capitulo 4

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- ¿Cailin?- Escuche que pronuncio.

- Si, me llamo así- Dije sin parar de echar un ojo a lo que me rodeaba.

- Nono, quiero decir si sos vos! la Cailin que solía ser mi mejor amiga en el jardín!

En ese momento la mire fijamente con los ojos bien abiertos por lo sorprendida que estaba.

-Nunca me imagine que te ibas a acordar de eso - La mire con brillos en los ojos.

- Nunca me olvide de vos, es mas, siempre que veía las estrellas me acordaba de la pijamada que hicimos esa vez, en tu casa.- Sonrió, lo cual me contagio y con ello me trajo recuerdos melancólicos totalmente felices.

Al principio cuando me atendió en la puerta estaba tan concentrada en que me aceptaran en el trabajo que a decir verdad, si la reconocí, pero no le preste tanta atención ya que ella podría haberme olvidado, por completo.

Nuestra amistad fue tan linda, eramos tan unidas y fue tan pura, que al recordarlas te hacen querer regresar a ese momento en que fuiste feliz y reías a carcajadas.

Recuerdo que nos tuvimos que separar ya que, yo me mudaba y cambiaríamos de colegio las dos.

Fue tan dura la despedida que la noche anterior le había rogado a mi padre que no hiciéramos la mudanza, sin embargo, no hizo caso a mi petición debido a que en la otra ciudad, o sea, donde vivo ahora, tendríamos mas oportunidades económicas. Es decir que no nos iba tan bien en la primera ciudad mencionada.

-Habría que juntarnos un día de estos, o puede ser hoy luego de tu entrevista- Dijo sonriendo.

- Claro que si.- Devolviendo la sonrisa dije emocionada.

- Te paso mi numero después. Te espero a fuera de la oficina, así vamos a tomar algo, ya que este es mi ultimo trabajo del día - Dijo.

- Oh.. no tenes otros planes, o ¿si? -Preguntó.

- No, para nada, acepto la invitación. - Reí junto con ella.

Por lo que veía ella seguía igual. El mismo corte de pelo que hace años y la misma tonalidad, corto y negro. Ahora más grande, ya casi ni se le notaban los dientes que en su momento destacaban bastante.

De igual manera se veía tierna

- Casi me olvido- Dijo sacudiendo su cabeza.

-La entrevista es por acá, seguime.

Reí por dentro, por lo visto no cambio casi nada, seguía siendo un poco despistada.

Me guio a otra oficina dentro de esta pero de menor tamaño, la puerta era de un color rojo intenso.

Ella toco el timbre una vez y de pronto una voz se escucho proveniente del micrófono.

- La escucho. - Dijo sin mas una voz gruesa, un poco ronca.

Al mismo instante que la voz se oyó, mi piel se erizo completamente. Había escuchado esa voz mucho antes de venir acá, pero no recuerdo bien en donde.

-Señor, la ultima persona para la entrevista se encuentra aquí mismo. Es la señorita Cullen. -Aviso acercándose al micrófono.

- Que ingrese.- Dio la orden y se escucho el ruido de que había cortado la señal del micrófono.

Ella me abrió la puerta y dentro de esta se veía a lo lejos otra puerta mas, pero de cristal.

Era tan raro esto, que me empezó a dar un poco de miedo, de igual manera siendo que era mi mejor amiga de jardín confiaba en ella y la seguí.

Yo me encontraba tras su espalda. En el momento que iba a abrir la puerta de cristal pude ver lo que yacía adentro.

Pense que iba a ser algo demasiado sofisticado. Me sorprendí, porque parecía una cabaña por dentro, el color de las paredes parecían madera, pero si mirabas bien, notabas que eran pintadas, una mini chimenea con fuego encendida por leñas se encontraba en la pared izquierda, arriba de esta unos porta-retratos que no podía llegar a ver quien o quienes estaban en la foto.

Luego de adentrarme en la mini oficina. Ella me dijo;

- El Señor vendrá pronto, esperalo acá sin tocar nada por favor, después se enoja y me despide.- Trato de decirme lo mas amable posible.

- Claro, no voy a tocar nada.- Dije tranquilizándola.

-Mil gracias, y espero que te acepte.-

Me dio un abrazo el cual devolví vulnerable.

- Quise abrazarte desde que te reconocí- Rio.

- Te aseguro que yo también- Dije.

Tras ese comentario empezamos a reírnos las dos.

Luego se retiro y me regalo una mirada que deduci como un "Sé que lo harás".

- Eso es lo que mas quiero...- Susurre observando el lugar.

- Vaya, Cailin Cullen, espere tanto por verte.. de nuevo.

El sofá marrón que había estado dado vuelta todo este tiempo se coloco en su lugar, frente al escritorio.










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