Ya era viernes en la noche, la fiesta se supone que ya había comenzado pero como es costumbre de mi querida hermana teníamos ahora un retraso para llegar por esperarla. Compre un reloj como me había aconsejado hace mucho tiempo mi madre y como lo había hecho en los días previos a la fiesta mi jefe. Después de esa conversación en su coche de camino a una reunión pudimos ser un poco más nosotros y tratarnos con más confianza dentro de las reuniones que siguieron donde coincidíamos.
Mi hermana tenía puesto un vestido gris bastante elegante pero sensual que le presté, y yo un vestido color ciruela que tenía un escote bastante pronunciado en la espalda, era sensual pero aún así no tan descarada esa parte, aunque me hubiera gustado que fuera un poco más largo a petición de Diana no me lo quité. Me había maquillado bastante diferente a lo usual, me sentía maravillosa y más aún sabiendo que sería una fiesta a la que iría después de bastante tiempo en el que tuve solo trabajo sin parar.
Al llegar a la residencia dejé mi auto estacionado fuera y habían muchos más ya fuera, Diana deseaba que hubiera ido su novio a recogernos pero insistí en ser yo quien manejara para llegar antes y así no tener también que esperar a que él pudiera venir al departamento por nosotras. Se veía que iba a ser bastante buena está fiesta y planeaba tomar alcohol en una buena cantidad.
—Chicas, están divinas.—Dijo Dimitra al vernos entrar a la casa.
Dos dio a ambas un vistazo pícaro y luego nos saludó con un cálido abrazo a ambas.
—Espero puedas cautivar a mi hijo que cumple años hoy.—Dijo ella a manera de chiste y me guiñó un ojo.—Es que el pobrecito trabaja tanto que quisiera que renunciara a todo..—Se lamentó con un puchero.
Me reí un poco y le sonreí para calmarla.
—Dimitra, me siento muy feliz de escuchar sus palabra pero eso es un poco imposible eso.—le dije.
Su rostro se apagó un poco pero aún así me sonrió.
Había rechazado a alguien que no conocía pero que su madre deseaba conquistara, parecía una película sacada de Netflix para ser más que sincera.
En el salón estaban todos los regalos y yo dejé allí el mío también, quería haber sido un poco más detallista pero no sabía los gustos del cumpleañero como para ser más dedicada a tener un buen regalo.
Mi hermana corrió de inmediato con su novio y yo quedé en el patio conversando junto a Dimitra sobre nuestros gustos en diferentes temas, hablar con ella era como hablar con alguien perfectamente sincronizada con mis pensamientos, era mayor por mucha diferencia que yo pero actuaba como si tuviera 25 años y amara la fiesta. El patio donde estábamos situadas era hermoso a la par que muy amplio donde tenían todas las mesas y luces elegidas por ella personalmente como detalle a su hijo, estaba totalmente ambientado para una fiesta.
Una sonrisa apareció en su rostro cuando todos comenzaron a acercarse a alguien que había llegado, era claramente a quienes todos esperábamos pero no podía verlo directamente hasta que cada uno de los invitados se haya alejado de él. Mi expresión cambió de ilusión por conocerlo a sentir un vacío dentro de mi estomago como si hubiera caído en caída libre desde un avión.
Me puse nerviosa al verlo, no sabía que hacía él aquí ni donde yo debía esconderme para que no me viera. No deseaba hablar con él. Me ponía demasiado nerviosa su presencia aun más sabiendo que estábamos fuera de la oficina.
Interrumpí a Dimitra mientras hablaba con la excusa de escabullirse al baño y eso hice.
A ver, Sofía. Tienes pocas opciones, una de ellas es irte y dejar a tu hermana abandonada. Cosa que era muy cruel.
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Jefe deseado.
RomanceEl orgullo y las ganas de impresionar a los demás es algo que los caracteriza a ambos. -Deja de ser tan insolente. No planeo arruinar mi trabajo por ti. -Muy tarde, llevas arruinándolo desde que me conociste, Sofia.-Su sonrisa de don Juan apareció...