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—Señorita, lamento mucho lo sucedido en el salón de ensayos — aquel profesor bajo la mirada, avergonzado y temeroso de que aquella castaña con porte imponente, pudiera acusarla con su padre y perdiera su tan apreciado trabajo. —No volverá a suceder.

—No sé preocupe, no soy como mi padre — aclaró rápidamente, el profesor la miró. —Sólo haga que Min, entre a las clases sin importar el retraso, ¿Bien? — el profesor asintió rápidamente.

Lisa sonrió sin mostrar los dientes, se dió la vuelta y empezó a caminar por el pasillo, borrando la sonrisa de repente. Odiaba con toda su alma el echo de que la compararán con su padre, ella no era así, y sí fuera así, el profesor ya no tendría trabajo, al igual que el jardinero, el chófer, la cocinera, la directora del plantel, la chica de la tienda de ropa y la señora de comida china que tenía un restaurante chino en el centro de la ciudad y que era muy concurrido.

Entro a la cafetería, se dirigió hacia la barra de comida, dónde tomó una charola y puso una manzana, un jugo de manzana (su favorito), y un plato de ensalada que se veía muy apetecible. Se giró con la charola en manos, buscando una mesa donde sentarse.

Hipócritas. No había personas sentadas en las mesas, sino hipócritas, quien miraban “amablemente” a Lisa, para que se sentará con ellos. Lisa sabía que si hacia amigos, estos serían interesados, no por querer tener una amistad con ella, sino por su dinero y estatus social. Bufó, dió media vuelta y se fue de la cafetería con charola en manos.

Sus zapatos tocaron el césped del campus, dónde podría comer en una banca, alejada de todas aquellas personas interesadas e hipócritas. Tomó asiento en la banca pintada de color blanco, dejó su charola en la banca.

—¡Vaya sorpresa, Monoban! — su voz la asustó un poco. ¿De dónde mierdas salió? Se preguntaba mientras fruncía el ceño en su dirección y lo miraba como el peor insecto del mundo.

—¿Qué mierdas quieres, Taehyung? — preguntó tosca, fría y severa.

Kim Taehyung, mejor conocido como el príncipe de la belleza imposible, aquel chico castaño que tenía una hermosa sonrisa cuadrada, era ni más ni menos que el hijo de otro empresario billonario, amigo del padre de Lisa, pero lo que definía a Lisa de Taehyung, es que Lisa era humilde y jamás presumía absolutamente nada. En cambio, Taehyung, les hacía la vida imposible a todos, despedía a cocineras por hora, así que Taehyung jamás pudo caerle bien a Lisa. Era soberbio, arrogante, prepotente y muy molesto.

—Ahora eres la defensora de los pobres — dijo con tono despectivo. Lisa rodó los ojos molesta, otra vez con esa mierda.

—Sí. Soy la defensora de los pobres, así que no pienses que te defenderé algún día, niño mimado — refutó. Taehyung rió y se acercó a la banca, dónde Lisa estaba sentada.

—Lisa, también eres una niña mimada hija de papi, así que no te hagas la inocente, pura y casta, pretendiendo ser amable con los demás — soltó con veneno en cada y una palabra.

Ahora fue turno de que Lisa riera, alto y fuerte, Taehyung se alejo, algo confundido y ofendido por su actuar.

—Kim Taehyung, eres tan prepotente que no ves la gran y muy grande línea que nos separa y hace diferentes el uno del otro — respondió. Se levantó y lo encaró, ahora totalmente sería. —Soy amable con los demás, por que así lo quiero yo, soy educada, honesta y humilde, porque así lo quiero yo, pero tú, Taehyung — rió y miró hacia un costado un momento, para regresar la mirada a Taehyung, quien parecía estar molesto con su actuar. —, sólo sabes cómo estirar la mano, sólo sabes cómo pedir esto, pedir aquello, sólo sabes cómo dar órdenes y que otros te obedezcan, pero dime Taehyung... — camino dos pasos hacia un costado de él, quedando cerca de su oreja. —¿Sabés sí quiera, amarte? Porqué tengo la respuesta a esta gran pregunta — Taehyung apretó su mano en un puño, sabía que la castaña tenía razón, siempre que empezaba a molestarla para tratar de humillarla un poco, él resultaba humillado y con una lección del día. —Y yo creo que no.

Taehyung se separó de ella de golpe, la miró de arriba a abajo, despectivamente.

—Te vuelves como ellos. Cómo la gentuza aquella — hizo referencia a las personas que no tenían nada, ni dinero, ni fama, ni en que caerse muertos.

—No Taehyung, no me vuelvo como ellos — negó con la cabeza. —Soy como ellos, y tú también — Taehyung negó, soltó una maldición hacia Lisa y se fue de ahí, enojado e irritado. —Estúpido idiota, arrogante, hijo de puta — soltó. Lisa no era de las personas que solía insultar a otras, pero en este caso lo ameritaba y con ganas.

Bufó, regreso a la banca y se sentó, tomó la manzana y le dió una mordida. Su mano junto con la manzana se recargo en su regazo, mirando hacia esta, tratando de buscarle algún tipo de desperfecto, pero lo único que encontró y frente a ella, fueron unos tenis negros con suela blanca, frunció el ceño y levantó la mirada, encontrándose con un jugo de manzana siendo extendido hacia su dirección, la mata de cabellos negros era lo único que veía en vez de su rostro.

Otra vez tímido.

Sonrió sin mostrar los dientes. Levantó su mano y la estiró hasta tomar la botella de jugo de manzana, en el embase tenía escrito algo, así que lo leyó, mirando al chico que tenía la cabeza baja sin mostrar su rostro, al parecer estaba avergonzado.

“Gracias por ayudarme a entrar al salón de música.”

>Min Yoongi.

Sonrió.

—No fue nada — dijo. —Oh, ¿Quieres sentarte? No es cómodo estar sola — soltó una risita, la cual hizo que él levantará la cabeza y mirara a la castaña. El sonrojo aún continuaba en sus mejillas y orejas. Él asintió, Lisa movió un poco su charola, dejándola en sus piernas. Se sentó a un lado de ella. El silencio se mantuvo por un momento, hasta que ella habló. —Lalisa Monoban, un gusto — extendió su mano hacia Yoongi, quien la miró algo apenado y la tomo con mucho cuidado.

—M-Min Yoongi — dijo. Lisa sonrió, su voz era muy gruesa y tener esa timidez, le hacía morirse de ternura. Soltaron sus manos y Yoongi miraba hacia la dirección de la castaña, pensando en que la incomodaba, pero aquella se encontraba mirando las hojas del árbol que estaba cerca de ellos.

—Te ví, de camino hacia acá — habló de repente Lisa, Yoongi desvío la mirada de ella, frunció el ceño.



—¿D-Dónde? — preguntó tímido, Yoongi hizo memoria para tratar de recordar si la había visto de casualidad y él no se acordaba, pero no, no la había visto. Así que sólo guardo silencio, esperando la respuesta de la castaña, quien lo miro y sonrió.




—En el callejón — respondió, Yoongi volvió a sonrojarse hasta las orejas. —Tienes un gran talento con el piano — halagó. —Tú deberías de ser el que toque el piano principal de la orquesta — dijo, Yoongi sonrió, aceptaba que le gustaría mucho serlo, así que asintió un poco con la cabeza.


—T-Trabajo muy duro en ello — contestó, Lisa sonrió.



—Sé que lo haces — le sonrió por última vez, antes de volver a mirar el árbol, parecía muy aburrido, pero era relajante estar en silencio y admirando la naturaleza.



—T-Tú...tocas muy hermoso el violín — confesó, agachando la cabeza. Tímido y avergonzado.




—Gracias.






—LaOmmaChida💜💜✨✨✨

🎵 Notas musicales 🎵 [Yoonlice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora