Capitulo I

346 29 9
                                    

-1-

¿A dónde se va cuando no quieres estar en ninguna parte?

Esa era la única pregunta que rondaba su cabeza de manera constante en sus días, con una mínima esperanza de encontrar la respuesta solía analizarlo con detenimiento pero, no importaba cuánto se esforzara no la conseguía. Empezaba a creer que un lugar así no existía, no había manera de encontrar un sitio donde no recordaras, donde no fueras consumido por las manecillas del reloj que nunca daban tregua.

Por lo que se conformaba con vivir perdido en sus pensamientos alejado de la realidad, de esa manera podía ignorar la miradas de lástima que parecían un requisito cada que él estaba presente, como si el mundo se hubiese puesto de acuerdo para que incluso quienes no le conocían tuviesen esa expresión tan molesta - ante sus ojos - adherida al rostro. El silencio se había convertido en su mejor aliado y el aislamiento su mejor refugio, sabia que nadie lo entendería aunque tampoco era como si deseara que alguien lo hiciera.

Solo él podía hacerlo, nadie más tenia permitido tan siquiera intentarlo.

- ¿No deseas hablar hoy tampoco? -, le cuestiono el terapeuta.

No obtuvo respuesta.

Lan SiZhui desvió la vista a la ventana contemplando un pequeño nido de pájaros azules que se hallaba en una rama cercana a la ventana del consultorio, contemplo el comportamiento de las pequeñas aves en completo silencio. El mayor soltó un suspiro pesado nuevamente, llevaban exactamente tres meses en la misma situación, por más que intentara comunicarse con el menor este tan solo observaba al rededor en silencio, completamente recio a formular una frase.

Ignorando a quienes le hablaban.

- A-Yuan ¿Sabes por que estas aquí? -, volvió a intentarlo el mayor.

¿Por qué estaba ahí? Bueno, su madre le cargaba como costal de papas al auto mínimo dos veces por semana, le amarraba el cinturón y conducía al rededor de media hora hasta un edificio medianamente grande, donde lo arrastraba hasta un consultorio en el tercer piso. No existía ser que detuviera a su madre de llevarlo a un Psicólogo, era demás intentar argumentar el porque no le gustaba ir a ahí por lo que simplemente se dejaba hacer.

- A-Yuan tú madre está preocupado por ti ¿Lo sabías? -, dejo la tabla de notas en la mesa de vidrio que se entraba entre ellos - él a venido a suplicar que trabajará contigo, está preocupado y no sabe cómo empezar a ayudarte.

Ayuda...

Lan SiZhui apretó la tela blanca de su sudadera con sus manos en señal de malestar, aunque dicho malestar iba dirigido a su persona. Era consiente que querían ayudarle no lo dudaba, era apreciado por sus padres y Lan JingYi estaba furioso de no poder regresar a casa para estar con él como su único amigo. Pero dicho hecho no cambiaba nada de lo que pensara o hiciera, era conciente que podría considerarse una actitud reprochable e impropia mas no le importa en lo absoluto.

Ya nada tiene importancia...

Aquél frío consultorio de color blanco opaco al que era obligado a ir se lo había aprendido de memoria, desde los premios, títulos y reconocimientos colgados en la pared hasta el título de cada libro que se hallaba colocado con cuidado en el estante caoba detrás del escritorio del mismo color, donde reposaba una placa con el nombre del terapeuta y una pila de carpetas verdes. Inclusive se memoriso la lista de frases comunes que su terapeuta solía decir cada sesión, junto con una línea de preguntas cabsiosas que buscaban analizar a detalle desde que contestaba hasta como lo hacía.

Quizá Mañana...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora