Encuentro numero tres.

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Lunes 07:00 am desde el departamento de Emilio

Emilio gruñó al sentir su despertador sonar y lo apagó dándole con fuerza a este. Se sentó en la cama de golpe, intentando quitar su sueño por completo, en la noche anterior se había quedado hasta tarde jugando con el precioso y caliente chico de la ventana del frente de la suya y lamentablemente él tenía que levantarse temprano hoy para ir a trabajar, ya que era el día en que terminaban sus 15 días de vacaciones.

Terminó por levantarse de la cama algo malhumorado, todavía con lagañas y algunas manchas de saliva seca en su rostro, se limpio de estas a medias frotando sus manos por su rostro.

Ya de pie y sin rastro de saliva seca en su cara camino hasta su armario para recoger la ropa que iba a utilizar por la mañana, el uniforme del supermercado en el que trabajaba medio tiempo, por la tarde estudiaba arquitectura y aunque con su empleo de medio tiempo no podía cubrir los gastos que quería podía vivir bien, porque el departamento en dónde vive es de su familia y no tenía que pagar alquiler, sólo tenía que pagar los servicios e impuestos de este.

Al cerrar la puerta de su armario, luego de sacar su uniforme, entró en su campo visual la ventana de su habitación y fue entonces cuando puedo ver al precioso chico del frente sentado cerca de la ventana leyendo.

"¿Como era que podría estar despierto tan temprano como si nada?" Pensó Emilio, el apenas podía mantener los ojos abiertos a esta hora. Término deduciendo que quizás él no estaba acostumbrado a quedarse hasta tan tarde despierto, se ha quedado hasta las 4 de la mañana masturbándose y comunicándose por medio de señas y gestos a través de la ventana, Emilio creía amar la cara que el chico hacía cuando se venía. Los otros dos encuentros habían sido realmente excitantes y hasta uno de estos, en el que el rizado se había masturbado metiendo tres de sus dedos en su entrada, fue el mejor orgasmo de Emilio, la forma en la que abrió su boca para soltar gemidos había sido lo más erótico que vio en su vida, sin duda verlo era mucho más bueno que cualquier vídeo o película pornográfica. Pero igualmente el Desearía poder comunicarse de otra forma con él chico y no sólo así, por persona, por ejemplo, eso sí que sería genial.

Se quedo mirando fijamente hacia el otro lado de la ventana, "él no se dará cuenta que lo estoy mirando, esta muy concentrado en su líbro", pensó y apartó su mirada de la ventana para dirigirla a su pantalon, de igual manera se iba a cambiar frente el, no perdía nada con intentar llamar su atencion de nuevo.

Bajo su pantalon de a poco y al hacerlo liberó su erección matutina, se encogió de hombros, soltando una leve risa pensó que no se encargaría de eso esta vez, levantó su mirada igual para ver si había logrado llamar su atención y lo logró, el chico moreno le miraba atentamente, como comiendoselo con la mirada, mientras mordía su labio, tenía el libro todavía en su mano pero a un costado. Sonrío ampliamente, de forma seductora, al parecer se encargaría también esta mañana de su pene.

Llevó su mano a su miembro acariciando su propio abdomen en el camino hasta este, sintió su toque caliente y suave, eso estaba llevando su excitación más al límite de lo que lo estaba, comenzó a deslizarla através sin perder de vista de ninguna de las reacciones del más bajo aunque este no estuviera mirando precisamente su cara pudo notar que apretaba su labio inferior con fuerza entre sus dientes por la forma en la que estaba rojo a los costados de este, Emilio amplio su sonrisa soltando un leve gemido, sintiendo el trabajo de su mano sobre su pene observó como el llevaba también su mano hacia su miembro pero a través de sus pantalones comenzando a moverla en este y Emilio aumentó la velocidad de sus movimientos abruptamente. Luego de un tiempo, en el momento en el que estaba por correrse sintio algo raro como si lo estuvieran mirando pero no sólo el de rulos, con el ceño fruncido movió su mirada a través del paisaje y vio a una castaña desvistiéndose, estaba muy concentrada en lo que hacía o eso parecía, lo extraño era que estaba en la cocina, pero pensó que quizás volvia de su trabajo cansada y se desvestia en el primer lugar donde entró de su casa, así que sólo la ignoró y con su encogimiento de hombros volvió su vista al castaño, que era que le importaba, este le miraba con una ceja arqueada y sonrío divertido, pero sólo de uno de los costados de su boca.Hasta entonces Emilio se dio cuenta que había dejado de masturbarse, comenzó nuevamente pero esta vez a una velocidad más acelerada y ejerciendo más presión en el agarre de su miembro.

Término corriéndose un tiempo después soltando un gemido ronco y fuerte, dejando su estómago bajo, parte de su pecho y su mano manchados con semen. Quizás llegaría algo (muy tarde) a su trabajo pero se aguantaria los regaños de su jefe sí que valió la pena.

Por otro lado, y una castaña vecina del precioso chico moreno estaba bastante enojada. ¡Se había desvestido delante de un desconocido y éste después de correrse la había dejado sola!

–Los chicos son unos idiotas hasta en la distancia– murmuró la castaña para ella misma, rechinando los dientes.

Pero es muy probable de que la idiota sea ella.

Una Pequeña Confusion |•| Emiliaco |•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora