"Cansada y resignada, ya no luchaba, hacía lo que le pedía. Margaret, una hermosa castaña, había estado conmigo dos meses después de que María se fuera.
Por dónde empezar con la belleza de esta mujer, piernas largas y delgadas, cabello castaño hasta los hombros. Unos cuantos tatuajes en su torso y muchas más cualidades que la hacían preciosa.
Con Margaret pasamos unas veladas exquisitas, tuve que aplicar un poco de presión. Pero pude lograr que se acostumbrara a mí, su nueva pareja.
En ocasiones lloraba, diciéndome que extrañaba ser libre... pero, ¿realmente hemos sido libres? No, no lo somos. Somos prisionero se nuestras mentes, de nuestras familias, de nuestra sociedad. Nunca hemos probado la libertad, hemos imaginado cómo es.
Muchas veces Margaret me dijo que pagaría por lo que le hice, pienso que lo decía para halagarme y felicitarme.
Espero tener un buena recompensa por haberla tratado como una reina. Reina de mi mundo, reina de mi infierno.Dormimos juntos, yo apoyaba mi cabeza en su pecho y escuchaba los latidos acelerados de su corazón, la abrazaba y algunas veces llegábamos a más.
La pasábamos realmente bien.Nuestro amorío es efímero, no puedo decir porqué. Pero puedo decir cómo todo acabó.
Margaret era toda una dama de delicada complexión, fácil de manipular.
Pasamos meses juntos, y su cuerpo nunca se acostumbró a mi tacto. Yo trataba de controlar mi fuerza, mi rudeza pero simplemente no lograba contenerme. Ella me volvía loco, me hacía perder todo tipo de sentido común.Un día simplemente no logró resistir más a mis manos. Pude presenciar su último suspiro de vida, y vi con mis propios ojos como su cuerpo perdía la vida. Fue un sentimiento completamente nuevo, ya que a la misma vez una lágrima se deslizaba por su mejilla; la última lágrima de dolor que sus ojos color miel dejaron ir, la última vez que el mundo y yo podíamos ver lágrimas salir de esa bella mirada.
Mis ojos se enfocaron en la lágrima, que se deslizo hasta su hombro lleno de moretones y algunos rasguños que le hice por accidente.Por alguna razón mi pecho sintió una leve punzada como de culpa, lo que es raro ya que no hice nada más que liberarla de este mundo. Debería sentirme feliz.
En fin, descansa en paz Margaret y de nada."
-RedHands.
Un nuevo mes, una nueva carta de aquel escritor empedernido. Matt estaba reescribiendo aquella carta y por motivos de los comentarios que había recibido en la columna anterior, agregó una nota aclarando que la historia narrada era sólo relatos cortos de un escritor anónimo.
Aseguró ciegamente que las historias no eran reales, sino pura fantasía y así fue publicado.
Pasadas las horas sentado frente aquella computadora, comenzaba a dudar sobre la procedencia de aquellas cartas. Nunca tuvo curiosidad sobre el escritor, ya que las cartas tener la atención positiva que necesitaba, nunca se preguntó "¿y si el escritor...?"
Por pura curiosidad volvió a revisar el sobre qué venía con la carta, sacudiéndola ferozmente hasta que de ella salió una pequeña foto como de dos por dos pulgadas.
El alma de Matt abandonó su cuerpo por unos segundos después de ver que en esa pequeña foto se encontraba una mujer completamente lastimada y aparentemente sin vida, justo como había descrito RedHands en su carta.Matt entró en pánico y su temblorosa mano giró lentamente la foto para ver si había algo detrás, para su sorpresa la palabra Margaret estaba escrita con tinta roja.
Su respiración era pesada, y sus pensamientos estaban nublados. "Tal vez es para darle más realismo a sus escritos" trataba de convencerse.De inmediato se dirige hacia las demás cartas que tenía archivadas. Todas tenían una foto de una mujer diferente que concordaba con la descripción que RedHands daba en sus cartas.
El miedo se apoderaba de Matt, estaba aterrado pues había estado publicando cartas de un potencial asesino en serie.
Más no dijo nada, temía que si lo denunciaba RedHands lo iba a encontrar.
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Detrás de las palabras, algo sucede.
Mystery / ThrillerA lo largo de unos meses, una serie de escritos llegan a las manos de un escritor de columnas en un periódico. Estos escritos le parecían interesantes y dignos de ser publicadas, y como lo pensó, tuvieron un buen recibimiento de parte de la audien...