el año de la palomitas light y la gelatina sin azúcar

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Hoy es el día amigos, engullíamos el agua con vitaminas y vodka, soñando un arcoiris, brindando por el instituto y la supervivencia para adaptarnos a las sociedad, felicitandonos por nuestro huecos entre nuestras piernas.

Probando dietas, que encontrábamos en Internet: cigarrillos de menta, comer delante de un espejo o donar nuestra sangre.

Sustituyendo comidas por pasatiempos, como hacer coronas de flores o desmayarse.



En medio de mi habitación vacía alrededor de galletas sin azúcar sabor a chocolate, llegué a preguntarme, por qué no he tenido la regla en meses, porque la cuenca de mis ojos se le nota un tono amarillento, porqué mi color de piel se vuelve más pálido, o el porqué mi desayunó últimamente sabe a vómito.

Es normal que mi desayuno últimamente tenga ese sabor, sus aromas son asquerosos.

Me preguntó las diferentes maneras en que las que puedo aprovechar mi tiempo en lugar de buscar calorías en el pegamento de un sobre de jugos mientras veo american next Topmodel como el evangelio encorvada sin ropa leyendo el sacramento de las calorías y en el altar de la báscula llorando en un cuenco de océanos, de cereales de chocolate, sintiéndome bonita solamente cuando mi estómago empieza a rugir.

¿Está mal llorar por cereales sabor a chocolates?

Si no te estás recuperando, te estás muriendo. Oh bueno, eso me dijo mi doctora.

Todos vamos a morir, solo que está vez yo sé porque será, y que tan pronto. Un gran spolier de la vida te da una enfermedad, la muerte se aproxima.

Cuando tenía 15 años ya había experimentado tener clínicamente sobrepeso, infrapeso y obesidad; cansandome a diario y llorando poco.

Cuando era pequeña y jugaba a las muñecas "gorda" era la palabra inmediata dirigida a mi para describirme, no me ofendía realmente, hasta que me di cuenta que las personas lo decían para tratar de ofenderme, de hacerme saber que eso estaba mal. Y con el tiempo les hice caso.

Fue mi primer spolier, "Cassie la chica gorda".

Vaya creatividad de nombre tan encantador me dieron esos idiotas.

Una pregunta recurrente creció en mi. Era el gran famoso y desgraciado, ¿Por qué?. Digo ¿Por qué debería ofenderme aquella palabra? Con el tiempo me di cuenta de que si debería, o bueno que la gente que lo hacía quería dar un enfasís en esto.

¿Por qué una niña de 10 años tenía que llorar en su cuarto por sentirse gorda y buscar en internet maneras de hacerse cirugía plástica con tijeras?. Me di cuenta que la sociedad era discriminatoria, y solo tenía 7 cuando oí el primer "Cassie que gorda estás". Tenía 10 cuando me di cuenta que el mundo no era Disney, y que debería empezar a ver american nex top model y seguir dietas.

Tenía 11 cuando hice mi primer ayuno.

Y tenía esa misma edad cuando solo empecé a ver números.

Y desde siempre, había iniciado todo. Había iniciado un caos infinito, una masacre, un genocidio, en dónde yo era la única víctima y victimaria. Y sin darme cuenta, se volvió algo tan normal y rutinario en mi vida, que comer dos semana solo galletas sin sal, ir a hospitales por anemia, pesarme 47 veces al día, no comer por cuatro día y contar cada bocado que comía, era algo tan normal a un punto que creí que todos los hacían.

¿Por qué debía ofenderme la palabra gorda o sentir angustia por mi cuerpo?. Tener caderas o piernas gruesas, pechos pequeños o trasero muy grande, estar muy delgada o ser robusta, ¿No debería ser hermosa como sea? No debería de tener vergüenza comer en público. ¿Por qué debía matarme lentamente para tener un cuerpo en el nunca me sentiría suficientemente hermosa?. "Se más delgada" "come más" "deberías tener menos curvas" "me gustan con más curvas" "más trasero" "menos pechos" "más pechos" me dijeron, y la mierda con eso.

Mariposas En La GargantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora