1. Ella

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"Se dice... que se le dan las pruebas más difíciles a las personas con mayor voluntad..."

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— ¡¿Cómo puedes hacerme esto?! ¡¿De verdad eres tan egoísta como para dejarme sin mi hija también?! ¿Por qué? ¡¿Por qué lo haces, Rin?!

     Solo veía a su madre llorar mientras la zarandeaba bruscamente, su mejilla aún ardiéndole por la cachetada que le había dado minutos antes, estaba pálida y perdida en sus pensamientos, su mirada divagaba  hasta darse cuenta que aún tenía el cuchillo de cocina en una de sus manos, con un poco de sangre que a penas sacó de su muñeca.

     ¿En qué momento se había hecho eso? Se preguntó, escuchando ahora la voz de su madre de fondo y distante.

     Si no hubiera llegado a tiempo, no le hubiera importado llegar a más, cortar esa frágil línea que transportaba su líquido rojo vital por todo su cuerpo, ver la sangre salir de a poco y luego a borbotones.

     Qué más daba, así hubiera podido irse, irse lejos.

     Con ella...

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     Los recuerdos de sus días pasados la dejaban intranquila, con una sensación de frío en su interior que abarcaba de a poco todo su cuerpo. Pensar en lo que pasó y pudo pasar la asustaba, aunque en ese momento hubiera sido lo único que quería hacer.

     Su mente dejó de pensar locuras, pero igual no se sentía con las ganas de continuar su vida, llegando a renegar de ella por primera vez. La herida en su interior había bajado un poco su dolor, sin embargo, aún la sentía fresca, se sentía tan reciente que podría jurar que pasó ayer.

     Nunca le fueron fáciles las cosas, desde niña tuvo que luchar para salir adelante, ayudándose ella misma y a su familia, por ser la mayor era aún más fuerte la responsabilidad. Siempre se sintió atrapada de las pruebas que parecía tener cada día, pero ninguna fue más dolorosa que esa.

     Al pensar que porfin podía ser feliz, que tenía una familia unida sin los problemas económicos que antes la atormentaban, con una carrera hecha y siendo capaz de ayudar también a su hermano con la suya. Haberles dado la oportunidad a sus padres de tener una casa propia sin que un desgraciado los este amenazando cada día de echarlos de aquella casa rentada en la que vivió gran parte de su vida.

     ¿Por qué cuando era más feliz le pasó otra desgracia?

     ¿Por qué a ella que nunca le había hecho daño a nadie?

     Ni siquiera a las niñas de su escuela que la molestaban cada día por ser pobre.

     ¿Por qué a ella si siempre ayudaba a los demás y sonreía cada día con la esperanza de que todo acabaría si seguía esforzándose?

     Nunca fue mala, siempre fue agradecida con cualquier ayuda que le daban, triste recordó que en sus primeros años de vida se emocionaba por cada pequeña moneda de 10 centavos que le daban en la calle sin la necesidad de dar alguno de los caramelos que insistía a su madre con vender y así ayudarla mientras ella cuidaba de su hermanito.

     Su hermano...

     ¿Que tan difícil es perdonar?

     Mejor era continuar así, sin verlo, no quería responderse, no se creía capaz aún.

     No se dio cuenta cuando la puerta de su pequeño apartamento se abrió, y la figura de la persona que tantas veces la apoyó apareció tras ella.

🍂Gloomy Sunday🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora