero claro, era normal para Yang llegar tarde y tomarse unas largas vacaciones.

— ¡¿Me extrañaron?! — dijo exaltada sacando risas de mis compañeros.

Yang Min, mi compañera desde que ingrese a este curso, chica de dinero, pero no tanto, simpática, loca, amiga de todos.

— Pensé que te avisas quedado para siempre en california — mi compañera dijo con cierta burla.

—Lo iba hacer, pero no puedo dejarlos solos, ustedes me necesitan — tomo su pelo y empezó a mover lo, ¿pero luego frunció su mirada y vio hacia atrás — y ellos que profesor, ¿No es algo tarde para ingresen compañeros nuevos? — ella se cruza de brazos analizando la situación.

— Nuevos "amigos" — dijo el profesor haciendo una expresión de sorpresa, pero sarcástica — preséntese luego por favor señora Yang. — se sentó en su silla.

Ella viró los ojos resoplando.

— Hola, soy Yang Min. Espero que nos llevemos bien — suspiro — y no quiero problemas con mis amigos, no me hagan tener una mala impresión de ustedes —sonrió sarcástica —

Termino de presentarse algo seca, sacando unas pequeñas carcajadas del resto que la conocemos.

— Lo que tu digas bombón —dijo uno de los nuevos, para después empezar a reírse de lo que dijo... en unos segundos el resto de los nuevos también se empezaron a reír y a silbar.

— Tarado — dijo Yang sin problema mirándolo enojada.

— Empezó a buscar un lugar para sentarse y su mirada cayó al mi lado, ella animada chillo de emoción me hizo ceñas.

—¡Hae! — grito mi nombre llegando las miradas hacia mí, incluso de los de mi Bae, baje la cabeza algo avergonzada.

Empezó acercase sonriendo, ya más cerca abrió la silla de mi lado se sentó, puso sus cosas en la mesa para darme un gran abrazo, se giró y saludo mis compañeros de atrás.

— Ahora si atención por favor — suspiro rendido el profesor para retomar la clase.

La clase paso rápido y como no habían tomado en cuenta a la advertencia del profesor, todos pagamos por culpa de los otros. Así que no tuvimos receso para almorzar, nos tocaba todo el día esta materia. La escuela no es como la universidad, tu vela por ti misma, no hay un inspector que ande vigilando los pasillos si hay alguien afuera de clases. Cuando uno quiere se va y listo de una clase en la universidad.

Ya eran como las 16:40, la jornada terminaba a las 17:00 horas justas. ¡Pero ninguno que callaba aún! Y se hacía más difícil en prestar atención y para rematar me empezó a dar un dolor de cabeza por lo poco que he comido más el ruido en el curso, no ayuda en nada.

Miraba automáticamente buscando de reojo a mi Bae y su pareja, no han escrito nada, están entre cariñitos, risas y besos que se pueden escuchar en todo el salón con eso tampoco ayudaba, lo que se sueno muy metida en una relación, pero también me preocupo de la gente que quiero.

Y bueno con Yang, hablaba debes en cuando, pero hace 3 minutos dejo de escribir y empezar a conversar me.

— ¡Ya me arte, ustedes dos! — el profesor tiro el libro en su mesa.

— ¿Que paso profesor? — Yang le pregunto con duda en su rostro, se gira esperando una respuesta del profesor.

— Señorita Yang cámbiese por el joven Jungkook, ahora — apunta a cada uno enojado.

Abrí los ojos sorprendida al saber que me iban a sentar con Bae, Yang me miro asombrada igual, en lo que me dijo y escuche me dijo que cuando llego, no le habían caído nada bien los nuevos y mas el tarado que le había dicho eso hace unas horas ya había pasado a su lista negra.

— Ahora! —el profesor grito ya enojado cruzándose de brazos.

Yang tomo sus cosas rápidamente me miro y viro los ojos molesta porque le tenían que cambiar de puesto, despidió de mí regañadientes, se y va hacia su nuevo asiento. Observó como Jungkook toma sus cosas bruscamente para después darle un jugoso beso a su novia ¿Acaso se va a ir toda la vida de su lado?, para después parece sacándole un ruido feo a su silla. Aun teniendo mi mirada en el se levanta pegándole un poco en el hombro de Yang.

— ¡Oye! — grita Yang enojada — ¡no seas resentido tarado, no se van por toda la vida! — algunos rieron por lo que dijo, a mi me saco una diminuta sonrisa.

El acusado no dice nada. Volteo para ver al profesor y él se encontraba con a la mirada seria, sus ojos se movían siguiendo a Jungkook supongo. Giro la cabeza cuando tira sus cosas fuerte y bruscamente en la mesa, corre la silla golpeando la mesa de atrás.

— Ten cuidado oye — le dijeron de forma enojada y sería. El solo chasqueo enojado.

Se sentó fuerte tirando mi mesa alejado de él se mueve molesto en su nuevo puesto llegando a mi nariz su delicioso perfume, lo volteo a verlo sacando su teléfono cruzando los brazos, para después suspirar fermente.

—¡¿Me vas a mirar todo el rato o qué?! — me hizo sobre saltarme su voz dura y ronca.

Dejo su teléfono tirándolo en la mesa, me mira serio, ¡sus ojos!, la incomodidad me hizo presente y gire mi rostro ocultado mis mejillas sonrojadas.

Jungkook soltó un sonoro suspiro para volver a tomar su teléfono. 

BAE ; Jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora