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El portazo que dio el rubio al salir por la puerta delantera resonó en toda la casa, el sonido le estremeció. Era la segunda vez que tenían una discusión ese día, y otra vez, era culpa del moreno. No era que el peli plata le haya dicho textualmente que era todo por su maldita culpa, no, pero aun así sabia que todo lo que estaba pasando era por él. Todas las peleas que comenzaron desde hace ya unas cuantas semanas era por una única razón.

Harry no le decía lo que sentía, por lo menos no abiertamente.

Estaba muy claro que el Harry quería a Draco, lo quería con toda su alma, y sabía muy bien que estaba enamorado de él, incluso se lo decía de vez en cuando. Pero Harry no era una de esas personas que dicen lo que sienten todo el tiempo.

Draco sabía que el moreno lo quería, se le notaba en sus ojos cada vez que sus ojos se posaban en el. En los ojos del moreno se podía notar el cariño y la admiración que sentía por él. Incluso algunas veces era conciente de que su mirada expresaba lo mismo que la de Harry, pero aun así, Draco comenzaba a creer que un te quiero ya no le bastaba.

Ya llevaban 5 meses como pareja. Vivían en casa del rubio, pero aun así en los últimos dos meses se veían cada vez menos. La primera razón de eso es porque el trabajo que tenía le consumía demasiado tiempo, y lo mismo por parte de Draco. Harry era un gran auror que gozaba del respeto y cariño por parte de casi todo el ministerio de magia, por la parte de Draco, el era un gran pocionista, estaba a cargo de la empresa de su padre, que también había sido, antes de ser un mortifago, un pocionista, igual que la gran mayoría de los Malfoy. Al principio todo estaba bien, las peleas era muy escazas, por lo menos eso fue durante los primeros 3 meses, pero en el cuarto mes, el trabajo de Harry comenzó a exigirle más tiempo, las redadas eran cada vez más frecuentes y nadie podía descubrir porque, por lo que, Harry pasaba horas y horas en su despacho con ayuda de otros aurores para poder encontrar al responsable de el caso que le perseguía en la mente día y noche. Esa es una de las razones por la Harry pasaba cada vez menos tiempo en casa y lo que hacia parecer que la mente de Harry estuviera en otro lado cuando se encontraba en compañía de Draco.

Y eso ya estaba cansándole. A ambos en realidad, pero Harry no lo dejaba notar.

Ese día el motivo de la pelea era por el que habían comenzado a discutir desde hace una semana atrás, Harry parecía no saber contestar el te amo que le dijo Draco. En ese momento parecía petrificado, Harry estaba acostumbrado a los te quiero por parte del rubio, pero nunca antes le había dicho te amo. Pero por más que pareciese raro la verdad era que no sabía que responder.

Y al parecer, su cara delato lo que estaba pasando es su mente porque Draco lo miro con confusión al principio, y luego su mirada dio paso a una mezcla de tristeza y decepción.

-Oh- dijo apartando la vista de los ojos del moreno- Bueno, tal vez no debí haberlo dicho.

Harry en ese momento tomo la mano del peli plata, abrió su boca para decir algo pero las palabras nunca salieron de esta. Draco volvió a mirarlo pero estaba vez con sus ojos inexpresivos, esos mismos ojos inexpresivos que tenía en sexto curso, una mirada que Harry había parado de ver desde que había iniciado su relación. 

Se le cayó el alma a los pies cuando Draco aparto su mano de la suya, bajo la mirada y estuvo a punto de irse cuando murmuro un "espera" casi inaudible pero supo que el contrario lo escucho ya que detuvo su andar y se quedo ahí, en el mismo lugar, de pie pero de espaldas a él.

-lo siento..-

-No tienes por que disculparte si no sientes lo mismo que yo, fui yo quien lo dijo, es mi culpa creer que eso era mutuo, Potter-

Al escuchar eso sentía como las lagrimas comenzaron a agolparse en sus ojos y su vista comenzó a ponerse borrosa con el paso de los segundos.

-No es eso, de verdad-

Say something -DRARRY-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora