Capítulo 2.

516 25 8
                                    

Me desperté a la mañana siguiente debido al calor extremadamente incómodo. Mi camiseta se pegó a mi espalda sudorosa y tenía la boca seca de respirar tan dificultosamente durante la noche. Florida era tan caluroso, mucho más caluroso que San Francisco, donde vivo.  En el verano tenemos la suerte suficiente para que llegue hasta 80. No entiendo cómo la gente puede vivir en Florida y no morir de insolación.

Me arrastré fuera de la cama, dejando que mis pies tocaran el suelo pegajoso con un ruido sordo. Me cambié la camiseta sudada de la noche anterior y cepillé mi enredado cabello castaño en una fea cola de caballo. No importaba lo que hiciera, mi cabello siempre lucía desordenado.

Chequé el termómetro de la pared y leí que estábamos a 86 grados, 86 grados! Aquí dentro! ¿Cómo es que la abuela puede vivir así? Pensé que a la gente mayor le gustaba lo frío. ¿No puede ella vivir en Alaska?

Entré a la cocina esperando encontrar a la abuela en la mesa de desayuno como lo hice ayer en la mañana cuando llegue, pero ella no estaba aquí. En cambio, dejó unanota en la mesa.

Salí al supermercado, estaré de vuelta a las 11:30.

Revisé el reloj. Eran casi las 11:30 ahora, pero la abuela tenía la costumbre de llegar tarde. Asumí que con las 11:30 ella se refería a las 12:00. Lo que significaba que no tenía nada de comida para comer hasta entonces, desde que la cocina está totalmente vacía.

Me senté a la mesa y esperé. No había nada mejor que hacer. No me gustaba ver la televisión, no me gustaba leer. Estaba planeando ir a ese club country en el que la abuela trabaja, pero obviamente no podía ir hasta que ella regresara del supermercado, Así que esperé.

Estaba considerando caminar hacia la sala e intentar encontrar algo que ver en la televisión cuando escuché un portazo en la puerta trasera.

“Sólo déjalos ahí en la mesa de la cocina!” La voz de la abuela llamó. “Estaré dentro en unos minutos. Solo necesito regar estas plantas” ¿Con quién estaba hablando? Obviamente no conmigo, era alguien más-y tenía un mal presentimiento acerca de quién era.

Mi pregunta fue respondida cuando Michael entro a mi cocina, cargando numerosas bolsas en sus manos. Cuando él me vio viéndolo paro sus pasos.

“¿Qué estás haciendo?”. Me paré de la mesa y caminé hacia él. Que estaba mal con ese muchacho, es como si me siguiera por todas partes. ¿No ha entendido la indirecta de que no me agrada tanto?

“Trayendo comestibles” Michael respondió, dejando las bolsas en la mesa. Metió la mano en una de ellas y sacó una caja de Lucky Charms. “Escuché que estos son tuyos”. Dijo pasándomelo.

Agarré la caja de cereales de sus manos y abriendo todos los gabinetes para encontrar un tazón para poner el cereal. No sabía dónde se guardaba nada, la abuela no se había molestado en decirme.

“Los tazones están en la parte superiorizquierda, las cucharas están en el cajón al lado del lavabo, a la derecha”. Michael se sentó en la mesa y cogió un periódico. Él cruzo una pierna sobre la otra, volteando a través el papel, como si estuviera en su propia casa.

“¿Cómo sabes eso?” Espeté, abriendo el gabinete que me dijo. Ahí estaban los tazones.

“Yo-“. Michael fue interrumpido por mi abuela entrando a la cocina.

“Ah, Claire! Veo que conoces a Michael!” La voz de la abuela chirrió por la cocina. Ella camino hasta Michael y se detuvo detrás de él, dejando las manos en sus hombros.

“Sí, lo hago”. Dije sin comprender, antes de ir al frigorífico y sacar la leche.

“No es el un buen chico? Michael siempre viene al supermercado conmigo” La abuela suspiró. “No puedo hacer todo eso de levantar y cargar más, desde la prótesis de rodilla y eso”.

Everybody Needs Somebody 》clifford a.u [Español]Where stories live. Discover now