Se erizó y despertó abruptamente al sentir el frío líquido recorrer su cuerpo. Miró sus manos y su camisa empapada, por un momento podría jurar que lo que veía era sangre, pero se dio cuenta que su mente estaba jugando de nuevo con él.
Solo era agua.
— Te advertí que lo haría si te volvía a encontrar así.
La voz de su mejor amigo resonó dentro de su cabeza, tan fuerte como si estuvieran taladrando dentro de él.
— ¿Qué pasa? ¡¿TE DUELE?! —gritó a propósito— ¡Pues te lo mereces! Otra vez estás borracho.
El chico soltó un fuerte quejido, cubriéndose los oídos y recostando su cabeza contra la mesa en la que se quedó dormido. Nero volvió a echarle más agua que quedó en la cubeta, importandole poco si estaba mojando el piso de su cocina.
— ¡¿En verdad piensas que así solucionarás algo?! Fui suave contigo, muchas veces, ¡pero ya me harté!
Dejó caer la cubeta al suelo, ocasionando otro fuerte sonido a propósito. Llegó donde Len y lo tomó de la camisa, levantando su cabeza para que lo mirara a los ojos, gruñó más al verlos rojos de la ebriedad.
A este paso se mataría.
— ¡Rin se fue! ¡Acéptalo de una vez! Y si lo hizo fue por lo estúpido que actuaste en su momento. No, me reitero, ¡los dos fueron unos estúpidos por querer andar buscando un culpable! pero tú lo fuiste más al actuar como una BESTIA con su hermano. Ese niño fue irresponsable, ¡pero no fue su culpa! —lo soltó bruscamente, botándolo de la silla en la que se mantenía sentado a duras penas, las botellas de alcohol chocaron entre sí al caer sobre ellas— ¡Actúa de una vez conforme a tu edad! Si no lo haces te internaré en un centro de rehabilitación, ¡así no quieras!
El joven de 25 años agachó la cabeza, odiaba lo que su amigo le decía, lo odiaba porque era verdad, y recordar lo que pasó hace unos meses aún causaba un ataque de furia en su interior, furia que solo usaba como un mecanismo de autodefensa para apaciguar su dolor.
— ¡Métete en la cabeza que ninguna de las dos volverá solo porque te la pases los días tomando!
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Abrió los ojos de golpe con la respiración agitada, su cuerpo estaba enredado entre las sábanas. Parpadeó un par de veces para despertar del todo, podía jurar que el último grito que dio Nero en sus sueños aún retumbaba en su cabeza. Giró su mirada hacia su mesita de noche, notando el ruido del despertador en modo vibrador de su celular; con una mano lo apagó para luego respirar hondo, seguro estaba sonando desde hace más de una hora. Se quedó dormido, de nuevo. Ya no podía darse el lujo de hacer eso, tenía que aprender a levantarse temprano si quería mantener su nuevo trabajo.
Se refregó la cara con una mano antes de levantarse, y las visiones de su sueño llegaron a él como un az de luz, trayendo difícilmente el recuerdo de hace unos años a su memoria. Tan agrio como cuando lo vivió.
¿Por qué soñó eso?, todos los días era igual, pequeños fragmentos de sucesos pasados, ninguno de ellos bueno y cada uno diferente al anterior.
Siempre creyó que había cosas que era mejor olvidar, era uno de los tantos consejos que su difunta madre le inculcó desde niño, "aprende lo que te instruye, olvida lo que te obstruye", pero no era tan simple, nunca podía olvidar, menos con aquellos sueños que eran como una auto-tortura que imponía su cerebro, día tras día, noche tras noche. Llenándolo de desesperación, de remordimiento.
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🍂Gloomy Sunday🍂
Historia CortaUna relación se puede romper de mil maneras, algunas más difíciles que otras. Y era su caso. Ellos se amaban y todos los días se extrañaban, esperando un milagro que pudiera ayudarlos a que todo sea como antes... Pero no podían. No podían seguir jun...