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Las semanas pasaban y fargan no podía para de pensar en aquel chico, solo se lo cruzó una vez y parece que lo conoce de toda la vida.
Al pensar sus alas se estremecieron al punto de queres salir de nuevo pero tenía que controlarse. Quería dejarlo pasar, tal vez solo era una emoción de que alguien le hablara pero por dentro tenía una necesidad muy grande de verlo de nuevo.
Se encontraba en total oscuridad, sentado en el suelo, entre sus manos sostenía un pequeño trozo de un espejo, debes en cuando miraba su reflejo.
Mientras movía el espejo pudo notar la mirada de su madre, abrió los ojos y volteo rápidamente pero no encontró nada.
Estaba asustado, no quería tener algo que ver con los humanos. Al recordar esa noche apreto el espejo y lo rompe, se quedo unos momentos así para abrí su mano y ver los pequeños trozos de cristal enterrados.
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Al despertar no se sentía muy bien para salir por su café, tomó fuerzas y se levanto para ir al baño y cambiarse, escondió bien sus alas en su ropa, para salir e irse.
Caminar entre la gente no es algo que le agrade mucho, tiene el miedo de ser atacado o algo parecido. Al llegar pidió lo que quería y lo toma rápidamente el café, y salió rápido del local. Llegó a un parque serca de ahí así que se sentó en un banco algo retirado de las personas y niños, miraba su alrededor dando uno que otro sorbo al café, cuando un aroma muy dulce invadió sus fosas nasales y miro un punto fijo viendo a lo lejos al chico que no dejaba de rondar su cabeza, se volteo rápidamente, se estaba poniendo nervioso, sus manos empezaron a sudar y tenía un impulso de ir tras él pero no se movía a su sitio, empezó a mover su pie nervioso, suspiro y fue tras el chico.
Cuando entró, se encontró con muchas personas causando que es ponga nervioso pero llegó ese aroma y lo siguió a lo cual se arrepintió, estaba dando vuelas y no encontraba ni al chico ni la salida, le estaba dando un ataque y sus alas querían salir, al dar tantas vueltas en sí mismo chocó con alguien y al darse la vuelta era el.
- Eh ten cuid . . . Ah Hola, eh fargan ¿verdad? - dice a lo cual el castaño se sonroja un poco para asentir- vaya hasta que recuerdo algo, como sea, ¿que haces aquí? ¿vas a comprar un juego?
El castaño no prestaba mucha atención a lo que el pelinegro decía.
- ¿Juego?
- Si, algún juego has de conocer, mira ven te voy a enseñar algunos que me gustan a mi y unos nuevos -dijo para comenzar a caminar y ser seguido por fargan.
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Los dos caminaba por pasillos llenos de gente, la expresión de fargan era de terror y desesperación, tenía mucho miedo, le dolía la cabeza, quería salir de ahí pero aun seguía al pelinegro. Después de un tiempos de dar vueltas a lo lejos fargan vio a los mismos chicos que venían con el pelinegro a otra vez pero divisó a alguien más, era alto, pelo negro tenía un cuerpo algo fuerte, con una hermosa sonrisa y una peculiar risa.
- Eh alex, ¿Que tal? -dijo con una enorme sonrisa brillante para darle un fuerte abrazo a lo cual el chico corresponde sin problemas.
-Pensamos que no ibas a venir -decía el chico de gafas.
-No tenía pensado venir la verdad, pero recordé un juego que van a sacar y no me lo podía perder.
-Ya, y se ve que no vienes solo -dijo mirando al castaños a lo cual este sonrió ligeramente.
-Me lo encontré por ahí.
-Como siempre tan amable mi pequeño -dijo tomando su cachete y jalando un poco.
- Déjame gilipollas - decía entre risas.
Fargan sintió el sentimiento extraño, sentía una pequeña molestia que no lograba comprender, pero lo dejo pasar.
Esa tarde fue algo diferente para el, ya que estuvo algo incomo con algunas situaciones, ya sea porque no entendía mucho de qué hablaban pero se quería integrar y aprender, cosa que nunca había hecho, pero había algo más que no le deja tranquilo, al ver al chico tan serca de aquel chico de risa peculiar, era algo que no entendía muy bien. Sus manos picaban, su corazón latia con rapidez y en algún punto sentía un mal humor que iba creciendo mediante el día seguía.
-Uf, me esperaba más de ese juego -decía algo desanimado.
-Era mucho otra ser verdad.
-Ya, no te rayes que ya sacaran mejores juegos.
-Bueno, ya es tarde y tenemos que irnos.
-Si que tengo que alimentar a mis gatos- dijo del chico de hijos verdes.
-Fue un placer conocerte fargan -dijo el chico pelinegro.
Fargan solo asintió.
-Bueno alex, te dejo que tengo que ir a hacer unos cosas -dijo para tomar sus mejillas y dar un pequeño beso en sus labios.
En ese instante fargan siente un ardor dentro de el, se escucho un poco del sonido de la tela rompiéndose a lo cual se puso mas nervioso, el color café miel de sus ojos ahora era un rojo carmesí muy intenso con una pupila en ralla, este agachó la cabeza lo mas rápido que pudo. Le estaban ando algunos pequeños espasmos, su corazón latia con fuerza y su respiración era muy agitada y pesada, todos sus músculos se tensaron.
- ¿Estás bien?
-Tío, ¿Todo bien? -el pelinegro lo tomo del hombro a lo cual el castaño lo tomo y empezó a apretar la mano de este
-Eh, eh, que me esta lastimando -jalo su mano con fuerza pero no la soltaba.
Sentí su mano temblar, enserió quería romperle la mano pero no pudo, al soltarla Stax callo al suelo tomando su mano.
- Voy a llamar a seguridad -dijo el de lentes empezando a caminar en busca de ayuda
El castaño al escuchar eso se asusto y salio corriendo de ahí empujando a quien estuviera en su camino.
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Fargan corre hasta llegar a un lugar vacío y alto para caer de rodillas, su respiración era agitada y todo su cuerpo comenso a temblar un poco, en eso todo control de el desaparece. El castaño se levanta con los ojos cerrados para escuchar como se rompe la tela de su playera demostrando sus alas de color café con blanco.
Suspira para abrir los ojos lentamente, los cuales ahora eran completamente amarillos.
Preparas sus alas y empiezar a correr dirigiéndose a la orilla para saltar y caer al vacío.
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