Un chico con una belleza hipnotizan te, de unos cabellos negros, con un rostro ovalado, de facciones angulosas. Su rostro blanco, tan blanco como porcelana y una expresión amable. Con unos labios delgados, su nariz delicada y unos profundos ojos azu...
Ese día había estado todo el día trabajando en la empresa y me sentía algo estresado, necesitaba relajarme, entonces fue cuando recordé que tenía la tarjeta de un bar en mí cartera la cual uno de mis amigos me había dado y llevaba más de una semana insistiéndome para que fuera al lugar de la tarjeta. No paraba de decir que sus tragos eran los mejores que había probado, la música era excelente, el ambiente estaba a otro nivel, y que lo más destacado eran los chicos de compañía que allí trabajan. La insistencia que él había tenido me genero cierta intriga así que sin más que hacer me dirigí a aquel bar y al cabo de unos minutos llegué al lugar ya que se encontraba cerca de la compañía.
Su exterior era muy refinado y más que parecer un club parecía la entrada de un hotel lujoso, de esos que salen en las películas a donde asisten solamente personas importantes, pero el exterior no dejaba a la imaginación como sería por dentro, las paredes eran adornadas por caoba y mármol, cuadros de arte de pintores famosos, cortinas muy elegantes con colores delicados, mueblería costosa de esa que sus precios llegan a ser totalmente ridículos por lo caro eran, y para terminal el paquete de lujo allí solamente se encontraban altos ejecutivos, no solo del mundo de las finanzas.
Un bar en el que sólo personas con una buena posición económica podrían costear el precio de los servicios que allí se ofrecían.
Después de varga por el lugar por un tiempo apreciando el decorado y saludando a algunos conocidos me dirigí hasta la barra ya que era el único lugar que no estaba rodeado de amantes y procedí a sentarme. Pedí una copa de vino escoses y volví a echarle otra ojeada al bar, y entonces fue cuando alguien atrajo toda mi atención, un chico que se encontraba sentado al final de la barra y al igual que yo no estaba acompañado. Sin saber por qué, me puse algo pálido y mi corazón empezó a latir violentamente, el caso es que me aquel chico causo en mi una impresión real de atracción la cual hasta el bartender pudo notar.
La primera vez que lo vi fue en ese bar, llevaba el pelo recortado justo la altura de los ojos, le daban un toque de cierta inocencia y estaba elegantemente vestido; llevaba un traje blanco con una camisa negra debajo, un reloj de oro que estaba de moda en ese entonces, pero que muy pocos podían comprar al igual que los zapatos que llevaba.
Era perfecto.
— Es el joven Taehyung —me dijo el chico al otro lado de la barra.
Mis ojos estuvieron clavados en el cómo cuchillas, lo que provoco que él se percatara de mi presencia. Nos miramos por unos instante y entonces se levanto de su asiento y se dirigió hacia mí.
— Buenas noches —me dijo.
— Buenas noches —contesté mirándolo a los ojos, los cuales eran tan azules como el mar y provocaban que cualquiera se perdiera en ellos.
— ¿Me puedes invitar un trago? —dijo sentándose en la silla a mi costado.
— Con gusto —le respondí mientras le hacía una seña al bantender para que viniera a atendernos.
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