La abuela prte 2.

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—Jajaja, si abuela, lo use para tener más hermanos —dijo Dash.

—Estás loco, si no soporto a tu hermano, ¿tú crees que voy a dejar que esos dos se sigan reproduciendo? —respondió Delilah.

—Sí abuela, así como quisiste que mamá nos abortara, tal vez el abuelo no pensaba como usted, pero al menos él no me discriminaría como usted o el resto de canes en Londres lo hacen —dijo Devin.

—Dalmatian es suficiente y el resto por su propio bien no intente reconciliar los con los juegos que hacen sus padres, no es por amor es por deseo, bien vallan a Dormir —dijo Delilah.

Todos se fueron a dormir, solo que uno de ellos intentó darle un beso a su abuela, pero esta no se lo permitió.

—Dalmatain buena suerte para la otra, sé que tú no besas por cariño, pero el beso de la muerte te lo daré yo para la otra que te quieras pasar de listo, vete a dormir yo iré a ver a tus padres, no quiero saber que estás vagando Dalmatain —dijo Delilah

—Sí abuela —dijo Devin fingiendo tristeza.

Los cachorros de Dylan y Dolly se fueron a dormir mientras Delilah se dirigía al cuarto de su hijastra donde se encontraba su hijo mientras ellos conversaban.

—Esta noche fue increíble, creo que no fue tan malo que Dash nos haya hecho esto, ¿no Dylan? —preguntó Dolly.

—Creo que sí, pero si no fuera porque mi madre nos separó sería tuyo todos los días —dijo Dylan en un tono coqueto.

—Jejeje, pero aun así a la cara de baba le costaría, ya que no sería una presa fácil —respondió Dolly en tono coqueto.

—Cuánto quiere perder la de aliento perruno —dijo Dylan.

—¿Sabes qué? Me hubiera gustado más que no les hubiéramos mentido a nuestros cachorros —dijo Dolly.

—Lo sé, ahora Junior nos odia —dijo Dylan.

—Ambos se lo merecen por un error tan grande como el que hizo Dolly al tocarte Dylan, y más volverse a tocar no sé qué pasa por la cabeza de ambos —dijo Delilah.

—Ellos se aman y quiero que sean un matrimonio, que cuiden de nosotros —dijo Devin.

—No, no, no, no, ellos no pueden ser felices no conociste a tus padres en su adolescencia, ellos no se toleraban y al final no sé qué paso en ellos no lo sé y jamás supe qué pasó —dijo Delilah.

—Yo los hice ver que no eran tan Diferentes.

Cae un relámpago y refleja con su luz a Dawkins.

—¿Tío Dawkins? ¿Alguna vez nos dirán toda la verdad? —preguntó Devin.

—Todo está en mi diario —dijo Dolly.

—Nuestro diario jejeje —dijo Dylan.

—Cómo te amo cara de baba —dijo Dolly.

—Yo más mi aliento perruno —respondió Dylan.

Dylan y Dolly se besan en frente de Delilah eso la hizo airar —Ah..., ¡qué tierno! —Dawkins y Devin estaban sorprendidos.

—Suficiente, ¿qué acaso nunca me van a obedecer? —preguntó Delilah.

—Mamá, ya no somos cachorros, si yo quiero hacer mi vida con Dolly es mi problema —respondió Dylan.

—Tú padre no estaría de acuerdo con esto —dijo Delilah.

—Papá estaría de acuerdo conmigo, no te dejaría estar con Dolly —respondió Delilah.

—Porque dos Dunne en la familia es demasiado para esta familia, es lo que quiere decir la abuela, y me explican ¿por qué en el diario dice que somos su obra maestra? —preguntó Devin.

—Porque... —Los dos padres no sabían cómo responder.

—Olviden lo, solo quiero ver a mi familia reunida —dijo Devin.

Devin le da el beso de la muerte a Delilah en su mejilla.

—Bien así quieren jugar bien jugaré —dijo Delilah.

Delilah se retira de la habitación, pero antes de irse

—Ah, y Dalmatian cuídate que ni sabes de donde puedo atacar jajaja —dijo Delilah muriendo se dé la risa.

—Bien y para cuándo la boda —preguntó Devin.

—¡Boda! —Dylan y Dolly estaban en shock, no lo podían creer.

—¿Hijo no crees que vas demasiado rápido? —dijo Dylan.

—Sí hijo primero debemos conocernos —dijo Dolly

Devin y Dawkins se golpean la cara con la pata.

—Se conocen desde los 3 años caninos, y me dicen que quieren conocerse, mírese están desnudos y vuelve a.... —dijo Dawkins olfateando el aroma.

—Tío Dawkins por favor no quiero saber de dónde viene ese aroma que me produce náuseas —dijo Devin.

—Perdón sobrino —dijo Dawkins con una sonrisa.

—Después de 100 citas, yo creo que ya se conocen bien así que solo una cita más y pueden casarse —dijo Devin.

El Diario De MamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora