2. Bienvenidos

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Todos se encontraban emocionados, habían ansiado tanto estar de vuelta que parecía mentira, parecía un sueño.

-¡No puede ser!- exclamó Peter y todos miraron hacia donde él indicaba.

En medio del bosque se encontraba un farol. El mismo que Lucy había visto la primera vez que entró a Narnia. El mismo en donde había conocido al Sr. Tumnus.
Lucy sonrió con nostalgia y acarició el farol, como queriendo revivir su época dorada.

-Si estamos en Narnia- comenzó a decir Edmund- lo que decías es verdad- miró a Lucy- Aslan nos necesita.

-Así es, por esa razón los traje de vuelta- dijo una voz profunda.

Lucy abrió los ojos por la sorpresa al igual que sus hermanos.

Frente a ellos se encontraba Aslan, tan majestuoso como siempre. Los cuatro hermanos hicieron una reverencia en forma de saludo.

-Me alegra mucho que estén aquí- les dijo Aslan con una sonrisa.

-¿Cómo es posible?- preguntó Susan

-Siganme y les contaré todo- sin esperar respuesta el gran león inició su marcha para adentrarse al bosque.

Durante el camino ninguno habló, era un silencio cómodo y por momentos los hermanos se miraban entre sí y sonreían.

Aslan detuvo su marcha.

-Bienvenidos a Cair Paravel majestades- un buen número de narnianos los esperaba en la puerta del castillo.

Con gritos de alegría los reyes y reinas de antaño cruzaron la puerta para entrar a lo que por un tiempo fue su hogar.

Los cuatro Pevensie observaban todo lo que había a su alrededor. Aún no podían creer que estaban en Narnia.
Aslan los guiaba por el castillo hasta que llegaron a una gran puerta custodiada por dos centauros, que al verlos hicieron una reverencia.

Al abrir la puerta se podía observar que era el salón de los cuatro tronos y todo seguía igual de hermoso.
Recordando el día de su coronación, los Pevensie se acercaron a sus tronos y cada quién se sentó en el suyo.

-¡Aslan!- se escuchó que alguien gritaba- ¿Es verdad? ¿Ya están aquí?- decía un muchacho que entraba al salón y quedó paralizado al notar la presencia de los reyes y reinas.

-¡Caspian!- gritó Lucy, pero fue Susan quién se levantó del trono y en un impulso salió corriendo hacia el telmarino que le había robado el corazón.

Caspian con una sonrisa y los brazos abiertos, recibió a Susan con mucho gusto. Los dos sonreían y de un momento a otro, Caspian tomó el rostro de la reina en sus manos y la besó.

-¿Saben?- dijo Lucy dirigiéndose a Peter y Edmund- Sigo sin entender estas cosas del amor- a lo que sus hermanos rieron.

El tesoro de Narnia [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora