¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Help me!
Te diría, ¡no seas ridícula y déjame! Pero no estoy en posición de gritarte tal cosa.
Mí vida es un peligro a la par tuya
Pensaba el argentino al observar a su "pareja", charlando complacida con su hermano, alrededor de la mesa de vidrio; se veía tan angelical pero por dentro era un demonio disfrazada de humana.
Tomando su típica infusión caliente, escuchó la pregunta del muchacho; movió sus orbes esmeraldas al hombre y con un movimiento de cabeza le dió el sí para comenzar a hablar.
— Martín, ¿Te sucede algo? Estás bastante callado— preguntó el paraguayo al ver la incomodidad de su consanguineo.
Cuándo el argentino iba a expresar, sintió un movimiento en su pierna derecha, era la muchacha agarrándolo sin pudor para callarlo. Rápidamente el argentino hizo gestos con su mano hacía su garganta; en ese momento la chica dejo de apretar su pierna.
— Lamentablemente Martín se quedó sin voz, por ir la otra vez a la cancha.— y con la última frase la muchacha fingió un risita muy convincente a la vista de los demás.
Me destruiste de tal forma; que yo ya no puedo reconocerme a los espejos de los demás.
— Sin mí no podes ser nada cariño, ¿Dónde crees que sacaste la plata?— recordó Martín tratando de no soltar unas lágrimas.
