Un Malentendido [ Sterek ]

Capítulo 7

Capítulo 7.

Derek miraba todo a su alrededor, no tenía ganas de nada. Se daba cuenta que fue muy tonto de su parte pelear con su compañero por algo que ya no se podía revertir. Le dolía, si, pues se llego a encariñar mucho con esos conejitos.

Los había adoptado por qué le recordaban al castaño, y perderlos en tan poco tiempo después de haberse prometido cuidarlos, era aún más doloroso porque eso significa que si se presenta algún contratiempo en el pueblo, por un descuido puede perder a Stiles. Si, era tonto verlo de esa manera, pero Derek tenía la mente confusa.  Y se creaba teorías en la cabeza de lo tan mal compañero qué creía que era.

Aún se seguía reprochando el no haberse dado cuenta por lo que había pasado su compañero, se suponía que él estaba para verlo, para cuidarlo, para protegerlo, para que siempre esté bien. ¿Sin embargo que ocurrió? Dejo que su compañero sufriera por nada, que llevará una carga tonta. Derek estaba seguro, que si se lo hubiera dicho, él hubiese llevado a los conejos de vuelta a la tienda para arreglar las cosas y todo quedaría en el olvido.

Él hombre lobo estuvo pensando en lo cómico que era la situación. Se suponía que los conejos eran una sorpresa, una nueva etapa, un comienzo para que sus vidas fueran de pura felicidad, solo llevan un año de novios pero sentía que ya estaba dispuesto hacer todo por su compañero. Sin embargo todo lo que trajo su decisión de darle ese pequeño regalo, fue malentendidos y peleas, dolor en algunos aspectos.

Quería levantarse, ir a buscarlo, decirle que todo estaba olvidado, que lo amaba lo suficiente como para dejar todo atrás, pero sentía que no era lo correcto, esos conejitos no tenían la culpa de nada, no tenían porque morir. Lo único que le impedía levantarse de ese lugar e ir tras su compañero era la culpa que sentía por pensar que todo eso lo había ocasionado Stiles, solo él.

Aunque si lo pensaba bien, no todo era culpa de su compañero. Stiles solo quería hacer algo bueno, pero su madre entendió todo mal y los mato, sin querer claro está. Derek se daba cuenta que todo solo era algo confuso pero no grave. La muerte de esos conejitos se le quedaría enterrado en lo profundo de su ser, en verdad se había encariñado con ellos.

El sonido de la puerta lo saco de sus pensamientos, la puerta nunca tenía seguro, después de todo era un hombre lobo, y podía defenderse por si solo. No era nadie de la manada por qué ya hubiera entrado, y imaginarse que era Stiles solo hacia querer correr hacia la puerta y tomarlo en sus brazos decirle que todo estaba bien, pero eso solo era una ilusión, su imaginación haciéndole creer lo que su corazón anhelaba.

Los golpes seguían insistentes, pero no lograba identificar ningún aroma reconocible, en realidad nada, solo era el sonido de los nudillos al tocar la madera. Al principio le pareció sospechoso pero no le dio importancia, así que se levantó a decirle a quien sea que esté en su puerta que se largará que no se encontraba de buenos ánimos y si no se iba le arrancaría la garganta y volvería a su cómodo sofá.

"Stiles...". Susurró sorprendido al abrir la puerta y encontrarlo parado ahí con la mirada cansada pero anhelante, esperando algo, pero Derek solo se quedó alli, viéndolo sin hacer nada.

"Derek...". Stiles no aguanto más y se tiró encima de él, enrollando sus brazos alrededor de su cuello, y soltando algunas lágrimas. "¡No están muertos! Todo fue un malentendido, te juro que yo no lo quise hacer. Por favor, déjame explicarte las cosas. Por favor, no me apartes, ni me vuelvas hablar como lo hiciste...".

"Stiles...". Él hombre lobo lo apretó entre sus brazos, se sentía tan bien volver a sentirlo así, junto a él. Lo amaba tanto que lo demás no importaba en ese momento.

Metió su cabeza en el cuello de Stiles, tratando de aspirar su aroma, no logro encontrarlo y gruño bajo, amenazante, como odiaba esa pulsera. Stiles al sentir la vibración que le avisaba de un gruñido muy molesto y que eso solo haría a Derek alejarse se apresuró a romper con todas sus fuerzas la pulsera que callo y se volvió cenizas.