Capítulo 4: Club Gay

637 80 23
                                    



Emma

Me estaba alistando para ir al club cuando alguien toco a la puerta y quien más si no Jess mi vecina y mejor amiga desde que vivo aquí.

— ¿Qué paso Em? Me tienes bien abandonada, hace días que no pasas por mi cuarto a ver como estoy, si estoy bien, si estoy mal o muerta... —Comenzó reprochándome.

Solté una pequeña risa al escucharla —Discúlpame tú sabes que solo me preocupo por mí y por esta bola de pelos que esta más sola que yo, por eso lo cuido —Decía mientras acariciaba a pastelito.

Puso sus ojos en blanco —Em tienes una coraza tan grande que si algún día llega alguien y logra romperla le haré un altar.

—Sabes que no estoy en plan de conocer ni estar con ningún hombre, este trabajo me ha enseñado que son basura y que solo piensan con su entre pierna. —Sentencie mientras me colocaba lápiz labial y por un segundo la imagen de Michael paso por mi mente así de la nada—. Aunque sabes, conocí a alguien... en realidad es solo un muchacho.

Abrió sus grandes ojos verdes — ¿Un muchacho? Y... qué, ¿tiene dinero? —Pregunto ansiosa.

—Pues sí y tiene mucho, pero ese no es el punto...

— ¿Cómo de que no? Él podría ser tu boleto para salir de aquí, vamos Em no dejes pasar esta oportunidad. ¿Es lindo?

—Sí, tiene una sonrisa muy dulce —Solté sin querer.

—Sonrisa dulce, ay vamos no seas boba. Eres hermosa cualquier hombre daría lo que fuera por estar contigo y él no creo que sea la excepción.

—No lo sé... Ya Jess deja de meter ideas en mi cabeza, mejor cuida a pastelito mientras vuelvo del club.

Tome mi bolso y salí dejando sin posibilidad alguna de que Jess siguiera con sus locas y ambiciosas ideas.

Aún era temprano así que decidí irme caminando, pensaba en la idea de Jess y llegue a concluir que no sería tan malo pero, había un problema no tenía ni idea de que podría hacer para volverlo a ver, era una estupidez... deje de pensar tonterías y apure el paso pues estaba comenzando a llover, genial lo que me faltaba, llegue hasta una intersección donde debía esperar la luz verde para cruzar y estaba en eso hasta que vi un taxi parar frente a un club de strippers gay, no llamo mi atención hasta que vi quien se bajó de tal auto, era un joven alto, de contextura delgada, usaba jeans y una chaqueta con un gran sombrero con el que no pasaría desapercibido por nadie. Creí que estaba loca por pensar en quien podría ser, pero ya que estaba aquí tenía que quitarme la duda.

—Buenas joven, ¿Va a entrar?

Él me miro y esbozo una sonrisa tan agradable que me hizo sonreír a mí también.

—Diana... Que coincidencia encontrarnos —Trataba de sonar natural.

—Oye niño bonito dime algo ¿Pretendías entrar ahí?

—Pues s-sí

— ¿A un club Gay? —Cuestione tratando de aguantarme la risa

— ¡¿Qué?! —Miro a su alrededor avergonzado y sin saber que decir.

—Tranquilo, ahora entiendo porque decías que yo no era tu tipo... buscabas otra cosa.

— ¡No! Claro que no... y-yo no sabía qué era eso, no tenía idea. —Aclaro su voz—. A mí me gustan las mujeres, me encantan —Me miro esperando que le creyera—. Ya deja de mirarme así me pones nervioso —Suplico inocentemente.

—Está bien, está bien te creo... —Alzaba mis manos en señal de paz—. Es solo que tu cara fue muy graciosa. Ahora dime ¿Qué es lo que realmente hacías aquí?

—Quería charlar contigo —Confeso como si nada—. Pero no tenía ni idea de donde podría encontrarte entonces le pedí al taxista que me trajera a un club donde hubiese hombres importantes, pero claro él entendió mal.

Movía la cabeza tratando de no reírme —No muy lejos de aquí hay un café, si quieres vamos — Pero ¿qué estaba haciendo? No tenía dinero para invitarlo y mucho menos podía faltar esta noche al club... espero que diga que no.

—Eso me encantaría —Respondió entusiasta.

Rayos... —Esta bien, pero tenemos que darnos prisa esta por llover y no tengo mucho tiempo.

Caminábamos en silencio, de vez en cuando levanta su mirada y miraba mi rostro ni siquiera otra parte de mi cuerpo ni la ropa que traía puesta, no, él solo observaba mis facciones lo cual me parecía dulce pero aun extraño.

Llegamos al lugar ambos pedimos un café y no sentamos en una mesa que daba con vista a la calle.

— ¿Y bien? Dime niño bonito con que excusa es que has venido hasta aquí.

Saco de su bolsillo su billetera y de ella conto un par de dólares y me los dio.

Y yo por supuesto me lo tome a mal pues pensé que el dinero significaba otra cosa así lo mire molesta y me levante de mi puesto

—Espera... ¿Q-que pasa? —Me miraba sin entender el porqué de mi reacción— ¿Es muy poco?

—Eres un idiota —Solté dispuesta a irme.

—T-tú me dijiste que eran 10 y por cada día que pasara subiría un dólar... —Comenzó explicándome—. Han pasado 10 días por lo que son 20 —Su mirada reflejaba confusión e inocencia.

Oh que estúpida soy... Volví a mi asiento—D-disculpa es que yo pensé que... —Suspiré—. Olvídalo ya ni siquiera me acordaba de eso —Tome los billetes—. Gracias...

Esbozo una sonrisa tranquila pero triste —Supongo que eso era todo, no estaba tranquilo sabiendo que le debía dinero a alguien... —Se levanto de su asiento—. Supongo que ya debo irme, no te quito más tú tiempo.

¿Eso era todo? Solo era por devolverme el dinero —Espera — ¿Qué haces Em?—. No tiene por qué ser una despedida, digo puedes irme a ver al club cuando quieras. —Me quedo quieta esperando su respuesta, él voltea a verme y note un brillo en sus ojos o quizás era mi imaginación.

—Supongo que eso suena bien —Mordió la parte inferior de su labio tratando de esconder una sonrisa.

Tome una servilleta que se encontraba en la mesa saque un lápiz de mi bolso y le escribí la dirección —Ten, para que no termines yendo a un club Gay.

Recibió la servilleta, avergonzado por mi comentario y sin esperármelo me dio un dulce y fugaz beso en la mejilla. —Nos vemos pronto Diana.

Eso espero, susurre.

...

Han pasado unas semanas y no he visto a Michael en ninguna de mis presentaciones no sé en qué estaba pensando ni porque se lo propuse, que tonta fui al creer que él se interesaría por seguir viéndonos. Trataba de no pensar en él, pero cada noche antes de salir a bailar para esos idiotas miraba detrás del escenario los asientos con la esperanza de encontrarlo en uno de ellos, con sus sombreros raros, sus gafas oscuras y su sonrisa tan resplandeciente e inocente.

No me podía sacar de la cabeza ese fugas y tierno beso que me dio, sabía que no significaba nada para él, menos para mí pero, era algo que no me lo esperaba y era algo que hace tiempo nadie había hecho y es que aunque muchos no lo crean tengo nula relación con cualquier hombre, en el pasado tuve pésimas experiencias y desde que me dedico a bailar sensualmente frente a otros hombres el deseo por estar con alguno disminuyo considerablemente ahora solo me producen asco y desconfianza y aunque solo tenga 25 años ya deseche la posibilidad de algún día enamorarme.  

___________________________

Holaa aquí les dejo el cuarto capitulo, espero que les guste :)

Voten y comenten, saludos!

Dirty Diana (MJ Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora