Compañero 🤍

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Y ahí estaba caminando buscando a aquella omega que se había presentado esa misma mañana y ahora que ya debía estar bien suponía que aquella omega ya debía estar en alguna parte por ese pueblo con sus mejores ropas, dejando libre su aroma para que así su alfa por fin se diera cuenta de que era su destino.

Esperaba que el príncipe de esas tierras hubiera decidido salir esa noche también, porque así por fin se daría cuenta de que aquella futura omega a la que rechazó en el pasado era su destino. ¿Tal vez se había equivocado al destinar a una plebeya con un príncipe? No lo sabía, pero no era como si él pudiera controlar algo como eso, de eso se responsabilizaba su padre, el dios todopoderoso a veces solía aburrirse y hacer esos destinos tan dramáticos, era un detalle que él odiaba, ¿no podía hacer las cosas más fáciles? como por ejemplo hacer de esa omega una princesa y así que dos reinos se unieron por medio del matrimonio.

Su padre decía que tales pensamientos podrían meterlo en grandes problemas un día pero él no veía que tener un corazón bondadoso y creer en la paz y en el amor eterno fuera algo malo. Además él no tenía la culpa había nacido así, era el dios de la luna el que creaba lazos y de vez en cuando se colaba en el espacio del su hermano, el dios de la vida y así hacía que dos almas destinadas vivieran en una misma realidad, en un mismo tiempo y hasta en la misma ciudad. Sabía que estaba mal hacer eso e interferir con el destino, osea su padre, pero quería ver a esas almas juntas amarse por la eternidad, ¿era mucho pedir que eso fuera posible? Él creía que no.

Transitando por las calles el dios de la luna se perdió en sus pensamientos cuando la vio, ahí estaba, la omega que se presentó en la mañana delante de la guardia del príncipe, y todo pasó como en un cuento de hadas. El príncipe percibió su aroma que debía ser de caramelo, se detuvo inmediatamente, apartó a los guardias y fue directamente a la omega, lo tomó entre sus brazos y ahí, delante de todo el mundo la abrazó.

Al ver a esos dos cambiantes mirándose con tanto amor, se alegró inmensamente, ver ese amor que se dedicaban el uno al otro era tan precioso que su sonrisa era tan grande que nada podía borrarla. Con un gran suspiro colocó sus manos hacia atrás y entrelazo sus dedos sobre su espalda baja y así se fue respirando la brisa de la noche, tan ensimismado estaba en su logro que no miró por donde caminaba, y así chocó con un cuerpo musculoso, al alzar la vista se encontró con un par de ojos azules intensos, tan intensos como las profundidades del océano. Un cosquilleo inició en sus pies terminando en su cabeza, aquellos ojos lo miraron como si nunca hubiera visto a uno de ellos en su vida, pero claro que no era uno de ellos como tal pero debía verse como si lo fuera, entonces sin saber porqué el dios de la luna lo miró con mucha atención.

-Reciba usted mis disculpas-Dijo el dios con voz temblorosa, pues aquellos ojos no dejaron de observarlo con mucha atención, sin saber porque su corazón empezó a palpitar como un loco demente en su pecho y el cosquilleó seguía en su cuerpo y al querer apartarse supo la razón. aquel cambiante que por su constextura debía ser un alfa, lo estaba sosteniendo por su cintura, reacio a dejarlo separarse.-¿Podría soltarme?

-Disculpe mi indiscreción.

El dios de la luna estaba por retirarse y perderse por las calles hasta llegar al palacio, deseaba ver un poquito más a la pareja que con tanto amor unió pero fue detenido por el alfa que detuvo su caminar tomando delicadamente de su mano.

-¿Podría usted decirme su nombre?

-Kim, Kim Seokjin-Dijo rápidamente deshaciendo el agarre de su mano internándose en medio de los cambiantes, no entendía a que se debía esa reacción en su cuerpo ante aquel alfa de preciosos ojos azules pero no estaba dispuesto a quedarse y averiguarlo. Sabía quién era él, sabía quién era cada alma en todas las realidades, ese era su trabajo. Aquel cambiante respondía al nombre de Kim Namjoon en ese mundo y periodo de tiempo, tenía el alma de un tigre, y su alma era tan preciosa que durante mucho tiempo estuvo buscando a su pareja pero esta parecía no existir aún, eso le entristeció porque un ser tan maravilloso como esa alma merecía una pareja y esta aún no era creada por su padre.

Olvidando momentáneamente aquella alma desafortunada prosiguió a adentrarse sigilosamente al palacio, podía ser cualquier persona que deseara, tomar su forma y pasar desapercibida, hablar con quien quiera y hacer que con su aroma hicieran todo lo que pida, estaba mal hacer eso, claro que lo sabía pero quería tanto saber cómo es que su pareja terminaba junta.

A lo lejos Kim Namjoon observó aquel cambiante de ojos verdes, no quiso que se fuera, deseaba saber más de él, pero sobre todo quería ver sus hermosos ojos por más tiempo, se había sentido tan abrumado por sus ojos verdes que olvidó por completo a dónde se dirigía. Rápidamente retomó su camino al bosque, aquel hechicero debía estar en su casa en las montañas, su hijo estaba cada día más enfermo, sin importar que medicamento consumiera su estado empeoraba día a día, hasta había conseguido que el médico real fuera a verlo y no había dado con la enfermedad, pasaron días y no había manera de curar su cuerpo, hasta que alguien le dijo de un hechicero podía ayudarlo, no estaba seguro de cómo lo conseguiría pero eso era lo de menos.

Una vez en el bosque siguió las indicaciones de los habitantes del pueblo, internándose cada vez más vio a lo lejos un camino siendo iluminado por pequeños faros, los cambiantes del pueblo dijeron que únicamente podía ir en la noche por lo que aún incrédulo fue esa misma noche.

Una vez frente a la puerta de madera y papel decidió llamar a Seung Gi, el cambiante lobo que según los pobladores decían era un hechicero que todo lo podía.

-¡¿Hay alguien dentro?!

-Adelante-La voz rasposa de un cambiante en el interior de la cabaña lo invitó a pasar, con un poco de duda decidió abrir la puerta despacio, encontrándose así con una pequeña mesa en medio de una habitación oscura iluminada por muchas velas.

-Buena noches, ¿es usted el hechicero Seung Gi del que hablan en el pueblo?

-Una buena noche para usted también Kim Namjoon.

-¿Sabe mi nombre?

-Todos saben su nombre, un noble como usted es difícil de pasar por desapercibido. 

Reflejo De Luna (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora