Superfluo

Cartas (JoongNine)

Una, dos, tres, cuatro ¿Cuántas cartas de amor puedes escribir sin entregarlas?

"Tu semblante un día más es la luz que ilumina el lugar en donde te encuentras, sé que incluso si no logro verte estarás brillando, con esa sonrisa tierna que tienes para regarle a todos."

Una vez más estaba sentando observando al dueño de esas cartas que se mantenía escribiendo, día a día, a veces más de una, en esos días en que sus sentimientos se desbordaban y no sabía que más hacer.

Joong entendía que la manera para detener esas emociones, de evitar que estallaran en su pecho o llenaran su habitación con hojas de papel dedicadas a la persona que le había robado el aliento, era tan simple como expresarlas a viva voz, declararse y poner un alto, pero ¿podía hacerlo? El joven Archen tenía mucho miedo, su corazón temía por terminar roto.

La persona de quien estaba enamorado no era nadie más que su amigo Nine Kornchid. Joong conocía bien a su amigo y sabía que era alguien popular, alguien que había tenido varias parejas desde que se habían conocido y cada una de ellas era más hermosa que la anterior, los estándares de Kornchid parecían altos, Joong no tenía la confianza para declararse sabiendo eso. Además, él no tenía experiencia, incluso si tenía la suerte de ser correspondido, temía que terminaría decepcionando a Nine y haciendo que termine con él apenas empezaran.

No tenía el valor para declarase, ni la fuerza para sobrevivir a un corazón roto.

Joong sacudió su cabeza sacando esas ideas, volvió su vista al dueño de sus pensamientos, pero Nine ya no se encontraba del otro lado ¿A dónde había ido? Estaba seguro de que después de charlar con esas personas Nine iría directo hacia él, giro en todas direcciones buscándolo, pero no logró dar con el otro chico.

—¿Es eso una carta de amor? –hablaron desde sus espaldas, Joong dio un brinco y su corazón dio un vuelco. El asombro lo hizo soltar la hoja donde tenía la carta que acababa de escribir, Nine la tomó sin problemas y comenzó a leer provocando que Joong se alterara más. –Vaya, dime ¿Quién te ha escrito estas cosas?

—La escribí yo –soltó sin pensar. Cuando quiso darse cuenta ya tenía a Nine observándolo con curiosidad y asombro, estaba perdido.

—Lo sabía, he leído algunas de las cartas que escondes en tu habitación, creo que debes buscar un mejor lugar ¿sabes?

El más joven se quedó congelado en su lugar.

"Me gustaría hacerte saber que tan cálido haces sentir a mi corazón, como el solo verte puede resolver todos mis problemas, tu sola presencia alivia mi alma."

Leyó Nine mientras Joong trataba de calmarse aun en el mismo sitio.

—Entonces, todas esas cartas las escribiste tu ¿Quién te tiene enamorado Joong? –soltó con diversión la última parte, tratando de molestar al más joven. –Le has dicho algo a esa persona ¿le has enseñado alguna de tus cartas?

Joong recobró la calma y arrebato la carta de las manos contrarias, no podía hacer nada ahora que sabía que el mayor había leído más de estas.

Si era sincero, estaba algo feliz con ese hecho.

—Sí, ahora puedo decir que las ha leído –contestó con una leve sonrisa.

—Vaya ¿y que te ha dicho? Yo creo que son bastante cursis, pero es algo tierno, creo que saber que vienen de ti lo hace aún más tierno, no sabía que podías ser así de romántico.

—No le he dicho que le pertenecen, así que no sé exactamente que piensa ya que no sabe que hablan de él.

—Deberías decirle ¿Por qué se lo ocultas? Digo ya se las has mostrado –agregó Nine haciendo un puchero y frunciendo el ceño como no entendiendo.

—No dije que se las he mostrado, dije que las leyó, pero yo no sabía que lo había hecho

Hubo un silencio en el que Joong observó a Nine con expectación. No sabía de donde había sacado el valor para decir eso, suponía que las palabras de Nine diciendo que era tierno le había dado algo de fuerza, pero estaba arrepintiéndose.

—Son tiernas y es algo vergonzoso –contestó entonces mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar, Joong podía verlas orejas completamente rojas de su amigo. –Vamos, vamos a casa ahora Joong, creo que debo recoger algo que me pertenece.

Archen sonrió sin poder evitarlo, quería escribir algo más en ese preciso momento, pero quizá ahora era mejor solo decirlo.