María despierta y lo primero que hace es ver su celular para revisar si su novio le había escrito, como todos los días este le había enviado los "buenos días" ya que era el primero en despertarse.Ella le contó todo lo que sucedió y el chico algo impresionado pero a la vez riendose le dijo que se dejará de bromas.
-¡Juan! De verdad, no es broma.- dijo María molesta.- Bueno amor, hoy en la noche la veré, a ver qué tal.-dijo el chico despreocupado.
Fue un día súper normal, como cualquier otro, pero María no dejaba de pensar en lo que había visto y en la madrugada, estaba histérica, se molestaba si su novio tardaba en responder, y decía que era porque tenía miedo, cosa que empezó a fastidiar al chico.
-Bebe, debes calmarte, no puedes estar así todo el día.- dijo el joven para calmarla, pero María al instante le responde -Cállate imbécil, si tú fueras visto lo que ví estarías igual o peor que yo.-¡tsss! Ya veremos si es la gran cosa esa película. - dijo el chico molesto.
ESE DIA MUCHO MAS TARDE.
-Bueno, María Eugenia. Veré la película, te escribo en lo que la termine.-Esta bien, mi vida, te amo muchísimo, si algo sucede no dudes en llamarme.-dijo María preocupada por lo que le había hecho hacer a su novio.
Ella quería que lo viera para que entendiera como se sentía, pero a la vez no ya que su novio era muy asustadizo también y a eso hay que sumarle que tenía problemas cardíacos, cosa que le daba miedo, que podría matarlo del miedo, literalmente.
1:37 am
Juan comienza a ver la película...
2:30 am
No hay señales del chico...
3:00 am
María, con los ovarios en su garganta, lo intenta llamar pero este no da respuesta alguna.
3:30 am
Maria llama a su suegra para preguntarle por el chico, la madre de Juan le dice que irá a ver.
3:50 am
-¡Perdón! Me quedé dormido viendo la estática, ¡De verdad!-¡Maldito infeliz! ¡Casi me pongo a llorar! ¡Me iba a dar un infarto! ¡Puto tenías que ser!-dijo María regañando al chico.
En el fondo María estaba preocupada, a demás de estar molesta.
Se preguntaba cómo era posible que no viera nada de lo que ella vio, y le pregunto al chico si estaba seguro de que ambos tenían la misma película, el chico le dijo de inmediato que si, no habían dudas.
Esa noche la chica tuvo pesadillas con la mujer de la silla.
Ella corría por un pasillo largo, de color blanco con sus paredes llenas de grietas, tenía unos cuadros dónde se veían recuerdos de su infancia, no entendía porque estaban ahí. No sabía por qué estaba corriendo, y peor aún, no podía detenerse, pero tenía miedo, ella lo sabía, estaba corriendo de algo algo la estaba persiguiendo.
Luego de incontables horas corriendo, empieza a escucharse un chirrido, un chirrido horrible pero que le resultaba familiar, lo cual era complicado, porque últimamente solo había estado pensando en la maldita película, y ella no recordaba ningún chirrido de ella.
María continua corriendo y corriendo y llega a una puerta, de color morado, pero un morado viejo, un morado que olía mal, un morado traumático, pero un morado familiar.
Casi de inmediato, al llegar a la puerta, y verla y detallarla, María comienza a llorar, no sabía por qué, pero solo lloraba, y quería gritar, le dolía el pecho pero aquel chirrido se hacía tan fuertes que no podía escuchar ni sus pensamientos, el dolor y su tristeza se perdió dentro de aquel chirrido espantoso, y María en un acto frenético le empezó a dar golpes y patadas a aquella puerta, la empujaba y la empujaba hasta que cedió, y se abrió.
Cabe destacar que, lo que María encontró dentro de esa habitación no fue precisamente una ayuda, o paz. Solo encontró un cuadro enorme, de un momento que ella había vivido, un momento que había reprimido, y que ya prácticamente había borrado.
El cuadro era de un joven, de unos 24 años, que se había ahorcado, ya habían pasado días así que su color de piel era como ese morado de la puerta.
María, recordó, recordó a su súper héroe, recordó a su compañero de juegos, recordó a su mejor amigo.
María había recordado a su hermano mayor, Nelson. Que se había suicidado cuando ella era una pequeña niña, quizás por esto lo había reprimido, supongo que es obvio que esto fue traumático para ella, su papá era psiquiatra así que el la ayudo. Y bueno, lo "olvidó".
María, sale llorando, totalmente desprendida de sus emociones, solo era un cuerpo, una masa de carne con cabello, que se movía al son de ese chirrido. Ella solo caminaba y caminaba, hasta que notó algo, un susurro, un susurro que ya había escuchado antes, y este si lo conocía, sabía de quién era perfectamente.
Obviamente era la mujer de la maldita silla esa, y la escuchaba cada vez más cerca, poco a poco, hasta que de pronto la escucho gritar, y María paralizada del miedo la buscaba pero no la veía, hasta que el chirrido se detuvo, pero una voz le habló, una voz que le Helo la sangre, era una fusión entre la voz de su amado hermano y la maldita mujer, que se rasgaba y se metía dentro de sus oídos, y ella lo identificó, pudo escuchar de dónde venía. Y provenía de la habitación de la que había salido hace algunos minutos.
María se giró lentamente, sus músculos temblaban, su cuerpo le decía que no, que era mejor salir corriendo sin mirar atrás, pero la desgraciada quería voltear y ver, aún con todo lo que había pasado su morbo seguía siendo mayor que su voluntad, y ella voltio, y vio, y lo que vio la perturbo.
El chirrido volvió, y ante la mirada de la joven estaba la mujer nuevamente, con la cara tapada y muñones en vez de manos, pero más la perturbo entender de dónde venía ese chirrido, era obvio que era el sonido de la silla arrastrándose hacía ella, pero lo que la arrastraba era el cuerpo comido por gusanos de su hermano muerto, al instante le llegó el olor a mierda estancada en una alcantarilla y para cuando se dió cuenta ya tenía a la mujer a solo un cabello de su rostro, y está comenzó a quitarse los trapos sucios de la cara, y en lo que se podía detallar una sonrisa de unos dientes negros...
María despertó.
No eran las 5:00 am, y Ella entre lágrimas llamo a su novio, que para su suerte aún estaba despierto.
Le contó todo lo que había soñado, este la consolaba como podía, ella solo lloraba y lloraba y no se detenía, se sentía horrible porque pensaba en lo mal hermana que había Sido, en que como era posible que había olvidado a su hermanito.
María empezó a contarle todo, como un fin de semana había salido de viaje con sus padres, y su hermano se había quedado solo en la casa.
Unos días después, al regresar, María fue corriendo al cuarto de su hermano para despertarle, pero...
Este jamás volvió a despertar.