Cartas de Candy
En los días que siguieron a la partida de Candy, Albert tuvo que enfrentar la dura tarea de comunicar a su familia las malas noticias. Después de mucho pensarlo finalmente se resolvió a llamar a sus parientes más cercanos, incluyendo a los Leagan y a Annie para hacerles saber lo que había pasado.
Cuando él entro a su oficina de la inmensa mansión de Chicago todos estaban ya esperándolo. Latía abuela Elroy estaba sentada en un refinado sillón de piel, el cual era su poltrona favorita en aquel cuarto. Cerca de ella, sentados en un lujoso canapé azul índigo, se encontraban Archie y Annie. Eliza y su madre estaban sentadas una al lado de la otra en un gran sofá que hacía juego con el resto del mobiliario, colocado cerca de una gran ventana cubierta con pesadas cortinas deseda. Mr. Leagan y Neil se encontraban de pie cerca de las dos mujeres; la impaciencia se dibujaba en el padre mientras que el hijo tenía la mirada perdida en la nada de los vidrios del ventanal. Eliza estaba ocupada arreglándose el cabello y mirándose en el espejo de su polvera; después de todo una chica no debe perder la oportunidad de impresionar favorablemente al máspoderoso de los Andley, quien era por cierto un hombre muy apuesto también.
Me complace verlos a todos – comenzó Albert mientras decía una secreta oración para sí mismo.
Bueno, déjame decirte que cancelé una cita muy importante, así que espero que esta junta valga la pena – concluyó el Sr. Leagan.
Trataré de ser breve, entonces – replicó Albert a su tío.
Pero primero me gustaría saber por qué Candy no fue invitada a la junta – preguntó Archie con un ligero dejo de irritación en su voz, - tú sabes bien que ella es parte de la familia.
Sólo en términos legales – subrayó Eliza despreocupadamente.
Bueno – dijo Albert ignorando los comentarios de la muchacha – Hay una razón muy poderosa por la cual Candy no está hoy con nosotros. De hecho, esta junta ee para informarles algo relacionado con ella.
En ese momento Neil volvió repentinamente de donde sea que estaba vagando su mente y enfocó sus ojos claros en Albert con especial atención. Albert se sentó en su propio sillón detrás de un gran escritorio de madera e invitó a los hombres que estaban de pie a tomar asiento. Luego, hizo una pausa por unos segundos pidiendo a Dios el coraje para comenzar.
El hecho es que – comenzó finalmente – Candy no estará viviendo en Chicago por un tiempo
¿Qué? – preguntó Annie, abriendo su boca por primera vez en la tarde – ella nunca me dijo nada acerca de mudarse de la ciudad.
Ay Dios, Dios, parece que nuestra Candy está llena de sorpresas – añadió Eliza con una sonrisa socarrona.
Una vez más Albert ignoró la ironía en la voz de ella y continuó su discurso.
La verdad es que Candy no dijo nada a nadie sobre esto, incluyéndome a mi.
¿Pero por qué haría ella algo así? – preguntó Archie con preocupación reflejada en su cara.
Apreciaría mucho que todos ustedes mantuvieran la calma frente a todas las cosas que estoy por comunicarles – dijo Albert serenamente.
¿Por qué tenemos que guardar la calma William Albert? – demandó la Sra. Leagan hablando por primera vez - ¿Es acaso tan serio que Candy se halla mudado?
Verá usted tía, amigos, . . . Candy dejó Chicago porque decidió ofrecerse como voluntaria en el ejército.
Un mudo jadeo salió de la boca de Annie y Albert se detuvo nuevamente para recobrar fuerzas.
ESTÁS LEYENDO
Reencuentro en el Vortice.
FanfictionEstan listos para esta nueva aventura con Candy?... les advierto que reiran, se emocionaran y llorarar pero sobre todo se enamoraran de estos personajes...