Capítulo 14

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Holaa, queridos lectores!

Antes de comenzar este capítulo me encantaría aclarar un par de cosas.

Una de ellas es que el nombre del nuevo enemigo que hizo su aparición en el anterior capítulo fue sustituido, ahora se llama Harper. 

Y la última simplemente agradecer, agradecer a la gente que sigue esta historia y que la apoya. Muchas gracias! <3

Espero que disfruten mucho este capítulo, y que sea de su agrado, lo que siempre deseo.

Nunca imaginé llegar tan lejos con esta historia, mil gracias a todos!

(Sé que suena a despedida pero quédense tranquilos de que no es así ^^)

Me esforcé demasiado en este cap. ¿Quieren saber cuántas palabras contiene? Pues 4100! (~_~;)

Esto demuestra mi amor hacia ustedes para darles un gran final

Sin más que decir. Disfruten!

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— ¡Nico! — me llamó una voz a lo lejos.

Dejé los tablones de madera que estaba talando para pegarlos a un pequeño hueco que había en la pared. Caminé hacia la chica con una expresión de intriga.

— ¿Que es lo que pasa? — pregunté, inclinandome a la pared para quedar apoyado en esta — ¿Necesitas ayuda? — levanté una ceja, esperando la respuesta de mi pareja.

— Solamente quería hablar con vos, un poco alejados de los demás — miró para atrás, mostrando claro misterio.

— Soy todo oídos —

Roma suspiró en forma pausada, como si se estuviese preparando para darme una sentencia de muerte o algo parecido.

— Solamente me preguntaba. ¿Que haríamos si vuelven a atacarnos? — la pregunta no me sorprendió tanto, sabía el temor de ella, con tan solo mirarla podía verlo en su rostro — Ya sé — me interrumpió, como si hubiese leído mi mente — Pasaron dos semanas del ataque — se volteó a verme directo a los ojos, con cierta inquietud — ¿Pero acaso viste cómo está Rose? — apuntó al balcón de su habitación, este estaba frente a nosotros — No sale de su habitación, Nico. Y creo que va a ser cuestión de tiempo para que a alguien más le pase lo mismo — agarró nuevamente el martillo, volviendo a su trabajo — Solo eso quería decirte —

Asentí cabizbajo. Habían pasado dos semanas de aquel ataque, nos agarró por sorpresa, había que admitirlo, y había que prepararnos si otro nos agarraba desatentos.
El ataque dejó al club en tan malas condiciones, al igual que a los chicos. Nosotros éramos los más afectados por el acto hostil de Joel.

— Reunión en 15 minutos — le dije por último a la chica, desapareciendo de su entorno.

No íbamos a caer de vuelta. Si volvía a pasar, íbamos a estar preparados.

















El líder estaba mirando al piso con los ojos clavados en el pasto de la cancha deportiva.

Los recuerdos lo mataban por dentro, llenándolo de rabia y angustia, al igual que otras emociones negativas.

Day Z T4 Sin Destino Alguno (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora